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Ébola, Crimea-Congo: ¿por qué se contagian siempre las enfermeras?
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Ébola, Crimea-Congo: ¿por qué se contagian siempre las enfermeras?

La enfermería es minusvalorada por la sociedad y el sistema sanitario frente a la medicina, pese a que la mayor parte de las intervenciones no son realizadas por los médicos

Foto: Fachada del Hospital La Paz-Carlos III de Madrid donde permanece hospitalizada la enfermera que atendió al fallecido por fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. (EFE)
Fachada del Hospital La Paz-Carlos III de Madrid donde permanece hospitalizada la enfermera que atendió al fallecido por fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. (EFE)

Imagine que acude a trabajar como cualquier otro día. Su jornada laboral transcurre dentro de la normalidad. Pero en semanas, su vida penderá de un hilo, su jefe le acusará públicamente de ser incompetente y mentiroso, sacrificarán a su mascota, su nombre estará en la portada de todos los periódicos nacionales, perderá su anonimato para siempre, no podrá trabajar por casi un año y medio y le quedarán secuelas de toda esta experiencia. Deje de imaginar. Esta es la historia real de Teresa Romero, la auxiliar de enfermería que se infectó de ébola tras atender a Miguel Pajares y Manuel García Viejo, los dos misioneros españoles repatriados y fallecidos por el virus.

Un caso similar ha vuelto a ocurrir: una enfermera que atendió a un paciente afectado por una fiebre hemorrágica en un hospital de Madrid ha sido contagiada. Esta vez, el causante no es el virus del ébola sino el de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. La sanitaria se encuentra “estable dentro la gravedad” y, al igual que en el caso de Teresa Romero, el paciente que le ha transmitido el patógeno ha fallecido.

Además de Teresa Romero, una enfermera británica, un practicante italiano y dos enfermeras y un médico estadounidense fueron infectados por el virus del ébola. Y esto solo contabilizando al personal sanitario occidental. A fecha del 31 de marzo de 2015, 814 trabajadores sanitarios fueron infectados por ébola en Guinea, Liberia y Sierra Leona, según la Organización Mundial de la Salud, sin diferenciar las categorías profesionales.

Tocan, pinchan, ayudan a asearse, dan de comer, hacen las camas, limpian… Estas labores, infravaloradas en muchas ocasiones por la sociedad y otros profesionales sanitarios, las realizan enfermeras y auxiliares de enfermería, lo que aumenta su exposición a las enfermedades contagiosas, según Mar Rocha, portavoz del sindicato de enfermería Satse. “Las enfermeras se contagian bastante más que los médicos porque hacemos más técnicas diariamente. La cantidad de actuaciones invasivas que realizamos, como las extracciones de sangre y los sondajes, nos ponen en contacto con los fluidos corporales de los infectados, lo que, junto con el tiempo que pasamos a pie de cama del paciente, incrementa el riesgo de exposición”, expone Mar Rocha.

“En términos generales, las enfermeras están más expuestas por los cuidados constantes a los pacientes”, admite el médico de familia Javier Padilla, aunque señala que los médicos “suelen ser la primera asistencia en cualquier paciente, por lo que el mayor grado de indefensión les correspondería a ellos”. Para evitar nuevos casos similares, Mar Rocha exige “la implantación y el cumplimiento de un plan de riesgos laborales, tanto en la sanidad pública como en la privada”.

Durante el periodo 1996-2000 en España, según el Estudio y Seguimiento del Riesgo Biológico en el Personal Sanitario (Epinetac), se produjeron 14 pinchazos y cortes accidentales por cada 100 camas hospitalarias, y de cada 100 exposiciones accidentales, en 13 el paciente tenía hepatitis C, en cuatro el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y en dos hepatitis B. De todas las exposiciones accidentales declaradas en España, el 55,1% afectó a enfermeras y estudiantes de enfermería, frente a un 18,4% de médicos, médicos internos residentes (MIR) y estudiantes de medicina.

De todas las exposiciones accidentales declaradas en España, el 55,1% afectó a enfermeras frente a un 18,4% de médicos y estudiantes de medicina

“La enfermería tiene una cultura de mayor contacto y empatía, pudiendo ponerse algunas personas en riesgo de infección”, explica Juan Hernández Yáñez, sociólogo y autor del libro 'Enfermería frente al espejo'. En su opinión, noticias como la de Teresa Romero “hacen que se resalte más lo que les pasa a las enfermeras, llegando a la conclusión que el médico pone la ciencia y la enfermera el cariño, reforzándose el rol de que los cuidados son vocacionales y de género femenino”, añade.

El sociólogo apunta que la prevención de riesgos laborales está bien regulada, “pero si se cumplieran siempre, no habría profesionales contagiados". "Pero me preocupa más que un médico infecte a un paciente que un paciente infecte a un médico. Muchos médicos y enfermeras no se lavan bien las manos o no se ponen guantes, pudiendo transmitirle enfermedades a los pacientes”, añade.

Enfermeras 'invisibilizadas'

¿Cuántos médicos famosos conoce? Quizá le suenen Pedro Cavadas, cirujano plástico, el cardiólogo Valentín Fuster o del psiquiatra Luis Rojas-Marcos. Hasta una web escoge a los mejores médicos de España. ¿Y cuántas enfermeras podría nombrar? Ninguna, ¿verdad? Pese a un mayor riesgo laboral, los auxiliares de enfermería y las enfermeras ejercen una actividad con un menor prestigio social que el de otros profesionales sanitarios, aunque el número de enfermeras colegiadas (284.184) es superior al de médicos colegiados (242.840).

Pese a un mayor riesgo laboral, los auxiliares de enfermería y las enfermeras ejercen una actividad con un menor prestigio social que el de los médicos

“La labor de las enfermeras está invisibilizada. Su papel no está suficientemente reconocido ni valorado por la sociedad ni por el sistema sanitario”, explica la portavoz de Satse. ¿Los motivos? Que la enfermería es ejercida mayoritariamente por mujeres, según Rocha. “Al ser una profesión muy feminizada, arrastra una connotación negativa de la profesión. Parece que no tenemos valor”, añade.

Para Javier Padilla, una de las razones del desprestigio es la marginación de los cuidados en la sociedad, que “tiene su correlato en el mundo sanitario”. Además, la estructura jerárquica de los sistemas de salud crea una “jerarquía de prestigio social”, en la que la enfermería se ubica en la base. Para revalorizar la enfermería, Padilla propone la “desjerarquización de las estructuras sanitarias, con una clara división de las competencias y una equiparación de las profesiones médica y enfermera en su formación, sus competencias, sus responsabilidades y su estatus profesional”, señala el médico. Para el sociólogo Hernández Yáñez, la enfermería “se ve como humanidad sin ciencia y la medicina como ciencia sin humanidad”.

Imagine que acude a trabajar como cualquier otro día. Su jornada laboral transcurre dentro de la normalidad. Pero en semanas, su vida penderá de un hilo, su jefe le acusará públicamente de ser incompetente y mentiroso, sacrificarán a su mascota, su nombre estará en la portada de todos los periódicos nacionales, perderá su anonimato para siempre, no podrá trabajar por casi un año y medio y le quedarán secuelas de toda esta experiencia. Deje de imaginar. Esta es la historia real de Teresa Romero, la auxiliar de enfermería que se infectó de ébola tras atender a Miguel Pajares y Manuel García Viejo, los dos misioneros españoles repatriados y fallecidos por el virus.

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