Porno y suicidios: las 'secuelas' de participar en un concurso como 'Gran Hermano'

'Gran Hermano' arranca este jueves en Telecinco. Una nueva edición (la decimoséptima), un nuevo presentador (Jorge Javier Vázquez) y una decena de nuevos concursantes. Aún no conocemos a las personas que habitarán en la casa más famosa de la televisión, pero hemos de advertirles que es posible que su paso por el concurso les deje secuelas psicológicas o les abra las puertas del porno. No es la norma, pero los casos hablan por sí solos.

"No hay ningún reality que no afecte a los participantes. El concursante está desnudando una parte de su vida, de su identidad. Su vida ya no le pertenece. Si este tiene la madurez suficiente como para afrontar la situación, bien; si no, irremediablemente, va a tener secuelas", nos cuenta Guillermo Fouce, doctor en psicología y especialista en tratamiento de adicciones.

No hay ningún reality que no afecte a los participantes. El concursante está desnudando su identidad. Su vida ya no le pertenece

Cuando esto ocurre, los participantes se ven obligados a pedir ayuda psicológica. En 'Gran Hermano', por ejemplo, son muchos los concursantes que sufren el 'fenómeno del personaje de cristal'. "De repente tienen más fama, más atención de los medios, más dinero, todo el mundo conoce su vida… Esto produce un cambio y cuesta digerirlo, lo que puede llevar al concursante a tener serias dificultades en su vida que le lleven a consumir sustancias, a malgastar dinero o a tomar malas decisiones. Por ello muchos tienen que comenzar un tratamiento psicológico", asegura Fouce.

Un tratamiento que ya se hace en numerosos realities de nuestro país, aunque el concursante no lo solicite. Un ejemplo de ello es 'Gran Hermano'. "El equipo de psicólogos que trabaja con los participantes durante el programa es el encargado de hacer un seguimiento de estos cuando salen, si lo consideran oportuno", nos comenta Enrique García Huete, director del equipo de psicólogos del reality producido por Zeppelin, quien pone como ejemplo a Mónica Ruiz, concursante de la primera edición.

Mónica no dijo que había sido prostituta en el proceso de casting y mientras estaba en la casa dos revistas publicaron la información. La cadena se lo comunicó a la concursante con la intención de que pudiera defenderse. Al enterarse, esta abandonó la casa. “Su familia no lo sabía. Le afectó mucho. El equipo de psicólogos le ayudó y estuvo trabajando con ella después de salir", explica García.

"Para evitar ese tipo de situaciones –añade– es muy importante hacer una buena selección. Por ejemplo, durante el casting de Gran Hermano, los psicólogos descartan a las personas con patologías clínicas, tendencias a la ansiedad o psicopáticas; y buscan a personas fuertes, que se puedan recuperar rápido de los altibajos. Esto es como una selección de personal. A través de las entrevistas, los psicólogos son capaces de predecir cómo actuaría un candidato ante determinadas situaciones para predecir los riesgos. No obstante, la última palabra sobre quién entra en la casa la tiene la productora".

Muchos se pasan al porno

Los realities y el cine Xestán estrechamente vinculados. Más de una veintena de casos lo confirman. Esta relación no extraña, tal como nos cuenta Huete: "Los participantes de realities como GH son siempre gente muy abierta de mente y sin prejuicios", lo que les hace "muy atractivos" para la industria del cine para adultos. Además, "en la televisión ya exponen parte de su vida, por tanto no les importa exponer su cuerpo en cierto sentido. De hecho, es algo que en menor medida se ha estado haciendo los últimos años. La mayoría de concursantes que pasan por un programa de este tipo luego hacen una portada en Interviú".

De 'Gran Hermano' solo se conocen cuatro casos de participantes relacionados con el cine para adultos: Rebeca Perea y Siscu, de la undécima edición, Natacha, de la sexta, y Dani López, de la octava. Huete confirma que el número podría ser mucho mayor, ya que la industria porno se fija siempre en los concursantes de realities: "Conozco decenas de casos de exconcursantes de GH a los que se les ha ofrecido hacer películas de esta clase y no han querido". La productora del reality no ha querido hacer declaraciones al respecto.

Aunque de GH solo hay cuatro casos, si sumamos a todos los participantes de realities vinculados con el porno nos faltan manos para contarlos. Algunos son Brenda Cerdá y Sonia Baby, de 'Acorralados'; Dioni, Miriam Sánchez y Nacho Vidal, de 'Supevivientes'; Dinio ('Hotel Glam') y Mónica ('La casa de tu vida'); Jota y Xavo, de 'Pekín Express'; y un jugoso puñado de exparticipantes de 'Quién quiere casarse con mi hijo', como Carla Cruz, Christopher, Lucía, Manu, Lina, Mitsuki, Lara, Camil y Lety, entre otros.

El número total resulta llamativo, sin duda. Algunos eran actores porno antes de entrar y otros eran personas anónimas que decidieron reinventarse en el porno. Nos preguntamos si puede ser negativo para ambos perfiles. "No creo que sea perjudicial para nadie. Si la persona en cuestión lleva bien la fama y la exposición mediática, no veo ningún problema. Yo conozco un caso, de quien no voy a dar el nombre, que se lo propusieron, le apetecía y aceptó. Como he dicho, a muchos no les importa vender un poco más de su intimidad –en este caso su cuerpo– después de haber estado expuestos 24/7 en el reality", comenta el psicólogo, quien tampoco ve problemas en el caso contrario: "El hecho de que ya sean actores porno y vayan a entrar a un concurso, solo les puede beneficiar en el sentido de darse más publicidad". Huete destaca que ser actores para adultos no les abre directamente las puertas de la televisión, pues puede echar para atrás a la productora, que "no quiere dar una idea equivocada del espacio, y menos aún si son programas blancos que ve toda la familia", como 'Pekín Express'.

Algunos se suicidan y pierden su identidad

Muchos de los concursantes salen con secuelas negativas, y no nos referimos a su salto al porno. Ania Iglesias, concursante de 'Gran Hermano 1', aseguró en una entrevista que al salir de la casa nadie la tomaba en serio y que perdió parte de su identidad: "Cuando llega la siguiente edición, o das escándalos y entras en el mundo del corazón, o las cadenas empiezan a apartarte. Ese es el momento jodido”.

A Rafael López (GH 4) le sucedió algo similar. Él era seminarista y abandonó el convento para probar la vida. Cuando salió, todos se mofaban de él. El concurso le cambió la personalidad: "Me volví distante, triste, frío...". Pero las secuelas van más allá de 'Gran Hermano'. Mayte Prieto tenía 17 años cuando entró en la primera edición de 'Supermodelo', un reality de Cuatro. Cuando salió sufrió bajones emocionales, ya que sentía que habían explotado su imagen.

El cambio de vida es tan radical que en ocasiones las personas toman medidas desesperadas. En Estados Unidos se han suicidado numerosos concursantes de realities. Algunos casos son el de Najai Turpin, de 23 años, que se metió un tiro en la cabeza; el de Nathan Clutter, de 26 años, quien se tiró al vacío tras ser eliminado de 'Paradise Hotel 2'; o el de Cheryl Kosewicz, de 35 años, que se quitó vida después de ser expulsada de 'Pirate Master'.

Depresiones, suicidios y trastornos son la cara amarga de los realities. Pero no la única. Hay numerosos exconcursantes que están encantados de haber pasado por uno, como todos los que se han reinventado en el cine porno o los 'ex grandes hermanos' que han hecho carrera en televisión, como Amor Romeira, Marta López, Kiko Hernández o Alessandro Livi.