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100 personas de la élite se reunieron en Long Island: estas fueron sus conclusiones
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BLACKSTONE Y LOS 'BENCHMARK LUNCHES'

100 personas de la élite se reunieron en Long Island: estas fueron sus conclusiones

Byron Wien, vicepresidente de Blackstone, organiza encuentros estivales con personas influyentes. Y dice que entiende "que los estadounidenses se vayan asustados a dormir"

Foto: El fondo de inversión Blackstone es el promotor de estos encuentros. (Brendan McDermid / Reuters)
El fondo de inversión Blackstone es el promotor de estos encuentros. (Brendan McDermid / Reuters)

Todos los años, Byron Wien, vicepresidente y principal gurú de Blackstone, uno de los mayores fondos de inversión del mundo, organiza los Benchmark Lunches, encuentros que tienen lugar en Long Island los viernes estivales y en los que se reúnen personas de la élite que veranean por la zona. Cuando se iniciaron, hace 30 años, estaban integrados por cinco personas; ahora sus participantes suman un total de 100. En ellos se citan multimillonarios, académicos, gestores de fondos de capital riesgo o de capital inversión, directivos de empresas productivas y de fondos inmobiliarios. Wien modera los debates en un ambiente relajado, con buena comida y buena temperatura, en un entorno ideológicamente plural: allí hay republicanos, demócratas y libertarios.

Las conclusiones de los Benchmark Lunches de este año han sido publicadas por Wien en la web de Blackstone, quien las ha resumido en un texto titulado 'Ajustándose al cambio disruptivo', que revela el tipo de problemas que preocupan a las élites y de las soluciones que les parecen pertinentes. Aun cuando, al tratarse de debates, las posturas de los asistentes podían ser distintas en algunos temas, en la mayoría de ellos las coincidencias eran notables. Eso sí, en esta ocasión “quienes acudieron a las sesiones estaban lo suficientemente confusos como para escuchar con atención lo que se decía, en busca de una visión que les ayudase a encontrar algo de claridad”.

En las reuniones, tres grandes asuntos fueron sometidos a discusión: el populismo, alentado por la salida del Brexit del Reino Unido, la baja productividad y la situación continuada de bajo crecimiento y de alto desempleo en la que parecemos estar inmersos. Pero, bajo ese paraguas, se analizaron numerosos aspectos de la realidad contemporánea. Entre ellos:

El populismo

No es algo que les preocupe en exceso. Después del Brexit, entienden que Europa seguirá estable, y acontecimientos como las últimas elecciones españolas demostraron que los votos iban hacia la derecha y no hacia los partidos populistas. Tampoco ven en Trump una amenaza, no sólo porque no creen que vaya a ganar (aunque piensan que va a golpear duro a Clinton en los debates), sino porque algunos de ellos consideran que no se pueden tomar sus palabras al pie de la letra: sus declaraciones exageradas no se corresponden con lo que haría si llegase al poder, ya que actuaría de forma mucho más moderada..

El problema de la productividad les resulta fácil de resolver: si se crece no se contrata y si no se crece lo suficiente se despide

El momento del gasto ha llegado

Todos están convencidos de que es necesario más gasto fiscal en infraestructuras, educación, formación laboral, investigación y desarrollo para impulsar el crecimiento e incrementar la competitividad. Algunos gobiernos locales y municipales están amortizando deuda en lugar de incurrir en ella, y eso no es bueno, porque no están invirtiendo lo necesario en infraestructuras.

La baja productividad tiene solución

Cuando la economía crece razonablemente, a un 3% o más, las empresas son reticentes a contratar más empleados de forma rápida, con lo cual tienes a los mismos trabajadores haciendo más cosas y la productividad aumenta. Pero cuando se crece despacio, a un 2% o menos, los directivos son reacios a reducir la fuerza de trabajo, incluso cuando la tecnología permite hacer más con menos, y por eso desciende. Por eso el problema de la productividad les resulta fácil de resolver: si se crece no se contrata y si no se crece lo suficiente se despide.

La desigualdad va a aumentar

Así ha ocurrido en las dos décadas precedentes y continuará haciéndolo. Un crecimiento más fuerte creará puestos de trabajo bien remunerados y las escalas superiores ganarán aún más, con lo que la brecha aumentará. La solución que ofrecen a ese problema es la usual, la educación, pero en ese terreno, advierten, el progreso parece terriblemente lento.

Los consumidores están gastando su dinero en experiencias y servicios en lugar de en bienes: “Piensan que ya tienen demasiadas cosas"


La desigualdad no es tan grande

La mayoría de quienes la critican no reconocen, afirman los asistentes, los cambios en la calidad de vida. La tecnología nos ha hecho las cosas mucho más fáciles, y además los pobres estadounidenses suelen tener un lugar donde vivir, una nevera, una televisión y otros bienes de los que no disponen quienes son pobres en otros países.

La nueva economía funciona

Los que “lo están haciendo bien” son disruptores como Amazon, Google, Apple, Airbnb, Uber, Netflix y compañías similares, mientras que las viejas empresas se enfrentan a problemas serios, causados por los bajos márgenes de beneficio, la competencia extranjera, la regulación excesiva y la inflexibilidad de los sindicatos, además del hecho de que los consumidores están gastando su dinero en experiencias y servicios en lugar de en bienes: “Piensan que ya tienen demasiadas cosas”.

La mayoría de los estadounidenses se van a dormir asustados todas las noches

El trabajo será un problema

Millones de empleos relacionados con la manufactura se perderán mediante el empleo de la robótica. Y cuando la inteligencia artificial sea una herramienta mucho más habitual, también sustituirán a abogados, médicos, enfermeras y demás trabajadores de cuello blanco. No se sabe dónde irán estos trabajadores desplazados.

El apunte personal

Wien incluye una reflexión a título privado en la que subraya que si bien el problema de la desigualdad no es tan importante, él es consciente de que “una parte sustancial de los estadounidenses se van a dormir asustados todas las noches: porque no tienen trabajo; o porque tienen uno pero los ingresos no les llegan para pagar todos sus gastos; o porque tienen un buen empleo pero piensan que lo pueden perder fácil, ya sea por las circunstancias en que se desenvuelve su sector o porque la tecnología les reemplazará. Sanders, Trump y el populismo en general son productos de una población insegura. Ellos sienten que las políticas de sus gobiernos les han defraudado”.

Cabe señalar que Blackstone, la empresa para la que trabaja Byron Wien, el promotor de los Benchmark Lunches, está de actualidad en España porque adquirió a través de una filial, Fidere, 1.860 viviendas de protección oficial en régimen de alquiler por un precio de mercado bajo. La operación generó polémica, que se ha reavivado estos días al enviar Fidere un burofax conminando a Arantxa Mejías Cano, presidenta de la plataforma en contra de esa venta, a que abandone en el plazo de un mes la vivienda en que reside, dado que el contrato de alquiler finaliza. En otros casos se ha ofrecido la renovación por tres años con un incremento de las cantidades percibidas por alquiler, pero no en este, lo cual es interpretado por los afectados como una simple represalia.

Todos los años, Byron Wien, vicepresidente y principal gurú de Blackstone, uno de los mayores fondos de inversión del mundo, organiza los Benchmark Lunches, encuentros que tienen lugar en Long Island los viernes estivales y en los que se reúnen personas de la élite que veranean por la zona. Cuando se iniciaron, hace 30 años, estaban integrados por cinco personas; ahora sus participantes suman un total de 100. En ellos se citan multimillonarios, académicos, gestores de fondos de capital riesgo o de capital inversión, directivos de empresas productivas y de fondos inmobiliarios. Wien modera los debates en un ambiente relajado, con buena comida y buena temperatura, en un entorno ideológicamente plural: allí hay republicanos, demócratas y libertarios.

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