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Las cosas que no soportas de tu pareja (y te das cuenta cuando ya es tarde)
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ay, amigo, haberlo pensado mejor

Las cosas que no soportas de tu pareja (y te das cuenta cuando ya es tarde)

Meses después de pasar por el altar te das cuenta de que esa persona a la que dijiste 'sí quiero' no se parece en nada a la que ves ahora las 24 horas del día. Estas historias reales lo demuestran

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Madre mía, ¿pero quién es este hombre? ¿Por qué no sabía que era tan soso?

¿Desde cuándo hay plumeros de colores?

¡Qué dichosa manía de dejar todo abierto, le odio!

Si lo llego a saber... igual no me caso

Clásico. En el noviazgo todo es pasión. Cada uno muestra la mejor versión de sí mismo. Pero después del "sí quiero" pasan los meses y... Ja. Ahí es cuando aparecen las curvas. Tu pareja no es cómo imaginabas. Al menos no del todo. De pronto te das cuenta de que tiene la manía de hacer sus necesidades con la puerta abierta TODOS los días, de que ve motas de polvo como si tuviese rayos X en los ojos, o de que es más soso que un día sin pan.

Estas son algunas de las historias que ha recopilado 'Cospomolitan' sobre casados sorprendidos, por calificarlo de alguna manera:

1. "Mi mujer hace caca con la puerta abierta"

"Mi esposa se niega a hacer caca con la puerta cerrada. Se niega. Y ni siquiera ventila. La verdad, yo no sabía nada de esto cuando estábamos saliendo. Al principio, cuando comenzamos a salir, vivíamos en un apartamento pequeño, por lo que ella siempre cerraba la puerta. Hacía eso o moríamos del olor. En cambio, tras casarnos nos mudamos a un apartamento más grande, con dos cuartos de baño, gracias a Dios. Pero deja la puerta abierta, ¿por qué? Encima si ventilo se enfada.

Hombre atufado. Cory, 32 años.

2. "Me dijo que no quería niños"

Imagínate la cara de la pobre mujer tras enterarse de que su marido no quería tener hijos con ella después de decirle que sí. o_0

"Tras seis años de noviazgo, nos casamos. Hablamos largo y tendido sobre ser padres. Él me dejó claro en todo momento que quería tener niños conmigo. De hecho hablamos hasta de que serían dos, discutimos sobre dónde criarlos y posibles nombres. Nos casamos y a las tres semanas llegó la sorpresa. Me dijo que en realidad nunca quiso tener hijos, pero que conmigo se le despertó el instinto paternal, al menos un tiempo. No lo tenía claro pero tenía la esperanza de que le entrasen ganas. Yo me deprimí. Me tomé un tiempo para pensar si después de todo quería seguir con él. Tras cuatro meses de llantos y confusión tomé la decisión de pedir el divorcio. Y hoy, la verdad, no puedo estar más feliz".

Se casó con un niño. Liv, 33 años.

3. "Nunca cierra nada de lo que abre"

Seguro que conoces a alguna persona (o, peor aún, vives con una) que nunca tapa nada. Eso es lo que descubrió Paul al casarse. Aunque es una tontería puede sacar mucho de quicio.

"Ella no tapa nada. Da igual lo que sea. Botes, zumos, pasta de dientes, la cajita de las lentillas, cremas... y tiene sus incovenientes. El otro día me salpicó una botella del armario de la cocina por no tener tapa. Me revienta, pero parece que para ella no es ninguna prioridad dejar las cosas como las encuenta en un principio. Solo me queda ir tras de ella... Soy el yin de su yang".

Es sabido que las mujeres desordenadas son las más pasionales. Paul, 55 años.

4. "Es una obsesa de la limpieza"

¿Me lo dices o me lo cuentas?, estás pensado. Como se entere la parienta, verás.

"Es una loca con la limpieza del piso. Después incluso de aspirar y pasar la fregona va de punta a punta recogiendo cualquier pelo suelto o cosa que se le puede haber pasado. Y si hay visita es mucho peor. Da igual que venga alguien que ha estado en casa millones de veces antes, eso no es relevante para ella. A ver, yo entiendo que quiera tener el piso limpio, y es algo que sabía de ella antes del matrimonio, pero no me imaginaba que llegaba hasta ese punto".

Es Don Limpio a la fuerza. Stacey, 27 años.

5. "No para de cantar"

Desde luego, es cierto que se acaba de conocer auna persona hasta que no llega la convivencia. Si no se pasan las 24 del día con la pareja puedes ocultar de todo. Incluso un trastorno.

"Mi marido tiene un trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). La verdad, no me di cuenta de los síntomas hasta que nos casamos. Éramos muy jóvenes; yo iba a la universidad de hecho. Pero cuando nos mudamos a nuestra propia casa... ¡madre mía!. Cantaba todo el rato. Si me tocaba el pelo, hacía una canción sobre eso; y al minuto pasaba a tararear nuevas estrofas que se inventaba sobre mi nombre, mi familia, sobre lo que hacía el gato... Era muy pesado".

"No le dí la mayor importancia hasta que se matriculó en una escuela y vi que le era imposible concentrarse en los estudios. Me vio preocupada, yo trataba de ayudarlo. Entonces me confesó que sufría de TDAH. No le gusta hablar de ello ni contárselo a nadie. Es algo que prefiere quedarse para él mismo. No me enfadé, al contrario, me ayudó a entenderle mucho mejor".

La convivencia saca todo. Eve, 24 años.

6. "Robaba pastillas"

Esto ya es otra historia... Triste pero real.

"Me enteré de que mi mujer era adicta a las drogas. Yo la había conocido en el instituto. Fumábamos marihuana, pero de ahí no pasábamos. Yo no tenía nI idea, pero resulta que en aquella época ella se dedicaba a robar pastillas a su madre.

Nos casamos en 1983 y un año después tuvimos una hija. En 1985 ella no pudo ocultar su adicción más. La situación llegó al punto en que ella no quería siquiera ir a trabajar; su único deseo era quedarse en casa, sentada, como un vegetal. La situación fue a peor. En 1994 se fue de casa. "Me voy, tengo que buscar mi vida". Con esta nota, y de pronto, me convertí en padre y madre. No me entristece, pero no puedo evitar llorar cuando veo a mi hija derramar lágrimas por su madre. Eso fue lo más difícil. Nunca la llamó en los cumpleaños ni fue parte de su vida. Murió en enero del pasado año. Al parecer, por sobredosis de heroína. Vi una foto de ella y, la verdad, nunca la habría reconocido. Parecía el doble de mayor y su cara estaba demacrada. Las drogas destruyen a las personas.

Valiente. Larry, 55 años.

Madre mía, ¿pero quién es este hombre? ¿Por qué no sabía que era tan soso?

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