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La mujer que es joven a los 70 y el libro que la inspira para vivir 30 más
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La mujer que es joven a los 70 y el libro que la inspira para vivir 30 más

Las estadísticas no mienten: cada vez vivimos más. Muy diferente es el debate sobre la calidad de vida que nos espera en esos últimos años. Estos autores nos quitan el miedo

Foto: Queremos vivir más y con calidad de vida. (Rob Lewine/Corbis)
Queremos vivir más y con calidad de vida. (Rob Lewine/Corbis)

Cuando los autores del libro 'The 100-Year Life', profesores del ámbito de la empresa, preguntan a sus alumnos cómo se imaginan vivir cien años, la primera reacción que se encuentran es de alarma. Ya lo dijo Bertrand Russell en su época y sigue siendo válido hoy: “Nos aburrimos menos que nunca, pero tenemos más miedo de aburrirnos”.

La cuestión de cómo vivir más y mejor nunca deja de interesarnos, y aunque haya motivos de preocupación (las pensiones, los problemas de salud, la incertidumbre...) tenemos un nuevo ejemplo inspirador en esta publicación. Linda Gratton y Andrew Scott son expertos en el mundo laboral, pero en esta obra ahondan más bien en cómo usar el tiempo fuera del trabajo para seguir enriqueciéndonos mentalmente.

Se trata de no caer en las trampas que nos matan poquito a poco, o hacen que nuestra vida quede tan mermada que deje de merecernos la pena. El enfoque del libro es doble: por un lado, hay aspectos puramente empresariales –Scott es profesor de Económicas en la London Business School y ha ostentado cargos en Oxford y en el Center for Economic Policy Research, y Gratton es profesora de dirección de empresas y dirige el programa 'Human Resource Strategy in Transforming Companies', considerado uno de los más importantes sobre Recursos Humanos del mundo— y por otro cuestiones psicológicas, diarias, sobre cómo sentirse mejor.

En la primera vertiente podemos encontrar consejos sobre qué trabajos son mejores para las personas mayores, cómo financiar la vejez propia o cómo tomarse la carrera profesional. Estos son algunos de los consejos del segundo tipo que se desprenden del libro, nacido de un intercambio de tres años entre los dos autores.

1. No dejes todo al azar

El tópico es que para ser feliz hay que hacer cosas de forma espontánea, sin planearlas. Eso está muy bien en teoría, pero si tienes un trabajo que ocupa gran parte de tu tiempo, no tomar las riendas de lo que quieres para tu ocio y esperar la inspiración significa la mayoría de las veces no hacer nada. Cuando llegamos a cierta edad, nos parece extravagante planear mucho, como si nos diera miedo hacernos ilusiones. Pero la vida no nos va a premiar por tener razón en que nos queda menos tiempo que antes, nos premiará si vivimos el presente confiando en poder controlar el futuro hasta cierto punto.

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Una vejez espectacular hay que financiarla. Piensa en cómo lo harás y distribuye el trabajo y el dinero pensando también en esos años. Bien administrados, pueden ser los más felices.

Hay que responsabilizarse de la propia felicidad. Haz listas de cosas que quieres hacer ahora que estás vivo, y ponte fechas tope. A veces nos cuesta más hacer lo que deseamos que lo que nos imponen, pero piénsalo, ¿quién te lo impide?

2. Actúa y aprende cosas nuevas

Esto parece complicado a partir de cierta edad, pero es porque solemos imaginarnos haciendo cosas muy distintas a lo que hemos hecho siempre. Y sí, es ideal si después de una vida sin dibujar decidimos pintar al óleo, pero no hace falta ser tan ambiciosos. ¿Tienes una furgoneta a tu disposición y nunca la has cogido porque prefieres tu viejo coche fácil de aparcar? ¿Cocinas las mismas recetas todas las semanas? ¿Nunca has reservado un viaje por internet? ¿Nunca te has cosido un botón?

Si no innovas mucho, al menos permanece activo, es la mejor forma de alargar tu juventud.

3. Sé positivo

Janet Street-Porter, una periodista que roza los setenta con una lozanía envidiable y que ha reseñado el libro para 'The Daily Mail', nos da un ejemplo: “Mi vida es decir 'sí, por favor' a las cosas, trabajar en proyectos diferentes, aceptar desafíos que no he asumido antes, salir con regularidad y pasar tiempo hablando con gente que tiene la mitad de mi edad”. Al final del día hace un pequeño test mental: si durante ese día ha dicho más veces “no, gracias” que “sí, por favor” se anota un tanto negativo y promete cambiarlo al día siguiente.

4. Cuida tu vida personal tanto o más que antes

La soledad es peligrosa en la gente mayor. Según pasan los años, es tristemente normal ver cada vez menos a las personas que nos han cambiado la vida y quedarnos solo con la familia más íntima y las ocasiones especiales. Ver a gente no debería verse como una obligación penosa, es lo mejor para tu salud y tu alegría a largo plazo. Es importante también hacer amigos nuevos; si puedes mejor que sean un poco más jóvenes que tú, para inspirarte y ayudarte a ver las cosas desde diferentes puntos de vista, una virtud muy juvenil.

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5. Olvídate de la idea de las tres etapas de la vida

Nuestros mayores vivieron una vida en tres actos: estudios, trabajo y jubilación. Da miedo ver que este esquema ya no vale, pero también es liberador. Si estás pensando solo en sobrevivir viendo la tele a partir de cierta edad, empezar a ahorrar pensando en nuevos objetivos que aún no imaginas puede quitarte un peso de encima. Para afrontar este punto, los autores proponen ser flexible, permanecer abierto a no saber todo lo que va a suceder. La tercera edad solo es la que está entre la segunda y la cuarta.

6. No pierdas de vista los grandes intangibles

No falla, cuando alguien se siente cerca de la muerte, por ejemplo tras un infarto o un accidente, suele arrepentirse de haberse preocupado mucho por las cosas materiales inmediatas. Perder todo el tiempo trabajando para ganar un poco más en lugar de ver a los hijos, por ejemplo. Y los niños solo son niños una vez. En palabras de la autora del libro: "Al envejecer puedes comprar una casa en el campo para empezar una nueva vida, pero no puedes comprar nuevos amigos. Las consecuencias de cómo usamos el tiempo en cada momento son acumulativas, así que tenemos que pensar con más cuidado en las consecuencias".

7. No te entretengas, reinvéntate

El entretenimiento es evasión, intentar no pensar. Está bien tener un rato de eso al día, pero renunciar a reflexionar sobre uno mismo es morirse en vida. Dejar de hacer planes atrofia nuestra mente y se va haciendo cada vez más difícil que apetezcan, es un círculo vicioso.

Así que ya sabes, aunque tengas ochenta, intenta preguntarte quién quieres ser de mayor.

Cuando los autores del libro 'The 100-Year Life', profesores del ámbito de la empresa, preguntan a sus alumnos cómo se imaginan vivir cien años, la primera reacción que se encuentran es de alarma. Ya lo dijo Bertrand Russell en su época y sigue siendo válido hoy: “Nos aburrimos menos que nunca, pero tenemos más miedo de aburrirnos”.

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