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Las cuatro reglas de vida imprescindibles para ser feliz (y son muy antiguas)
  1. Alma, Corazón, Vida
SEGÚN 'EL FELICIÓLOGO'

Las cuatro reglas de vida imprescindibles para ser feliz (y son muy antiguas)

La palabra es magia, es decreto, es proyección…, ten cuidado con lo que hablas y sobre todo con lo que te dices a ti mismo, recuerda que no hay nadie más cruel para ti

Foto: Podemos encontrar en la antigua sabiduría algunas útiles enseñanzas. (iStock)
Podemos encontrar en la antigua sabiduría algunas útiles enseñanzas. (iStock)

Es posible que el nombre de Ángel Rielo no le suene demasiado, aunque es más probable que sí haya oído su apodo, 'El feliciólogo'. Su último trabajo, 'El pequeño libro de la felicidad' (Alienta), es una pequeña guía para vivir un poco mejor en el día a día y convertirse en una de esas personas que, como él mismo explica, no se sientan a ver las cosas pasar sino que hacen que las cosas pasen. En el fragmento que reproducimos a continuación, el autor recoge los cuatro acuerdos de los toltecas, que nos ayudan a restar importancia a tantas cosas que no la tienen y centrarnos en aquello verdaderamente clave.

Los que me conocen saben que tengo un libro de cabecera para todas mis conferencias y talleres. Se titula 'Los cuatro acuerdos' y su autor es Miguel Ruiz, del que ya os he contado cosas porque también es autor de 'La maestría del amor'. Ese libro llegó a mi vida de manos de mi hija mayor justo en el momento más adecuado y ha servido de base para todo mi aprendizaje.

Sé impecable con la palabra, tanto para los demás como para ti; lo que manifiestes será la guía para tu forma de sentir y de vivir, además de dar paz o sufrimiento a los que te rodean. La palabra es magia, es decreto, es proyección…, ten cuidado con lo que hablas y sobre todo con lo que te dices a ti mismo, recuerda que no hay nadie más cruel para ti que tú mismo.

Estos son los acuerdos:

  • No te tomes nada de forma personal, que ya lo decía Mecano en 'Mujer contra mujer': “Lo que opinen los demás está de más”. Teniendo en cuenta que las personas solo pueden dañarnos con aquello que nosotros les permitimos que nos dañen, este acuerdo se resume con el refrán “No ofende el que quiere sino el que puede”.
  • No hagas caso a nada de lo que las mentes sucias digan de ti o de tu vida; esas mentes sucias pertenecen a gente tóxica y como verás, no son impecables con la palabra. No podemos escuchar y hacer todo lo que nos digan los demás porque entonces no viviríamos nuestras vidas, sino la que decidieran los demás.
  • No adivines ni supongas. ¿Es que somos videntes ahora o qué? Somos una raza de seres supositorios, unos porque tienen tendencia a dar por detrás –entiéndase dar palos, o puñaladas– y otros porque no dejamos de suponer, lo que no es nada bueno. “Los humanos somos los únicos seres sobre la faz de la tierra capaces de sufrir por un acontecimiento que normalmente no se llega a producir”.

La regla es empezar por el primero y no pasar al segundo hasta tenerlo asimilado por completo

  • El último acuerdo de los toltecas dice que has de ser siempre lo máximo que puedas, ni más mi menos, lo cual se podría traducir en el clásico: “Quien mucho abarca poco aprieta”. “Si hace ma' ere bobo, si hace meno ere vago”.

Los toltecas no son tan conocidos como otras culturas, pero te diré que con solo cuatro acuerdos a modo de reglas de vida resumieron y resolvieron casi todos los conflictos personales. Si te fijas bien, para cualquier conflicto hay uno o más acuerdos a los que puedes acudir. La regla es empezar por el primero y no pasar al segundo hasta tenerlo asimilado por completo.

Es posible que el nombre de Ángel Rielo no le suene demasiado, aunque es más probable que sí haya oído su apodo, 'El feliciólogo'. Su último trabajo, 'El pequeño libro de la felicidad' (Alienta), es una pequeña guía para vivir un poco mejor en el día a día y convertirse en una de esas personas que, como él mismo explica, no se sientan a ver las cosas pasar sino que hacen que las cosas pasen. En el fragmento que reproducimos a continuación, el autor recoge los cuatro acuerdos de los toltecas, que nos ayudan a restar importancia a tantas cosas que no la tienen y centrarnos en aquello verdaderamente clave.

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