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La ciudad que va a ser trasladada íntegra tres kilómetros al este: así lo harán
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La ciudad que va a ser trasladada íntegra tres kilómetros al este: así lo harán

En el municipio sueco de Kiruna viven en la actualidad 19.000 personas, pero en un par de décadas toda la población deberá trasladarse: sus casas se están hundiendo

Foto: Maqueta de Kiruna que muestra la expansión de la mina y la nueva ubicación de la ciudad. (Reuters/Balazs Koranyi)
Maqueta de Kiruna que muestra la expansión de la mina y la nueva ubicación de la ciudad. (Reuters/Balazs Koranyi)

Kiruna es la ciudad situada más al norte de Suecia, en pleno Ártico y el segundo municipio más grande del mundo por área de extensión: 20.000 km2. Su historia está íntimamente ligada a la minería del hierro. La compañía minera estatal LKAB fundó el asentamiento en 1900 para explotar las enormes minas que rodean a la población y que, hasta entonces, se estaban trabajando sin contar con una población fija.

La ciudad fue planeada desde cero por el arquitecto Per Olof Hallman que la diseñó para soportar las bajísimas temperaturas y los vientos polares y acomodar a los mineros en un entorno agradable, con todo los servicios sociales necesarios, pese a que la mitad del año el sol (no) brilla por su ausencia. En 1907 se inauguró incluso un tranvía, que permitía a los trabajadores desplazarse de sus casas al centro de trabajo sin morirse de frío. La población parecía estar muy bien pensada, pero los arquitectos no contaron con un pequeño detalle.

El terreno sobre el que se asienta la ciudad se está viniendo abajo debido al movimiento de tierras provocado por la extracción de minerales

La ciudad está situada entre dos montes, el Kiirunavaara y el Luossavaara. Aunque al fundar la población los montes contaban con sendas minas, en la actualidad solo se excava la de Kiirunavaara, que es una de las más profundas del mundo: llega hasta los 1.600 metros. Hoy Kiruna tiene una población de 19.000 habitantes, cuya actividad sigue íntimamente ligada a la inmensa mina. Pero el que fuera motivo de su fundación será en breve motivo de su clausura.

Durante más de un siglo de actividad, se han retirado de la mina mil millones de toneladas de hierro, lo que ha provocado un fenómeno geológico conocido como subsidencia: el terreno sobre el que se asienta la ciudad se está viniendo abajo debido al movimiento de tierras provocado por la extracción de minerales. Muchos edificios están ya en un estado lamentable y se han llegado a hundir algunas partes del pueblo. Así que las autoridades suecas han llegado a la única conclusión posible: Kiruna debe mudarse a un terreno seguro.

El proyecto urbanístico más radical del siglo

Los problemas salieron a la luz en el año 2004, cuando la empresa minera comenzó a realizar perforaciones más profundas que provocaron vibraciones en el subsuelo de la ciudad y el surgimiento de nuevas grietas. Debido a esto, el Ayuntamiento de Kiruna convocó un concurso internacional cuyo objetivo era buscar la mejor forma de organizar una macromudanza de la ciudad que garantizara la sostenibilidad futura y fomentara la cohesión urbana y social de los vecinos.

Se presentaron un total de 57 propuestas, procedentes de estudios de arquitectura de todo el mundo, pero fueron las empresas White Arkitekter y Ghilardi + Hellsten las que se llevaron el gato al agua con su proyecto Kiruna 4-ever.

Documental del Gobierno sueco sobre el proyecto de mudanza de Kiruna.

El plan, cuyas primeras fases deben comenzar en 2018, planea el traslado de la ciudad de manera gradual a 3,2 kilómetros de su ubicación actual, en un proceso que durará 20 años y que debería finalizar en 2033. La idea es configurar la población en torno a una calle central llamada Malmvägen que unirá el centro de la ciudad con los nuevos barrios residenciales, el aeropuerto, los asentamientos cercanos de Lombolo y Toulluvarra y, claro está, la mina de Kirunavaara.

El aspecto del pueblo será el de una gran avenida de la que saldrán los barrios en forma de dedos, que estarán separados por el paisaje natural del ártico, para no perder la conexión con el entorno. No obstante, pese a que se crearán nuevas infraestructuras, se mantendrá gran parte de la ciudad actual. Algunos edificios importantes, como la iglesia central –de estilo 'art nouveau' y una de las más grandes de Suecia–, serán desplazados enteramente a su nueva ubicación, otros, sencillamente, se derribarán y serán construidos de nuevo, ladrillo a ladrillo.

Viviendo en una ciudad que ya no existe

Los vecinos de Kiruna, que son conscientes de vivir en una ciudad que ya no existe, están mayoritariamente a favor del plan: quien no trabaja directamente en la mina tiene familiares y amigos que dependen de ella. Pero hay algunas resistencias. Muchos están simplemente preocupados por el coste o la logística –los comerciantes, por ejemplo, tienen que decidir cuando mudarse, con el riesgo que supone abrir la tienda en la nueva ubicación mientras algunos de tus clientes siguen en la antigua, otros, los más mayores, lamentan perder el que ha sido su pueblo durante toda su vida.

La reubicación de poblaciones enteras no es algo novedoso, y en España lo sabemos bien. Aunque fueron varios los pueblos que tuvieron que asentarse en otros lugares para dar paso a pantanos, el caso más sonado es el de Riaño (León), que fue el último municipio inundado bajo las aguas de un embalse.

Nuestro mayor desafío no es diseñar una nueva ciudad. El mayor desafío es mover la mentalidad de la gente y su cultura

Tras varios intentos de construir una nueva presa en la zona, dentro de la política hidrográfica del régimen de Franco, finalmente el valle de Riaño, en el que confluyen los ríos Esla, Yuso y Orza, fue sepultado por las aguas en 1987, bajo el gobierno de Felipe González, y con él desaparecieron, además de Riaño, otros ocho pequeños pueblos. Los vecinos fueron realojados en el nuevo Riaño, pero la construcción del embalse provocó numerosas movilizaciones: los vecinos tuvieron que ser desalojados a la fuerza de sus casas y hubo incluso un suicidio.

Aunque la administración rescató las edificaciones históricas más importantes del anegado valle –dos iglesias y unos ochenta hórreos– no se puede decir que el nuevo Riaño, pese a estar en un entorno excepcionalmente bello, sea una ciudad especialmente bien planificada y, menos aún, bonita. ¿Logrará Kiruna lo que no se logró con la población leonesa?

“Nuestro mayor desafío no es diseñar una nueva ciudad”, aseguró Mark Szulgit, uno de los arquitectos responsables del proyecto en un documental que ha elaborado el Gobierno sueco. “El mayor desafío es mover la mentalidad de la gente y su cultura”.

Kiruna es la ciudad situada más al norte de Suecia, en pleno Ártico y el segundo municipio más grande del mundo por área de extensión: 20.000 km2. Su historia está íntimamente ligada a la minería del hierro. La compañía minera estatal LKAB fundó el asentamiento en 1900 para explotar las enormes minas que rodean a la población y que, hasta entonces, se estaban trabajando sin contar con una población fija.

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