Baños de champán y reírse de 'paletos' como tú: la vida de los 'niños ricos de Londres'

Cuando naces en el seno de una familia bien posicionada –más concretamente, multimillonaria– no te queda otra: ir a los colegios más elitistas; acudir a eventos exclusivos; coches de alta gama, yates y hasta aviones privados; vivir en las mejores mansiones y vacaciones a los parajes más exóticos a pensión completa. Lo que viene siendo una vida de lujo en la que tus relaciones sociales serán, por lo general, con personas de tu misma clase social.

Bien lo saben los hijos de algunos de los más adinerados residentes de la ciudad de Londres, quienes, con cierta sorna y poca discreción, han decidido publicar en las redes sociales lo bien que se lo pasan cuando se bañan en champán, conducen sus Ferraris sobrepasando cualquier límite de velocidad o riéndose de cómo vive el populacho londinense. Y, como no podría ser de otra manera, las grandes cabeceras de los rotativos británicos como 'The Sun' no han podido dejarlo pasar.

De niño rico a adolescente millonario

La cuenta de Instagram, Facebook y Snapchat llamada 'Rich Kids of London' –literalmente, 'niños ricos de Londres'– se ha convertido en el espacio virtual de reunión de estos jóvenes 'hijos de papá'. Y, ya sea por ese deseo aspiracional de ser ricos en algún momento de nuestras vidas o por simple hecho de cotillear en qué nueva 'aventura' se han embaucado este grupo de adolescentes millonarios, el hecho es que sus fotografías están dando la vuelta al mundo.

Las imágenes de sus extravagantes travesuras en las que el grupo de adinerados amigos pueden llegar a gastarse miles de euros, cuentan con unos 118.000 seguidores. Sus vuelos en 'jets' privados y paseos en Rolls Royce hacen las delicias de los usuarios, pero estos adolescentes no solo alardean de los lujos que les rodean: también utilizan las redes para reírse y burlarse de los más desfavorecidos tildando al resto de ciudadanos como 'palurdos', 'paletos' o 'plebe'.

La polémica e indignación por la falta de educación y respeto de estos “niños malcriados”, como cuenta Siofra Brennan en 'The Daily Mail', surgió a raíz de la publicación de una imagen en la que se puede ver uno de sus vehículos de alta gama en plena calle. Mala suerte para el transeúnte que se cruzó en el objetivo de los móviles de última generación de estos jóvenes, quien, al pararse a mirar, recibió el duro azote de la crítica innecesaria de los pequeños millonarios: “Me encanta cuando los paletos admiran mi coche”.

Sin embargo, los adolescentes aseguran que el verdadero objetivo de sus páginas no es hacer que los demás se sientan avergonzados de su propia vida sino simplemente mostrar al resto de jóvenes su flota de vehículos de lujo, sus caros abrigos de piel y, de cuando en cuando, algún que otro fajo de billetes.

Es una lata, el trabajar

De hecho, ninguno de ellos saca instantáneas de ellos mismos en sus puestos de trabajo. Prefieren compartir con el resto de los mortales imágenes de sus exclusivos Ferrari y Mercedes-Benz o, ya puestos, del lujoso interior de su avión privado: “¡Las Vegas me dejó destruido!”, clamaba uno de ellos en una 'simpática' imagen en la que sale tumbado en el suelo de su aeroplano particular. ¿El mensaje? Que quedase claro que un viaje de ida y vuelta a la ciudad de las luces en el que claramente el presupuesto era ilimitado le dejó agotado.

Pero si hay una temática que parece ser su punto fuerte, esta son los coches. “Papá quería un Lambo y no un Ferrari”, comentaba uno apenado mostrando su nuevo Lamborghini; “Estrellé el Aston y ahora tengo que conducir este”, se lamentaba otro niño rico señalando el Bentley que se veía obligado a utilizar en aquellos tristes días sin su Aston Martin.

Mientras algunos utilizan las plataformas para quejarse por dejar sus vacaciones en cualquier isla paradisíaca y tener que regresar a la escuela –recordemos, la mayoría son adolescentes– o a la universidad en sus coches de lujo y 'jet' privados, otros bromean con “lo pequeño que es el avión de papá”. Más foto del lujoso aparato, claro. Pobre niño rico.