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Intenté desconectar de todo durante una semana y esto es lo que me pasó
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¿Adictos al trabajo?

Intenté desconectar de todo durante una semana y esto es lo que me pasó

Cansado y sobresaturado de sus responsabilidades, Chris Myers, CEO y cofundador de BodeTree.com, se planteó alejarse completamente de su negocio durante un tiempo

Foto: ¿Lo consiguió? (iStock)
¿Lo consiguió? (iStock)

Mientras millones de personas ansían poder subsistir económicamente sin necesidad de acudir cada día a sus puestos de trabajo, ver las mismas caras y pasar interminables jornadas haciendo lo mismo, hay quienes aseguran que aunque les tocase la lotería seguirían trabajando. Aunque a muchos les cueste entenderlo, es comprensible que sientan pasión por su profesión y no quieran abandonar sus objetivos y retos por el simple hecho de tener dinero de sobra para vivir tumbados en una hamaca de por vida. '¿Es por eso o es que son adictos al trabajo?', puede que te preguntes al no entender qué les ata tanto a sus rutinas que no serían capaces de abandonarlas por el mejor de los motivos: vivir su vida.

El hecho es que hay muchas personas a las que les cuesta dejar de lado sus obligaciones profesionales y centrarse, aunque sea durante unos minutos al día, en su vida personal. No saben cómo hacerlo y en cuanto tienen la oportunidad de probar, se sienten perdidos. Al menos así le ocurrió a Chris Myers, CEO y cofundador de BodeTree.com, cuando cansado y sobresaturado de sus responsabilidades se planteó desconectar completamente de su negocio durante una semana. Y no fue nada fácil.

En estos momentos no puedo atenderle

“Hay un montón de pruebas, tanto anecdóticas como científicas, que demuestran que los empresarios que son capaces de tomarse un descanso y desconectar de vez en cuando son más felices, están más sanos y son más productivos que sus pares estresados”, explica Myers en 'Forbes', medio en el que colabora y en el que ha narrado en primera persona su experiencia.

Antes de liarse la manta a la cabeza y desaparecer durante siete días sin más, el empresario decidió plantearse una serie de metas. Tampoco pensaba quedarse de brazos cruzados durante una semana y tenía bien claros los objetivos de su retiro: no encender ni un solo dispositivo electrónico, encontrar nuevas actividades al margen de su negocio que le interesasen y dejar de escribir para reencontrarse con su verdadera vocación: “Pensé que me vendría bien tomarme un descanso de la escritura en un intento por salir del bloqueo como escritor en el que me encontraba y volver a conectar con mi verdadera pasión”.

Las personas que se toman un descanso de vez en cuando son más felices, están más sanos y son más productivos que sus pares estresados

Una vez establecidas las normas de su retiro, tocaba cambiar de escenario para no dejarse llevar por las tentaciones y ponerse a currar sin darse ni cuenta –cómo es–, así que puso tierra de por medio y se marchó con su familia a Hawái (pobre, no debe tener pueblo). ¿Funcionaría?

Objetivo 1: Pasar de la tecnología

“Tal como esperaba, desconectar de la tecnología fue el reto más difícil que tuve que superar. Estoy prácticamente pegado a mi iPhone e iPad, y la simple idea de distanciarme de su flujo constante de información era aterradora”, confiesa. Tras encerrar sus dispositivos en la caja fuerte de la habitación, procuró distraerse conociendo “las maravillas que la isla tenía que ofrecer”.

“Tenía una curiosidad constante e inflexible sobre qué estaría ocurriendo en la oficina, pero fui capaz de superarlo recordándome a mí mismo que mi equipo era capaz de sacarlo todo adelante”, recuerda. Al contrario de la sensación de ansiedad a la que esperaba enfrentarse, Myers reconoce que no tardó en sentirse liberado: “Abandonar mi teléfono me ayudó a disfrutar del momento y ser plenamente consciente del mundo que me rodeaba”.

Mientras leía no podía dejar de sacar ideas interesantes y puntos de vista estratégicos que se podían aplicar a mi vida y negocios

Huir de la tecnología le ayudó a centrarse y evitar las decenas de distracciones a las que estaba expuesto que le impedían hacer una sola cosa. De hecho, tras este productivo trabajo de campo decidió que al regresar se obligaría a bloquear el móvil durante un par de horas al día para conseguir una mayor concentración en sus proyectos empresariales. De prestar atención a su mujer e hijos no comenta nada, aunque podría entenderse que en su mente están estructurados como un plan de trabajo más.

Objetivo 2: En busca de nuevos intereses

En un marco incomparable como las paradisíacas playas de Hawái, Myers prefirió obviar los chapuzones en aguas cristalinas y los sabrosos cócteles de colores y encontró el momento ideal para sumergirse en el placer de la lectura. Por delante 168 horas libres que pretendía aprovechar para desconectar, pero no imaginaba lo mucho que le iba a costar no trasladar la biografía de Alexander Hamilton escrita por Ron Chernow –algo 'ligerito', claro– a su vida cotidiana: “Curiosamente, mientras leía no podía dejar de sacar ideas interesantes y puntos de vista estratégicos que se podían aplicar a mi vida y negocios, incluso saqué unas cuantas ideas para futuros artículos”, explica emocionado. Quién sabe, quizás si hubiese optado por hacer un curso de submarinismo habría encontrado en los bancos de peces o en los corales nuevas formas de organización empresarial jamás pensadas.

Objetivo 3: Dejar de escribir

También parte de su trabajo diario, antes de su merecido 'break', Myers tenía algunos problemas para mantener un ritmo adecuado y constante en la producción de artículos. Falta de inspiración que le traía por el camino de la amargura. Pero Hawái lo cura todo y su perfil de escritor frustrado pronto se convirtió en una máquina de idear columnas: “Al dar a mi mente un descanso, me quité la presión de tener que encontrar una nueva idea cada día. Era precisamente esa presión la que me había llevado al bloqueo, pero ha desaparecido por completo y ahora los temas fluyen de nuevo”.

Prueba, ¿superada?

Con las pilas recargadas el CEO volvió a la oficina, pero la batería duró mucho menos de lo esperado: “Sospecho que la relajación, como la dieta o el ejercicio, es una experiencia que da sus frutos más a largo plazo de lo que nos gustaría pensar. No se puede simplemente encender o apagar nuestra rutina y se necesita tiempo para notar sus efectos positivos y adaptar el nuevo ritmo a la realidad”.

Como se suele decir especialmente en los meses siguientes al periodo vacacional, en ocasiones 'necesitamos vacaciones de las vacaciones' y hasta un buen posicionado empresario sabe que 'lo que pasa en Hawái se queda en Hawái'. A no ser que sepamos amoldar sus enseñanzas a nuestro día a día dando el tiempo suficiente para que funcionen; desconectar se traduce en un momento crítico para toda persona: volver a arrancar la máquina.

Mientras millones de personas ansían poder subsistir económicamente sin necesidad de acudir cada día a sus puestos de trabajo, ver las mismas caras y pasar interminables jornadas haciendo lo mismo, hay quienes aseguran que aunque les tocase la lotería seguirían trabajando. Aunque a muchos les cueste entenderlo, es comprensible que sientan pasión por su profesión y no quieran abandonar sus objetivos y retos por el simple hecho de tener dinero de sobra para vivir tumbados en una hamaca de por vida. '¿Es por eso o es que son adictos al trabajo?', puede que te preguntes al no entender qué les ata tanto a sus rutinas que no serían capaces de abandonarlas por el mejor de los motivos: vivir su vida.

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