"Dame de baja" y otras técnicas para reducir tus facturas al máximo

No te salen las cuentas. Si cuando contrataste aquel servicio te dijeron que iban a ser 30 euros al mes, ¿por qué te cobran 47,21 euros? Ah, vale, el IVA. No, tampoco cuadra. ¿Entonces? Revisas la factura y empiezas a ver una serie de servicios que desconocías por completo haber contratado ni mucho menos activado, y valen una pasta.

Toca pelear con los más complicados: los teleoperadores que atienden las problemáticas de los consumidores. Especialmente con los empleados de las compañías de telefonía móvil e internet, quienes les llaman suelen perder las formas, probablemente porque llevan más de ocho minutos escuchando en bucle la música de espera y una vez les atienden no entienden nada de lo que les están contando.

Son muchos los que saben que lo de que te vas a cambiar de compañía es un farol y que la mayoría de los abonados serán leales a sus servicios

Mantén la calma y aprende a conseguir lo que necesitas –pagar menos– sin desquiciar a nadie. Usa el lenguaje adecuado basándote en una buena estrategia de comunicación que incluya estas pautas. Reducirás de una vez por todas tus facturas y ahorrarás unos cuantos euros al año.

Hola, gracias, disculpa… los básicos

A nadie le apetece que le falten al respeto, mucho menos mientras está trabajando. Porque no, no es un complot para acabar con tu hora de la siesta, las personas que llaman están trabajando.

Llama tú

¿Estás cansado de silenciar el móvil porque no dejan de llamarte a horas intempestivas para ofrecerte productos y servicios que no necesitas? Pues resulta que a veces sí que tienen ofertas, pero no lo has cogido o –puede que por casualidad, claro– quizás se les haya pasado darte un toque para comentarte que por antigüedad te reducen un tanto por ciento interesante (¡como si es un 2%!) tus facturas. Píllales por sorpresa y llama tú para pedir información, seguro que algo sacas.

Quiero darme de baja

“Por lo general, amenazar con que vamos a cambiar de proveedor es una manera segura de conseguir que nuestra compañía actual nos reduzca la factura. Al realizar la llamada, debes informar a la primera persona que te atienda que deseas cancelar sus servicios porque son más caros de lo que puedes permitirte en este momento. Entonces te pasarán con el departamento de clientes, que son las personas que sí tienen autoridad para reducir efectivamente tu factura”, asegura en 'WiseBread' el experto en compras Kyle James.

Cuando se trata de negociar una factura mensual más baja, lo primero que tienes que hacer es analizar a la competencia

“Pero ojo, porque son muchos los que saben que es un farol y que la mayoría de los abonados serán leales a sus servicios porque saben que les ofrecen calidad”, explica, y recomienda elaborar una buena táctica para que crean que les estamos hablando en serio y saquemos algo en claro.

Infórmate antes de hablar

No vengas con el cuento de que 'te han dicho', 'he escuchado' o los 'mi primo paga mucho menos con equis compañía'. James deja claro que debemos estudiar bien las ofertas reales que ofrecen otras empresas antes de jugárnosla: “Cuando se trata de negociar una factura mensual más baja, lo primero que tienes que hacer es analizar a la competencia”. Averiguar lo que están ofreciendo en ese momento y utilizar estos argumentos para explicar por qué nos estamos planteando cambiar de compañía. Ahora te van a escuchar. Ha colado.

Apela a tu antigüedad: 'dame algo'

Tampoco tienes que darles pena porque, asúmelo, no dejas de ser un número más y no van a anular los 22 euros que gastaste en calefacción aquel día que olvidaste apagarla por la noche. Claro que si llevas bastantes años pagando sus servicios, puede que te caiga algo en compensación. Y no, no será una manta de franela. Tampoco tienen servicios tan personalizados.

¿Te llamabas?

Te ha dicho su nombre justo al empezar la llamada y te pregunta el tuyo no porque quiera tener datos para ir a quemar tu vivienda y hacer daño físico a tus seres queridos; quiere saber cómo dirigirse a ti. Si procuras recordar su nombre –según tu grado de memoria a corto plazo, quizás te resulte bastante útil tener boli y papel a mano– y mantener una charla cordial, probablemente trate de buscar mejores alternativas para ti que si te dedicas a llamarle 'chico', 'chaval', 'mira tú' o 'sinvergüenza', en sus posibles variaciones de género y número.

Con los datos en la mano

Recuerda tener siempre delante las últimas facturas para poder contrastar los datos. Si cabe la posibilidad de que un vecino o amigo en una situación similar te preste una para poder explicarles tus enormes dudas y los brutales abusos que parecen no ocurrir en ninguna otra lectura de gas o luz del planeta, mejor que mejor.

Confío en vosotros

“En lugar de poner en peligro que puedan darte de baja sin más, es importante que digas que te fías de ellos y que simplemente te gustaría pagar menos de lo que está pagando en este momento”, comenta el experto en consumo, recordando que con quienes hablamos son humanos y quizás, si no conseguimos ni una mínima rebaja, sea por nuestra culpa: “Lo mejor es ceñirse al tema que nos preocupa sin involucrarnos emocionalmente y recuerda que si la persona que te atiende parece estar teniendo un mal día y claramente no está dispuesto a ayudarte, sólo tienes que llamar más tarde”.