El enterovirus que infectó a 48 niños en Cataluña podría ser del tipo A

Los médicos del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona sospechan que el enterovirus causante de la epidemia en Cataluña en niños menores de seis años podría ser del tipo A o A75, y no D68 como se creía hasta el momento. Así se lo ha confirmado a El Confidencial el jefe del departamento de Pediatría del hospital, el doctor Carlos Torres, quien prevé que el virus podría extenderse a poblaciones limítrofes como Valencia o Zaragoza.

No obstante, el doctor Torres señala que, excepto en casos excepcionales, como el paciente que todavía se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) con secuelas producto de la enfermedad, no es una infección alarmante y remite con los cuidados oportunos en unas pocas semanas. “Ha habido otros brotes similares en países asiáticos y en Estados Unidos. Desconocemos cómo ha llegado hasta aquí, pero lo que sabemos es que en casi todos los casos no se trata del D68 y no produce parálisis”, sostiene.

El enterovirus es un patógeno que ataca a los menores en primavera y verano, produciendo fiebres, lesiones leves en la faringe, temblores y erupciones, que pueden confundirse muchas veces con un catarro común. En casos más graves ocasiona romboencefalitis, una inflamación del tronco cerebral nacida de una reacción del cuerpo ante la infección, que también puede afectar levemente al habla y la capacidad para tragar. Y en el supuesto más grave, el enterovirus puede producir un fallo cardíaco y respiratorio. Sin embargo, cuando la infección es leve no se suele medicar y "no hay tratamiento concreto", afirma.

Actualmente, los menores afectados por este tipo de enterovirus son 48, y 21 de ellos están hospitalizados, según datos de la Conselleria de Salut de la Generalitat catalana. De estos, nueve pacientes fueron ingresados en la UCI, cinco en estado grave, pero solo uno permanece allí. La única persona que fue diagnosticada de enterovirus D68 fue una niña que ingresó tetrapléjica en el Hospital de la Vall d'Hebron y que se recupera en el Instituto Guttmann de Badalona (Barcelona).