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¿En qué se diferencian los exámenes de la reválida española y la de los niños ingleses?
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DOS PAÍSES DIFERENTES, CONTENIDOS PARECIDOS

¿En qué se diferencian los exámenes de la reválida española y la de los niños ingleses?

Los jóvenes que estos días se estén enfrentando a una de las pruebas más duras con las que se han encontrado pueden consolarse echando un vistazo a la británica

Foto: Las pruebas que se han realizado durante los últimos días tienen mucho más que ver con la Selectividad de lo que parece. (Efe/Manuel Bruque)
Las pruebas que se han realizado durante los últimos días tienen mucho más que ver con la Selectividad de lo que parece. (Efe/Manuel Bruque)

Ayer, los estudiantes de sexto de Primaria de regiones como Madrid, Galicia, La Rioja o Ceuta y Melilla –en definitiva, las gobernadas por el PP– se enfrentaron a su evaluación final, una prueba novedosa implantada por la LOMCE que comprende diversas materias, como Comprensión Oral y Escrita, Idiomas, Matemáticas y Ciencia y Tecnología. Más allá de las polémicas que ha suscitado la prueba en muchas comunidades, que aún habrán de decidir si finalmente las llevan a cabo y en qué condiciones (¿evaluación externa o realizada por los propios profesores?), ya están circulando las primeras preguntas que nos dan una idea de lo que se ha preguntado en dicha prueba.

¿Somos una excepción o simplemente son preguntas muy parecidas a la del resto de los países occidentales? Podríamos pensar que, ya que se trata de una prueba para niños de 11 y 12 años, muy mal nos debe ir para que no seamos capaces de resolverla. Pero profundizar en las cuestiones aparecidas en dicha prueba, que ha sido denunciada por causar ansiedad a los alumnos, puede depararnos alguna sorpresa debido a la dificultad que puede presentar para más de uno… al menos, a aquel al que la escuela le caiga lejos.

Entendiendo lo que se lee

Las pruebas españolas se han dividido en tres apartados. El primero hacía referencia a la Lengua Castellana, dividido en dos: una prueba de comprensión oral y escrita y otra de expresión escrita. En la primera, los alumnos debían escuchar una grabación, de semejante manera a como se realiza un 'listening' en inglés, y después contestar a algunas de las preguntas, que aluden tanto a cuestiones de comprensión como de contenido (en uno de los ejemplos, el alumno debía responder qué significaba que Felicidad era una niña “despierta”, ante lo que había cuatro respuestas: a) que es nerviosa, b) que es despistada, c) que es inteligente y d) que es alegre). Una doble vertiente que hace referencia tanto a la capacidad del alumno para retener contenidos como para discurrir, en consonancia con lo propuesto por las recientes leyes.

Se trataba, en primer lugar, de un texto literario, que era complementado por otro periodístico. Concretamente, uno meteorológico, en el que se debía responder acerca de cuestiones de contenido, como en qué estación del año se encuentra el presentador que lee el parte. A continuación, llega la prueba escrita, en la que se han de leer fragmentos de novelas como 'Caperucita en Manhattan', de Carmen Martín Gaite (llamativamente, su “Usos amorosos de la posguerra española” fue un clásico de las pruebas de Literatura en la Selectividad), para después responder a cuestiones acerca de lo que se acaba de escuchar (“¿qué palabras escribió Sara al principio de su cuaderno?”) como de contenidos externos al texto (“¿qué tipo de texto has leído?”). Otro apartado hace referencia a infografías y gráficos, que intentan abordar la cada vez más exigente competencia tecnológica, pero también de manejo de diferentes fuentes de información.

Los resultados del examen no tienen influencia sobre el expediente académico del alumno

A su manera, puede entenderse como una mini Selectividad, debido a la configuración del examen, muy semejante a la de aquella prueba, al menos en lo que se refiere a Lengua y Literatura. Es precisamente en la Comprensión lectora, uno de los puntos en los que más se centra esta reválida, donde mayores problemas tienen los españoles, como puso de manifiesto el análisis realizado por la OCDE “Panorama de la Educación”. España es uno de los pocos países donde los estudiantes leen mejor en papel que en digital, por lo que es de entender que estos exámenes tengan como objetivo paliar este déficit. ¿O se trata simplemente de una tendencia global?

En honor a la patria (inglesa)

Estos mismos días se están llevando a cabo al otro lado del Canal de la Mancha los exámenes equivalentes a la conocida como “reválida” en España, y que allí reciben el nombre de tests del Key Stage 3, en referencia al nombre que reciben los cursos de entre siete y nueve años. Tanto los estudiantes del equivalente a sexto de primaria como los más pequeños (equivalente a tecero) realizan estas pruebas, como ocurre en España desde este año.

En Inglaterra, los exámenes de este nivel son muy semejantes a los españoles, y preguntan acerca de Inglés (es decir, Lengua y Literatura), Matemáticas y Ciencia. Con una peculiaridad: los exámenes de Literatura siempre incluyen el estudio de una obra de Shakespeare. Basta con echar un vistazo a los ejemplos publicados en una edición anterior para comprobar que en ellos también se abordan textos periodísticos (en este caso, la redacción de una encuesta sobre opinión pública o, en otros, la escritura de un reportaje en el que el alumno también debe reflejar los problemas que ha tenido a la hora de escribir el texto). Nada de Martín Gaite: su sustituto ha sido Shakespeare, cuyos textos aparecen escritos en inglés antiguo. Así pues, los alumnos deben leer un texto de, por ejemplo, “Romeo y Julieta”, de cinco páginas de longitud, y –aquí hay otra gran diferencia– responder a una única pregunta: “¿En estos extractos, cómo muestra el lenguaje empleado por Romeo la fuerza de sus sentimientos?” que debe dar lugar a un breve ensayo. No es de extrañar que nos suene más a la Filosofía de BUP o Bachillerato que a lo que escribíamos cuando éramos pequeños.

Y las matemáticas, ¿qué?

La otra mitad de los exámenes está compuesta por aquellos contenidos que hacen referencia a la Ciencia y Tecnología, así como a las Matemáticas, tanto en el caso español como en el inglés, que muy probablemente habrán tenido en cuenta para llevar a cabo las pruebas de nuestro país. Al fin y al cabo, se trata de otra de estas competencias en las que hace especial hincapié las pruebas realizadas por la OCDE, y que se consideran entre las esenciales para el alumno que se gradúa en la primaria.

Sseríamos todos capaces de responder a la pregunta "¿por qué crees que la nube de polvo y ceniza afectó a la supervivencia de las especies vegetales?"

En esta primera edición de la reválida, los alumnos españoles han podido encontrarse preguntas sobre ciencia también muy relacionadas con la comprensión lectora. Por ejemplo, después de leer un texto acerca de un brote de sarampión, volvemos a encontrarnos la misma doble vertiente que en Lengua y Literatura: por una parte, las preguntas que hacen referencia tanto a aquello que se puede leer en el propio texto como las que aluden al conocimiento que los alumnos han debido adquirir en clase (“en el periódico se hace referencia a las vacunas. ¿Cómo funciona una vacuna?”).

Otras pruebas de la misma clase hacen referencia a la desaparición de los dinosaurios, cómo escribir mensajes invisibles con tinta de limón o la obesidad infantil; en concreto, una noticia titulada “La falta de ejercicio influye más en la obesidad infantil que las calorías ingeridas”. Una muestra de que los exámenes también tienen cierta vocación didáctica, a la hora de mejorar los hábitos de alimentación de los más pequeños o concienciarlos ante los malos tratos (como ocurre con la reproducción de un texto llamado “Hay salida a la violencia de género”). Y, reconozcámoslo, no son nada fáciles: ¿seríamos todos capaces de responder a la pregunta “¿por qué crees que la nube de polvo y ceniza afectó a la supervivencia de las especies vegetales?”, en referencia a la extinción de los dinosaurios.

Además, hay preguntas que hacen referencia a cuestiones de ética científica, como la siguiente: “A la hora de diseñar tu experimento, tu objetivo principal debe ser obtener resultados válidos”, que debe responderse con las siguientes opciones: a) al menor coste posible b) en un período corto de tiempo c) sin hacer sufrir a los hámsters d) sin tener que trabajar mucho.

Si nos resultan difícil los españoles, es posible que a más de uno le entre vértigo echando un vistazo a los exámenes de Tecnología del KS3, quizá porque las generaciones mayores no estamos tan acostumbrados como las jóvenes a esta clase de contenidos en un examen. En ellos abundan las gráficas (como aquella en la que se debe analizar el punto de contaminación que ha provocado el exterminio de los peces de un río), pero también las preguntas sobre el aparato reproductor masculino o femenino o cuestiones que quizá no exigen un cálculo inmediato pero que sí obligan al alumno a comprender e interpretar otra clase de textos. Todas ellas, a contestar en una hora, con la ayuda de un bolígrafo, un lápiz, una regla y un borrador… Aunque se sugiere que “una calculadora puede ser útil”. Y, sobre todo, haberse preparado correctamente.

Ayer, los estudiantes de sexto de Primaria de regiones como Madrid, Galicia, La Rioja o Ceuta y Melilla –en definitiva, las gobernadas por el PP– se enfrentaron a su evaluación final, una prueba novedosa implantada por la LOMCE que comprende diversas materias, como Comprensión Oral y Escrita, Idiomas, Matemáticas y Ciencia y Tecnología. Más allá de las polémicas que ha suscitado la prueba en muchas comunidades, que aún habrán de decidir si finalmente las llevan a cabo y en qué condiciones (¿evaluación externa o realizada por los propios profesores?), ya están circulando las primeras preguntas que nos dan una idea de lo que se ha preguntado en dicha prueba.

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