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15 cosas que todos los hombres deberían asumir cuando llegan a los 40
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¿Maduritos atractivos?

15 cosas que todos los hombres deberían asumir cuando llegan a los 40

Olvídate del miedo a envejecer. Has tenido cuatro bien aprovechadas décadas en las que deberías haber aprendido a comportarte como un señor. ¿O no?

Foto: "Nota para mí mismo: nunca más vuelvas a cantar 'The final countdown' en el karaoke". (iStock)
"Nota para mí mismo: nunca más vuelvas a cantar 'The final countdown' en el karaoke". (iStock)

Sumar años no resulta agradable para todo el mundo. Aunque al toparnos con los 20 nos creemos que es el acabose, los 30 dan todavía más vértigo y ya nos vemos condenados a cumplir más y más sin retorno, sin saber a qué resquicio de juventud agarrarnos o cómo cambiarán nuestras vidas a lo largo de las siguientes décadas. Entonces pasan otros 10 años y llegas a los 40. ¡Chan, chan!

Socialmente ya no entras en la categoría de 'joven' y toca adaptarte a la fuerza a la 'vida adulta'. Como cabría esperar, no tienes ni la más remota idea de como hacerlo, pero olvídate del miedo porque has tenido cuatro bien aprovechadas décadas en las que has dejado de comportarte como un individuo perdido y alocado y empiezas a ser todo un señor. ¿O no?

Si insistes en formar parte del karaoke, limítate a gritar y a hacer coros de borracho en voz alta. Ante todo asegura tus números

Cuando te sientas perdido en este paso hacia la madurez, recuerda que las experiencias y enseñanzas de quienes ya han recorrido el camino siempre resultan cuando menos interesantes. Joshua Burt relata con bastante humor en 'The Telegraph' las cosas que ha aprendido tras cumplir los 40. Hayas llegado ya, te quede poco o estés más que sobrepasando la cuarentena, probablemente te resulten la mar de útiles.

1. No vayas solo al karaoke

“Sí, ya sé que parece una buena idea en ese momento, pero ponerte de pie en un escenario y hacer una interpretación excesivamente seria como si estuvieses dando un concierto, delante de un montón de desconocidos en un bar extraño, solo conduce a un sitio: el mal”, bromea Burt. Nadie está diciendo que a los cuarenta te autovetes la entrada a ningún sitio, pero a estas alturas de la película se espera de ti que haya aprendido a comportarte: “Si insistes en formar parte del karaoke, limítate a gritar y a hacer coros de borracho en voz alta. Ante todo asegura tus números”, recomienda el experto cuarentón.

2. Evita las borracheras descontroladas

Quizás nunca te hayas hecho esta pregunta, allá va: ¿Qué te da más pena –congoja, angustia, vergüenza ajena o el término que creas encaja más en tu visión–, ver a un adolescente totalmente ciego a cuatro patas y llorando desconsolodamente o ver en tales circunstancias a alguien de la edad de tu padre? Ya te acercas bastante más a los años del segundo personaje. Córtate un pelo que ya deberías saber controlar, aunque sea un poquito, con las cantidades de alcohol que ingieres. Y, además, mañana trabajas.

3. Dormir es siempre un buen plan

Se acabaron los complejos por estar cansado. Ahora sabes que irte a la cama cuando te entra sueño y no quedarte en el sofá forzando el consumo innecesario de horas y horas de telebasura, no es necesario. Un hábito saludable al que llevabas muchos años, quizás demasiados, renunciando absurdamente.

4. No eres un deportista profesional

No hay 'partidillos' de fútbol relajados, mucho menos cuando tus rivales o compañeros de equipo tienen bastantes menos años que tú o son de esos bienaventurados cuarentones que nunca dejaron de mantenerse en forma.

A tus años asumirás que no todo lo que has visto en el porno ocurre en la realidad y sabrás sentirte más que satisfecho con un buen misionero dos veces al mes

Torceduras de tobillo, tirones y contracturas son los únicos 'premios' que vas a llevarte de tu participación en torneos. Definitivamente a los cuarenta no te vas a convertir en un deportista de élite (y como quien dice ni de barriada). Prueba con el ajedrez. Que sí, no debatas más que también se le considera deporte.

5. Círculos de amistades reducidos

“Tratas de tener más y más amigos en Facebook, pero cuando se trata de socializar en la vida real, procura simplemente ver a las mismas dos personas una y otra vez en bucle. Esto te hace la vida mucho más fácil”, recomienda encarecidamente Burt.

6. Hay vida más allá de la cerveza

Partiendo de la útil enseñanza de que “los bares sirven otras bebidas que no son cerveza”, Burt explica que a partir de los cuarenta optar por un vino nunca está mal visto “e incluso te hace parecer sofisticado, misterioso y atractivo” exagera. No tienen por qué acabarse los tiempos de botellines, pero con el paso de los años descubrirás que probar nuevas bebidas, que puede tomes en cantidades algo más moderadas, te conduce a un universo de posibilidades sin resacas atroces.

7. Toca comer mejor

Como ya hemos advertido, los kilos de más y la barriga se hacen fuertes con la edad. Para asegurarte de que encima no sumen amigos, es mejor que olvides las comidas grasas y con muchas calorías. Lo notarás en tu cintura y tu salud mucho más que cuando tenías veinte años.

8. El uso del argot, siempre con medida

¿Recuerdas cuando la madre de un amigo pronunció en el año 2001 el término 'mazo' y todos os quedasteis boquiabiertos? Es la misma sensación que empiezas a causar, así que evita utilizar la jerga habitual de quienes tienen diez o quince años menos que tú. Ni para cachondearte de ellos o las tornas girarán y serás tú el hazmerreír.

9. El ejercicio es absolutamente esencial

Los artículos que lees y los cientos de noticias y programas televisivos que recalcan su importancia no te estaban mintiendo, pero te has dado cuenta ahora, justo cuando más te va a costar: “Llegado a los cuarenta, eres consciente de la gigantesca cantidad de trabajo que te va a costar eliminar solo un poco de grasa abdominal”. Es duro, pero mejor saberlo.

10. No lo sabes todo: evita ir de listo

Como se suele decir, más sabe el diablo por viejo que por diablo. Muy bien, pero es que este personaje tiene unos cuantos años más que tú. Es a los cuarenta cuando uno asume que nunca va a estar 100% seguro de nada, asegura Burt, quien sigue una máxima: “Sócrates decía aquello de 'solo sé que no sé nada', pues tú todavía sabes menos menos que él”.

Llegado a los cuarenta, eres consciente de la gigantesca cantidad de trabajo que te va a costar eliminar solo un poco de grasa abdominal

Las personas más jóvenes piensan que con los años adquirimos sabiduría, y no les falta razón. Puede que sepas algo más que ellos, pero no abuses de tus conocimientos adquiridos ni alardees de ellos porque nunca se deja de aprender, y hay veinteañeros que probablemente te den mil vueltas en determinados temas.

11. Redescubriendo el sexo moderado

Los maratones sudorosos de sexo tántrico, retozando en una cama empapada al menos tres veces por semana, teniendo un orgasmo detrás de otro mientras os disfrazáis de diferentes personajes para innovar en la cama y probando posturas casi imposibles; ni los viviste a los veinte ni a los treinta. Por suerte a tus años asumirás que no todo lo que has visto en el porno ocurre en la realidad y sabrás sentirte más que satisfecho con un buen misionero dos veces al mes.

12. No aprenderás nuevos idiomas con fluidez

Si tras décadas –porque si sumas años, seguro que sobrepasas los 10– estudiando inglés no has conseguido ese nivel medio hablado y escrito que añadiste sin pensar en tu CV, ha llegado el momento de abortar la opción multilingüismo para tu persona.

Puede que sepas algo más que la gente joven, pero no abuses de tus conocimientos adquiridos ni alardees de ellos porque nunca se deja de aprender

13. Una nueva vida en chándal

“A los 40 descubres que los crucigramas son divertidos, que las chaquetas de punto son cómodas y que las zapatillas de andar por casa son increíblemente buenas para tus pies”, asegura Burt. ¿Tienes una serie de prendas de algodón holgadas reservadas para ponerte nada más pones un pie en tu hogar? Bienvenido a la cuarentena.

14. Se acabó el postureo intelectual

Por fin has descubierto que las explicaciones improvisadas cuando vas a visitar una galería o museo de arte contemporáneo no aportan nada a tu recorrido vital. Ahora serás capaz de ir a ver las que quieras sin ponerte la mano en la barbilla e inclinar ligeramente la cabeza para fingir mejor que entiendes perfectamente lo que ves.

15. Tu ropa interior, tu segunda piel

O los has acumulado con el paso de los años y no los tiras 'porque están nuevos', o bien hace poco decidiste cambiarte al boxer de algodón amplio y te has hecho con un buen suministro en tus cajones. Sea cual sea el motivo, el hecho es que siempre llevas calzoncillos: “Todo lo que no sea así, ahora para ti es prácticamente exhibicionismo”, sentencia el autor.

Sumar años no resulta agradable para todo el mundo. Aunque al toparnos con los 20 nos creemos que es el acabose, los 30 dan todavía más vértigo y ya nos vemos condenados a cumplir más y más sin retorno, sin saber a qué resquicio de juventud agarrarnos o cómo cambiarán nuestras vidas a lo largo de las siguientes décadas. Entonces pasan otros 10 años y llegas a los 40. ¡Chan, chan!

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