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¿Puedes encontrar la letra oculta? Un test revelador que casi nadie consigue resolver
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NO, NO ES LA “O”

¿Puedes encontrar la letra oculta? Un test revelador que casi nadie consigue resolver

Lee esto antes de nada: mira primero la imagen que abre el artículo y, posteriormente, baja para descubrir la que se encuentra en mitad de texto. ¿Qué letra ves?

Foto: La primera imagen enigmática.
La primera imagen enigmática.

Los acertijos que ponen a prueba nuestra capacidad cognitiva (que no visual) son cada vez más populares y si no, recordemos el ya legendario vestido azul (porque era azul, ¿no?). En parte, porque nos retan a solucionarlos, algo que, por muy orgullosos que seamos (“a otro con esas"), siempre nos atrae. Pero sobre todo porque nos ayudan a entender un poco mejor cómo funciona nuestro cerebro y, sobre todo, las diferencias que hay entre unas personas y otras, incluso en las cosas que nos parecen más obvias.

Un buen ejemplo es la imagen que abre este artículo, y que se ha convertido en, cómo no, otro fenómeno viral. Aparecida por primera vez en Playbuzz, una página “de entretenimiento” (como ella misma anuncia) que recopila esta clase de imágenes y otros contenidos semejantes. Sin embargo, no basta con una única instantánea. El truco se encuentra en mirar durante unos instantes la primera e intentar memorizarla. Una vez lo hayamos hecho, debemos hacer lo propio con la que aparece a continuación.

¿Listo? Ahora debes combinar ambas en tu imaginación y obtendrás la letra buscada a partir de las líneas imaginarias que unen los puntos rojos. ¿Lo has conseguido? Haz 'scroll' debajo de la siguiente imagen (que no, no tiene ningún significado oculto ni forma parte del experimento) para descubrir la solución o comprobar si tu versión es la correcta.

La letra que debe haber encontrado es la G. Ni en una ni en otra por separado uno podría haber descubierto dicha letra (o, de haberlo hecho, se habría quedado con la duda de si podía ser también una C, una E, una F o una O, como en el chiste de Eugenio). Este test forma parte de otro más general que, según afirma la página, tan sólo el 1% de la población es capaz de resolver, aunque sospechamos que en el caso de esta prueba en concreto el porcentaje aumentará sensiblemente.

¿A qué se debe que unas personas sean capaces de resolverlo y otra no? La página web indica que es una cuestión de memoria fotográfica aunque, como recuerda un reportaje publicado en 'BBC', se trata de un término equivocado para referirse a lo que en realidad son imágenes eidéticas, como señala 'The Daily Mail'. Sin embargo, nosotros sospechamos que además de la memoria eidética, la persistencia retiniana puede tener mucho que vez.

Es probable que lo que ocurra en nuestra cabeza cuando vemos estas fotos sea muy parecido a lo que ocurre cuando vemos una película

La memoria eidética es aquella que permite recordar imágenes (aunque también sonidos u objetos) de una manera muy precisa. Precede a la memoria a corto plazo, y en un pequeñísimo porcentaje de casos provoca que los que ¿gozan? de la hipertrofia de esta memoria sean capaces de recordar incluso lo que han percibido de manera fugaz. Muchos niños (entre un 2% y un 10%) suelen mostrar una gran memoria eidética, pero esta empieza a perderse a medida que pasa el tiempo. ¿Recuerdan el personaje interpretado por Dustin Hoffman en 'Rain Man'? Su habilidad no se debía a su condición de autista, sino a su capacidad eidética, que le permitía recordar los nombres y números de teléfono de la guía sin realizar un gran esfuerzo cognitivo. Simplemente, los veía. No obstante, resulta extraño pensar que haya que gozar una gran habilidad para juntar simplemente dos imágenes, como en este experimento.

Por eso es más probable que lo que ocurra en nuestra cabeza cuando vemos estas fotos sea muy parecido a lo que ocurre cuando vemos una película. En dichos casos, en realidad no percibimos directamente el movimiento, como ocurriría con el mundo real; tan sólo una imagen fija detrás de otra, sólo que unidas gracias a la persistencia retiniana y al procesamiento cerebral de los estímulos visuales en el núcleo geniculado lateral. El hecho de que la imagen captada por el ojo permanezca en la retina durante una décima de segundo y las imágenes se proyecten a razón de, al menos, 10 por segundo (24 en el cine convencional) provocan la ilusión de que la imagen se encuentra en movimiento. En este caso ocurre algo semejante, sólo que en lugar de una figura móvil, completamos la composición de la letra misteriosa.

Los acertijos que ponen a prueba nuestra capacidad cognitiva (que no visual) son cada vez más populares y si no, recordemos el ya legendario vestido azul (porque era azul, ¿no?). En parte, porque nos retan a solucionarlos, algo que, por muy orgullosos que seamos (“a otro con esas"), siempre nos atrae. Pero sobre todo porque nos ayudan a entender un poco mejor cómo funciona nuestro cerebro y, sobre todo, las diferencias que hay entre unas personas y otras, incluso en las cosas que nos parecen más obvias.

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