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¿Sabes lo que de verdad aguanta la comida en la nevera? Te sorprenderías...
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¿Se podrá comer?

¿Sabes lo que de verdad aguanta la comida en la nevera? Te sorprenderías...

¿Quieres conocer cuánto tiempo pueden mantenerse ciertos artículos en el frigorífico o en el congelador antes de que se conviertan en un riesgo para la salud? Toma nota

Foto: Procura que no te pase esto nunca más y aprende a conservar los alimentos como es debido. (iStock)
Procura que no te pase esto nunca más y aprende a conservar los alimentos como es debido. (iStock)

Te encantaría poder ir a diario al mercado a comprar productos frescos y cocinarlos al momento manteniendo todas sus propiedades. O no. Pero el caso es que no tienes tiempo para andar cada día escogiendo entre las filas del supermercado o las tiendas especializadas qué alimentos formarán parte de tu menú. Así que optas por hacer una compra grande una o dos veces al mes, almacenar toda la comida en la nevera y despensa e irte abasteciendo.

Pero de vez en cuando ocurre lo inevitable: no has planificado con la suficiente antelación tus recetas y ahora no tienes ni idea de si esa cebolla lleva en el cajón de las verduras dos semanas o es del mes pasado o si la carne para guisar que congelaste data del último año. ¿Cuánto tiempo pueden mantenerse ciertos artículos en la nevera o en el congelador antes de que se conviertan en un riesgo para la salud? Toma nota.

Paso 1: el frigorífico a punto

Antes de empezar a colocar los alimentos en orden de caducidad o consumo preferente, procura mantener cierta limpieza en las baldas y cajones de tu nevera, retirando los posibles restos de comida o líquidos que puedan haberse vertido. Se recomienda mantener el frigorífico en una temperatura en torno a los 4 o 5 grados centígrados –ideal para retrasar el crecimiento de microorganismos– y nunca llenarlo hasta los topes. Si lo sobrecargamos no funcionará correctamente porque al estar los alimentos apelmazados unos contra otros el aire frío no puede circular como debería.

Tienes que llevar un cierto orden de colocación y memorizar cuánto tiempo aguantan saludables desde que los compras y refrigeras

Otra a tener en cuenta: lo mejor es que ningún alimento esté totalmente pegado al fondo de la nevera. ¿Sabes esa especie de escarcha que se genera a menudo en las paredes? Se debe a que no dejamos que circule correctamente al frescor y, como quien dice, el electrodoméstico suda donde lo tenemos aprisionado. Y cómo no, acuérdate de limpiarlo y descongelarlo cada seis meses como mínimo.

¿Todo listo? Podemos empezar a colocar la compra sin más dilación.

Consumir preferentemente antes de...

Para estar seguros de si podemos o no comernos esa bandeja de pollo, ensalada césar o pieza de fruta que lleva algunos días en la nevera, simplemente tienes que llevar un cierto orden de colocación –deja siempre a mano los más perecederos– y memorizar cuánto tiempo aguantan saludables desde que los compras y refrigeras.

Comida fresca:

  • Mariscos – máximo tres días
  • Aves de corral – tres días
  • Tomates – tres días
  • Carne picada – de dos a tres días
  • Ensaladas – entre tres y cinco días
  • Carne de cerdo y ternera – de tres a cinco días
  • Leche – entre cinco y siete días
  • Bacon – siete días
  • Brócoli y coliflor – una semana
  • Requesón, ricota o queso en crema para untar – alrededor de 10 días
  • Zumos de frutas – en torno a 15 días
  • Yogur – dos semanas
  • Embutidos curados – de dos a tres semanas
  • Manzanas – tres semanas
  • Huevos – de tres a cinco semanas. Puedes comprobar lo frescos que están introduciendo el huevo en un vaso de agua. Si se hunde y se queda de pie apoyado sobre su base más ancha estará en perfectas condiciones; si, por el contrario, ves que se queda en el fondo pero tumbado de lado, también es comestible pero le quedan menos días de frescura; y, si flota, no debes comerlo.
  • Mantequilla – ocho semanas
  • Quesos curados o semicurados – de uno a tres meses

Los más resistentes:

Superan el año en la nevera sin dejar de estar en buen estado alimentos como la mostaza o el ketchup, y en un buen lugar de conservación sin el aceite de oliva, la miel o el vinagre, este último hasta dos años.

¿Y las sobras?

Importante mito que debes olvidar: no los tienes que dejar reposar en la encimera hasta que se templen para meterlos en la nevera. El calor puede propiciar que aparezcan microbios que afecten a carnes, pescados y verduras convirtiendo tus sabrosos restos en algo insalubre. Lo mejor es guardarlos en un recipiente adecuado –mejor de cristal que de plástico– e introducirlos inmediatamente en la nevera pero si cubrirlos. Una vez se haya enfriado, pondremos la tapa o lo cubriremos con film transparente.

Hazlo siempre así, pero especialmente cuando se trate de guisos de cazuela: en ellos algunas de las principales bacterias responsables de las intoxicaciones alimentarias como la Salmonella o E. coli, son capaces de sobrevivir a los procesos de cocción.

El calor puede propiciar que aparezcan microbios que afecten a carnes, pescados y verduras convirtiendo tus sabrosos restos en algo insalubre

Por lo general, los restos de alimentos deben consumirse en un plazo de tres a cuatro días, aunque los ingredientes que incluya el plato serán determinantes para que podamos dejarlos más o menos días.

Consejos para que la comida aguante más

La 'fecha de consumo preferente' es la mejor guía para cerciorarnos de la vida real de un alimento perecedero en particular. Sin embargo, esta sólo es útil si el producto se almacena correctamente. Para ayudar a que los alimentos se mantengan saludables el máximo tiempo dentro de los márgenes de tiempo recomendados, puedes seguir alguno de estos sencillos y útiles trucos elaborados por los expertos en nutrición de 'Real Simple':

– Fíjate bien: si cuando los compraste estaban conservados a temperatura ambiente, probablemente no sea necesario que los metas en la nevera. Exponer alimentos que no necesitan frío a las condiciones de la nevera, es una de las causas más comunes que acelera su descomposición.

– Coloca los alimentos cocinados en baldas superiores a carnes o pescados que estén crudos para evitar que el posible goteo contamine los platos.

– Cuidado con golpear las frutas y verduras antes o durante el guardado, los abollones acelerarán el deterioro y descomposición.

– Saca de las bolsas de plástico las verduras, frutas y hortalizas. A lo sumo, mantenlas en los envases que sean de red o papel.

– Para reducir el crecimiento de moho en cebollas, calabazas o calabacines, almacénalos a temperatura ambiente y procura que estén en un lugar seco.

– Mantén los huevos en sus envases de cartón. Así evitarás que la cáscara se reseque y pierdan su humedad natural.

– Envuelve bien la carne para que permanezca húmeda y fresca y mantenga su olor y sabor, evitando que tengan cualquier contacto con microorganismos.

– Lava el pescado antes de refrigerarlo quitándole las vísceras y escamas.

– Procura que los alimentos crudos que requieran preparación –de nuevo, carnes y pescados– no tengan contacto entre sí envolviéndolos por separado adecuadamente. Ten especial cuidado con el pollo.

– No te pases de listo: lee atentamente las instrucciones de los envases sobre la conservación adecuada de los alimentos, puede que lo estés haciendo mal.

Te encantaría poder ir a diario al mercado a comprar productos frescos y cocinarlos al momento manteniendo todas sus propiedades. O no. Pero el caso es que no tienes tiempo para andar cada día escogiendo entre las filas del supermercado o las tiendas especializadas qué alimentos formarán parte de tu menú. Así que optas por hacer una compra grande una o dos veces al mes, almacenar toda la comida en la nevera y despensa e irte abasteciendo.

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