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'Masaje de la Ivy League' o 'Punto V': el diccionario de los nuevos términos sexuales
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'Masaje de la Ivy League' o 'Punto V': el diccionario de los nuevos términos sexuales

No hay ninguna duda de que no hay vocabulario más imaginativo que el relacionado con el coito. Aquí presentamos un puñado de términos que ya se están empezando a utilizar

Foto: Muchas de estas palabras hacen referencia a relaciones que se escapan de lo convencional. (iStock)
Muchas de estas palabras hacen referencia a relaciones que se escapan de lo convencional. (iStock)

¿Qué mejor química sexual que la que no necesita palabras? ¿Para qué estropear la magia del sexo con lo mundano del lenguaje? ¿Por qué no olvidarnos de que lo oral son meras palabras y centrarnos en el otro oral? Nada de eso. Si la lengua –el idioma, queremos decir– crea realidades y nos ayuda a definir los límites de nuestro mundo, nada mejor que ampliar nuestro vocabulario relacionado con el sexo para explorar nuevas fronteras. No, no nos referimos únicamente a eso que se susurra al oído de la pareja para aumentar su excitación (¿hay algo más turbador que la palabra exacta en el momento indicado?), sino también a determinadas prácticas y conceptos que nunca habríamos pensado que existían.

Hay, cómo no, unos cuantos libros dedicados al lenguaje sexual. En España podemos echarle un vistazo al 'Diccionario del sexo y el erotismo' (Alianza) del catedrático de la Universidad de Alicante Félix Rodríguez González, en el que recoge más de 6.200 expresiones castellanas relacionadas con el coito y sus cercanías. Nosotros hemos elaborado nuestra propia guía a partir del 'Dirty Sex Dictionary', en la que hemos dejado fuera interjecciones como “¡oh!” (que significa “esta posición sacada del Kamasutra me está agradando, cariño”) o “¡ah!” (“para prolongar este placer es necesario que no nos detengamos ahora”).

Asstronauta: de difícil traducción al español (“ass” significa “trasero” en inglés), se utiliza para referirse a aquella persona que acaba con la virginidad anal de otra. Un explorador de lo desconocido, vaya.

BBW: este lo conocerán los aficionados a las páginas de porno 'online' (a nosotros nos lo han contado). Es el acrónimo de “BBW”, “beatiful big woman”, es decir, “mujer grande y bella”. Aunque puede considerarse un eufemismo de “gorda”, en realidad realza las características positivas de estas mujeres.

Una 'forgía' es una orgía con cuatro personas

Beso australiano: el equivalente a un beso francés (un morreo, que se diría coloquialmente), sólo que en, ejem, los labios inferiores.

Bolas azules: aunque se utiliza a un nivel más médico para referirse a la vasocongestión de los testículos, de una manera coloquial suele referirse a la frustración que sufre el hombre que, después de un buen rato excitado, no alcanza el orgasmo, ya sea porque no puede o porque su pareja se lo ha negado.

Cena para dos: un elegante sinónimo de la posición sexual conocida como 69.

Codo de pene: si la epicondilitis o codo de tenista es una dolencia causadas por el esfuerzo causado por realizar un gran esfuerzo jugando al tenis (o realizando otras actividades), no hay que ser un lince para adivinar a qué se refiere el codo de pene.

Coprolalia: no confundir ni con la coprogafia ni con la coprofilia, se trata del uso compulsivo del lenguaje obsceno. No, no hace falta sufrir el síndrome de Tourette para que se te vaya la lengua.

Hombre de la puerta de atrás: como la canción de Willie Dixon, se trata de aquel que se escurre en el dormitorio de la pareja para acostarse con ella… O, simplemente, el que prefiere el sexo anal al vaginal.

Dracofilia: atracción hacia los dragones. Lo normal, vaya.

Espectáculo de marionetas: una persona masturba a otra mientras le cuenta una historia sucia, o mientras ambos ven juntos una película pornográfica.

Forgía: del inglés “fourgy”, como su propio nombre indica, es una orgía con cuatro participantes.

Hermanos esquimales: uno de esos términos sacados de 'The Bachelorette', el popular 'reality' de citas emitido por la ABC. Los hermanos esquimales son aquellos que se han acostado con la misma mujer y, por lo tanto, tienen una especie de afinidad al haber “compartido el mismo iglú”. El término lo tiene todo: es una bonita mezcla de racismo y sexismo.

¿Qué fue de aquel amigo que se echó novia y no se le volvió a ver el pelo? Estará hiberfollando

GGG: la tríada perfecta para Dan Savage, el célebre consejero sexual, que utiliza dichas siglas para referirse a cómo debería ser toda relación sexual. “Good, giving and game”, es decir, ser buenos, ser generosos y probar cosas nuevas.

Hiberfollar: a todos nos ha pasado que, en un momento u otro, nos hemos preguntado qué ha pasado con ese amigo que se echó novia y, de repente, desapareció de nuestras vidas. Eso es hiberfollar: como hibernar, pero con la nueva pareja.

Lexis: otra manera de llamar al 69, lo mejor de esta palabra es su origen. LXIX, es decir, el 69 en números romanos.

Magina: ¿recuerdan esa escena en la que el villano de 'El silencio de los corderos', Buffalo Bill, baila delante de un espejo ocultando su miembro entre las piernas, aparentando así ser una mujer? Esa es la vagina de hombre o “mangina”.

El Mentol: sexo oral aderezado con cierto cosquilleo causado por el caramelo de menta que el que lo realiza mastica mientras tanto.

Masaje de la Ivy League: utilizado en Estados Unidos para referirse a dos hombres frotando sus miembros entre sí. Una nada velada referencia a lo que ocurre en las fraternidades de las universidades de élite cada noche. Ojo, la página ofrece como sinónimos “masaje de Princeton” y “estilo Oxford”.

Nyataimori: ya hemos hablado con anterioridad de cómo se debe comer correctamente el sushi. En lo que no nos habíamos detenido era en esta peculiar práctica japonesa consistente en comer sushi o sashimi del cuerpo de una mujer desnuda. No se preocupen, que también hay para ellas, sólo que con el nombre de 'nantaimori'. Ilegal en China, parece haber gozado de cierto auge entre los círculos más ocultos de las grandes capitales occidentales.

La Ostra Vienesa: hace falta una gran flexibilidad para reproducir esta posición, en la que la mujer pone sus pies detrás de la cabeza para que el hombre la penetre. Cuidado, riesgo de accidente.

Parapolla (o 'cock block'): el que evita que un placentero y deseado acto sexual se lleve a cabo, también puede referirse a todo aquello que corte el rollo, como una canción equivocada sonando en el momento en que no debe, un móvil que se pone a vibrar de repente o el recuerdo de que te has dejado el gas encendido en casa.

Si te lo has currado con el sexo oral y no has recibido nada a cambio, lo sentimos: has hecho un 68

Pornocho: a Pinocho le crecía la nariz cuando mentía. A los pornochos, cuando no dicen la verdad sobre sus verdaderos hábitos de consumo pornográfico.

Princesa de almohada: la mujer que disfruta del 'cunnilingus' que un hombre u otra mujer realiza en ella… pero que no devuelve el favor.

Relación Punto V: consiste en una relación poliamorosa en la que dos personas se acuestan con la misma tercera persona, pero no entre ellos. Algo así como los hermanos esquimales.

68: no, no nos hemos dejado ningún número. Simplemente, este sesenta y ocho nombra el momento en el que alguien recibe sexo oral sin devolver el favor. Como un “princesa de almohada” para ambos sexos.

Sexo ojeado: no, no es lo que usted está pensando, sino fantasear con una relación sexual con alguien a quien se está mirando fijamente. Mucho más seguro y más sano.

Steely Dan: este nombre, que muchos conocerán por el grupo de jazz-rock de los años setenta, en realidad fue utilizado por primera vez por William Burroughs en 'El almuerzo desnudo' para referirse a un vibrador de metal que aparecía en el libro.

Textrovertido: aquellas personas cuyas únicas habilidades sociales para el sexo están limitadas a la escritura, a través de la cual son capaces de soltar cualquier burrada, pero que en persona sufren lo indecible para relacionarse correctamente.

Trío del Diablo: ¿por qué la apelación satánica? Porque se trata de un trío que no suele ser con el que fantasean la mayor parte de hombres. Es decir, en él se encuentran bajo las sábanas dos varones y una hembra. Pero a caballo regalado…

Triolismo: el término médico para referirse al impulso psicológico que tiene un sujeto de realizar actos sexuales con varias personas al mismo tiempo. Aparece por primera vez en 1941, en el diccionario médico de Dorland.

Vaginabundo: un hombre que erra de mujer en mujer sin pasar mucho tiempo con ninguna.

Vainilla: como ya explicamos, toda aquella relación sexual que se limita al sota, caballo y rey de siempre. Véase también sexo 'mainstream', “para todos los públicos” o “sexo en las serie de televisión españolas”.

Viento en popa y a toda vela: una erección de las de toda la vida.

¿Qué mejor química sexual que la que no necesita palabras? ¿Para qué estropear la magia del sexo con lo mundano del lenguaje? ¿Por qué no olvidarnos de que lo oral son meras palabras y centrarnos en el otro oral? Nada de eso. Si la lengua –el idioma, queremos decir– crea realidades y nos ayuda a definir los límites de nuestro mundo, nada mejor que ampliar nuestro vocabulario relacionado con el sexo para explorar nuevas fronteras. No, no nos referimos únicamente a eso que se susurra al oído de la pareja para aumentar su excitación (¿hay algo más turbador que la palabra exacta en el momento indicado?), sino también a determinadas prácticas y conceptos que nunca habríamos pensado que existían.

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