Así es como siempre se han hecho ricos los millonarios, en 7 pasos (y aún funciona)

1926. La economía global se desliza confiada hasta lo que, apenas un año más tarde, se convertirá en uno de los cracs económicos más serios de la historia. Se trata, no obstante, del momento idóneo para que multitud de ciudadanos estadounidenses que leen en las páginas de los periódicos las hazañas del Rockefeller de turno multipliquen sus ganancias. El lector ideal de 'El hombre más rico de Babilonia' (Obelisco), un célebre librito en el que el consejero económico George Clason recoge sus consejos para ganar, conservar y multiplicar nuestro dinero.

Aunque haga ya casi un siglo de su publicación, las enseñanzas de Arkad, el humilde comerciante que termina convirtiéndose en el rico hombre del título, siguen siendo aplicables hoy en día. En especial, las que figuran en el apartado del libro llamado “Siete curas para un bolsillo vacío”, en el que se centra en el secreto de la riqueza que le enseñó un rico prestamista llamado Algamish, y que siguen vigentes hoy en día.

Ahorra

Arkad recuerda: “Por cada diez monedas en tu bolsillo no deberías utilizar más de nueve”. La única manera para empezar a multiplicar el dinero es ahorrando parte de nuestros ingresos. El porcentaje adecuado, según el libro de Clason, es por lo menos el 10%. Aunque a algunos les resultará más complicado que a otros, empezar a fijarnos un máximo de gasto nos ayudará a aprender a vivir con menos: “Cuando empecé a sacar de mi bolsillo sólo nueve monedas de las diez, empezó a engordar. Así ocurrirá con el tuyo”.

Controla tus gastos

¿Cuánto dinero debemos emplear cada mes en sobrevivir? Probablemente, y salvo contadas excepciones, menos de lo que realmente gastamos. El problema es que, como explica Arkad, si ganamos diez, gastaremos diez… Y si ganamos 30, terminaremos gastando 30, aunque nuestra vida no haya cambiado esencialmente. “Lo que cada uno de nosotros llama 'gastos necesarios' termina igualando a nuestros ingresos a no ser que nos propongamos lo contrario”, explica. “No confundas lo necesario con tus deseos”. A la hora de controlar el consumo, es importante que cada céntimo que gastemos se emplee en algo útil.

El problema es que si ganamos diez, gastaremos diez… Y si ganamos 30, terminaremos gastando 30

Invierte

El dinero en el armario pierde su valor. Arkad recuerda que conservar parte de los ingresos es sólo el primer paso para reinvertirlo y, de esa manera, multiplicarlo. “Los ingresos nos ayudarán a construir nuestras fortunas”, explica. “Conviértelo en tu esclavo. Que tenga hijos y que los hijos de sus hijos trabajen para ti”. El comerciante explica cómo sus humildes ahorros terminaron creciendo de manera exponencial, de manera que “grandes fueron los ingresos de todos sus esfuerzos combinados”.

Cuidado con las pérdidas

Cuando se invierte, se corre el riesgo de perder dinero. Es algo consustancial a intentar multiplicar nuestros ahorros, pero la clave se encuentra en que el capital inicial no se vea afectado. “¿Es acaso sabio estar tentado por una ganancia mayor cuando nuestro dinero base puede perderse?”, se pregunta. La respuesta es, obviamente, que no. “Estudia cuidadosamente, antes de separar tu tesoro, cada parte que puedes recuperar de forma garantizada. Que los deseos románticos de ser rico rápidamente no te confundan”.

Compra

Este quizá sea, a día de hoy, el consejo más discutible, pero Arkad lo tiene claro: si queremos asegurarnos el futuro, debemos comprar nuestra propia vivienda. “Recomiendo que todos los hombres posean el techo que lo cobija”, señala. Algo que para el comerciante tiene una importancia simbólica: “Poseer el propio domicilio y tener un lugar que nos sintamos orgullosos de cuidar pone confianza en nuestro corazón y un mayor esfuerzo en todos nuestros empeños”.

Asegura tus ingresos futuros

El ahorro no sólo nos permite vivir bien en el día a día y multiplicar lo conseguido, sino servir de colchón para ese momento en el que no podamos trabajar. “Corresponde al hombre prepararse para disponer unos ingresos adecuados en los días venideros, cuando ya no sea joven, y preparar también a su familia por si no es capaz de darles comodidades y apoyarlos”, señala. No se trata únicamente de una cuestión de edad, sino que cualquier percance de salud puede cambiar el guion escrito, por lo que debemos tener lista una solución de emergencia.

Aprende

El paso del tiempo no sólo debe ayudarnos a multiplicar nuestros ingresos, sino que también hace que seamos más sabios. Y, cómo no, ello nos ayuda a ganar aún más dinero: “El hombre que consigue aprender más de sus habilidades será recompensado de manera espléndida”. No hay posibilidad de prosperar si no sabemos explotar nuestras cualidades, señala Arkad en su séptimo y último día de enseñanzas.

La Diosa de la Buena Suerte

Hay otra parte del ensayo dedicada a la búsqueda de Arkad del verdadero significado de la suerte, y que arranca con el siguiente proverbio babilonio: “Si un hombre es afortunado, no hay forma de predecir el posible alcance de su fortuna. Lánzale al Éufrates y con toda seguridad saldrá a nado con una perla en su mano”. En este capítulo, uno de los personajes narra una parábola y pide su opinión a Arkad, que le responde: “He aprendido, gracias a nuestra discusión, que para atraer la suerte es necesarioaprovechar de inmediato las oportunidadesque se presentan. Por eso, en el futuro, me esforzaré en sacar el máximo partido posible de ellas”. Gracias a historia del extranjero, el lector aprende que tan equivocado resulta actuar con rapidez y sin meditación como la inacción: sólo los que saben identificar las oportunidades y sacar partido de ellas engordan sus bolsillos.