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Las fantasías sexuales que compartimos hombres y mujeres
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el sexo oral, ¿sueño políticamente correcto?

Las fantasías sexuales que compartimos hombres y mujeres

Aunque ellas deseen camas cubiertas de pétalos y a ellos les parezca bien siempre que puedan invitar a algunas amigas, nuestras ilusiones más húmedas no son tan diferentes

Foto: Soñar es gratis... (iStock)
Soñar es gratis... (iStock)

Es una escena común en toda relación de pareja, sobre todo, después de haber tenido un sexo mediocre o una serie de encuentros desabridos encadenados en el tiempo y que hacen que todas las alarmas de peligro “crisis por aburrimiento” se pongan en marcha. Y entonces, inevitablemente, llega el momento en que alguien, la mayoría de las veces ella, le dice: “creo que ha llegado el momento de explorar otros horizontes...” y él piensa que le propondrá un trío con otra mujer con el que siempre ha fantaseado, pero no, lo que ella le sugiere es que ambos hagan una lista de sus fantasías sexuales a modo de experimento. “Pero seamos completamente sinceros, ¿de acuerdo?”, añade, y ambos están desnudos en la cama, solo que con los calcetines puestos y empiezan a escribir su lista cruzando los dedos para que los sueños húmedos del uno no le parezcan demasiado extraños –cuando no rematadamente pervertidos– al otro y de repente ocurre por fin: ¡Fantaseamos con los mismo! “¿Osea que a ti también te gustaría hacer un trío con otro hombre?” “No, mujer –dice él–, dos para ser más exacto. Es decir… contándote a ti, pichurri”. Pero en la lista de ella es la última opción, aunque, qué demonios, al menos por esta vez tienen algo en común.

Y es que, aunque no lo creamos, según un estudio publicado el pasado año por el 'Journal of Sexual Medicine', hombres y mujeres compartimos fantasías sexuales, aunque no en el mismo orden ni con igual intensidad.

A ambos les gustaría participar en una cama redonda, aunque a ellas les de igual si son hombres o mujeres, y ellos, puestos a elegir, prefieran a las segundas

Para la realización de tan lúbrica (y lúdica) investigación los científicos preguntaron a 1.516 hombres y mujeres de entre 20 y 40 años y de diferentes estratos culturales y étnicos, aunque todos residentes en Quebec, donde es sabido que los fríos inviernos vuelven a las parejas más imaginativas, cuáles eran sus diez fantasías sexuales más frecuentes. Tras completar una encuesta 'online' con no menos de 55 preguntas y una compleja escala de intensidad del deseo según la fantasía, los resultados no se hicieron esperar: tenemos una probabilidad de cinco sobre diez de que nuestra pareja nos permita mantener sexo con su hermana o aquella prima segunda tan sexy, o al menos eso pensamos esperanzados porque, a fin de cuentas, es la tercera fantasía más tórrida de todos los hombres encuestados, y la séptima de ellas; lo que no nos gusta tanto es pensar: “Si yo me quiero acostar con su prima, ¿con qué pariente/amigo lo querrá hacer ella?”.

Sin más dilación, como se posa en nuestra mente la inventiva alucinación de una sesión de sexo en la playa a la luz de las velas (no, perdón, esa fantasía es de ellas), les mostramos los resultados del estudio del que se hizo eco 'Business Insider'.

El top 10 de fantasías sexuales para ellos:

1. Fantasear que tu pareja te practica sexo oral. (87,6%)

2. Tener sexo con dos mujeres. (84,5%)

3. Mantener sexo con alguien conocido que no sea mi pareja. (83,4%)

4. Experimentar un encuentro sexual en algún lugar inusual. (82,3%)

5. Fantasear con observar a dos mujeres practicando sexo. (82,1%)

6. Eyacular sobre mi pareja. (80,4%)

7. Mantener una relación sexual en un escenario romántico. (78,4%)

8. Fantasear con practicar sexo oral a una mujer. (78,1%)

9. Masturbar a mi pareja. (76,4%)

10. Tener sexo con más de tres mujeres a la vez. (75,3%)

¿Y ellas con qué sueñan?

1. Tener sexo en un lugar romántico. (84,9%)

2. O en una localización inusual. (81,7%)

3. Fantasear con que me practiquen sexo oral. (78,5%)

4. Practicar sexo oral a un hombre. (72,1%)

5. Ser masturbada por mi pareja. (71,4%)

6. Y masturbar a mi pareja. (68,1%)

7. Tener sexo con un conocido que no sea mi pareja. (64,6%)

8. Fantasear con ser dominada sexualmente. (78,1%)

9. Practicar sexo en un lugar público. (57,3%)

10. Tener sexo con más de tres personas, ya sean hombres o mujeres. (56,5%)

Así, mientras que la mayoría de mujeres, al menos las encuestadas, sueñan con emular con sus parejas la romántica y crepitante escena delante de chimenea en mitad de una tormenta de nieve que los ha dejado atrapados en la cabaña con diez botellas de champán francés en la despensa (¿qué? La imaginación es libre…); ellos, de gustos más parcos, se conforman con una sesión de sexo oral, cosa que a ellas tampoco les desagrada, todo sea por llegar a un consenso.

Dime dónde, mientras no sea en la cama. Practicar sexo en lugares inusuales se encuentra entre los sueños húmedos más comunes

El caso es que al menos en cuanto a cambios de escenario, camas redondas y generosidad por turnos, hombres y mujeres coinciden en gustos. Otra cosa es que se animen a expresarlo libremente y sin encuesta que medie. Así que ya saben, aunque no suenen las alarmas, hagan una lista de sueños y déjensela en la mesilla de noche a su pareja como hacen los niños con la lista de Reyes, igual si tienen suerte les cae algo… (y esperamos que, como mínimo, sea en algún lugar bonito y con flores. Disculpen, escribe una chica).


Es una escena común en toda relación de pareja, sobre todo, después de haber tenido un sexo mediocre o una serie de encuentros desabridos encadenados en el tiempo y que hacen que todas las alarmas de peligro “crisis por aburrimiento” se pongan en marcha. Y entonces, inevitablemente, llega el momento en que alguien, la mayoría de las veces ella, le dice: “creo que ha llegado el momento de explorar otros horizontes...” y él piensa que le propondrá un trío con otra mujer con el que siempre ha fantaseado, pero no, lo que ella le sugiere es que ambos hagan una lista de sus fantasías sexuales a modo de experimento. “Pero seamos completamente sinceros, ¿de acuerdo?”, añade, y ambos están desnudos en la cama, solo que con los calcetines puestos y empiezan a escribir su lista cruzando los dedos para que los sueños húmedos del uno no le parezcan demasiado extraños –cuando no rematadamente pervertidos– al otro y de repente ocurre por fin: ¡Fantaseamos con los mismo! “¿Osea que a ti también te gustaría hacer un trío con otro hombre?” “No, mujer –dice él–, dos para ser más exacto. Es decir… contándote a ti, pichurri”. Pero en la lista de ella es la última opción, aunque, qué demonios, al menos por esta vez tienen algo en común.

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