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El hombre que está enseñando el secreto español al mundo
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ENTREVISTA CON RAFAEL MATESAnZ

El hombre que está enseñando el secreto español al mundo

El doctor Matesanz, Emprendedor Social Senior de Ashoka y Premio Príncipe de Asturias, explica cómo España ha conseguido ser el líder mundial en trasplante y donación de órganos desde hace 24 años

Foto: Rafael Matesanz lleva más de 25 años al mando de la Organización Nacional de Trasplantes. (EFE)
Rafael Matesanz lleva más de 25 años al mando de la Organización Nacional de Trasplantes. (EFE)

Cada año se llevan a cabo en el mundo 120.000 trasplantes, lo que apenas cubre el 5% de la demanda total de órganos, que supera los dos millones. Esta situación, aparte de suponer un coste económico importante para el sistema sanitario en tratamientos de enfermedades crónicas, provoca una menor calidad de vida de los pacientes y, en ocasiones, la muerte prematura de personas susceptibles de ser trasplantadas.

“Nos encontramos ante una desproporción oferta-demanda enorme, en la que uno de los únicos países en el mundo que mantienen un equilibrio y abastece a más del 90% de la población de trasplantes es España, y esto se ha conseguido gracias a todas las actividades que lleva realizando la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) desde su creación en en el año 1989”, explica su director, Rafael Matesanz, Premio Príncipe de Asturias y recientemente nombrado Emprendedor Social Senior por Ashoka, en una entrevista con 'El Confidencial'.

Mientras que en nuestro país el tiempo medio de consecución de un corazón es de entre dos y tres meses, en EEUU la espera puede alcanzar varios años

Si a finales de los años 80 España estaba incluso por debajo de la media europea, apenas tres años después de crear la ONT se posicionó como líder mundial y sus cifras baten récords cada año. Rafael y el amplio equipo de profesionales que conforma la organización –cerca de 450 repartidos por los 189 hospitales que en nuestro país están acreditados para realizar extracciones y trasplantes– han logrado posicionarse como el país del mundo con mayor número de donantes (36 por millón de habitantes en 2014), seguido de lejos por EEUU (26,6) o la Unión Europea (19,7).

El también redactor principal de la Directiva Europea de Trasplantes en 2010, ha liderado desde la ONT la implementación de un sistema de trabajo que hoy sirve de referente para países de los cinco continentes. ¿Por qué España? ¿Acaso somos más solidarios que el resto del mundo? ¿Estamos más concienciados?

Formadores internacionales

“La actividad en la mayor parte de los países es menor y las posibilidades que tiene un enfermo de conseguir un trasplante son muy bajas”, asegura Matesanz. En su opinión, el sistema español funciona porque la población confía en él, y confía precisamente porque éste es eficiente. “Esto es lo que permite que aumente día a día el sistema de donantes. Mientras que en nuestro país el tiempo medio de consecución de un corazón es de entre dos y tres meses, o de un hígado 4 o 5, en EEUU, por ejemplo, los tiempos de espera pueden alcanzar varios años”, compara.

Numerosos medios internacionales como 'News' o 'The Telegraph' se preguntan en sus páginas cuál es “el secreto” del sistema español para haberse convertido en líder mundial en donación de órganos desde hace 24 años. Matesanz cree tener la respuesta, y se aleja mucho de haber tenido buena suerte: “En los años 80, y en muchos países también actualmente, existía la creencia generalizada de que esto de la donación de órganos es algo espontáneo que surge de la generosidad de la población y que la gente dona sus órganos para salvar otras vidas. Esto, aunque es cierto, es solamente una parte de la verdad. Hace falta profesionalizarlo, y mucho”.

La realización de las intervenciones en los pacientes se traduce en un importante ahorro de dinero que se invierte en nuevos trasplantes

En el año 89 implantaron un nuevo sistema en el que profesionales formados trabajaban 'in situ' en las Unidades de Vigilancia Intensiva de los hospitales, donde acogen a los pacientes que podrían tener una muerte cerebral pero todavía quedan unas horas en las que su corazón y órganos están en funcionamiento. “España no inventó los trasplantes ni fuimos pioneros desde el punto de vista quirúrgico. Lo que realmente hemos aportado al mundo y en lo que somos líderes es en la organización de la donación de órganos: para que los familiares optasen por la donación a tiempo y se pudiese realizar el trasplante a otra persona, hacía falta un sistema organizativo formado por gente muy bien preparada que haga en muy pocas horas todo el proceso que es muy complejo”, narra el doctor.

Hoy, la ONT ha conformado un sistema fuerte que no deja nada a la improvisación y que cuenta con una red de profesionales perfectamente coordinados con el resto de equipos en plantilla en los hospitales. “En un sólo trasplante pueden participar hasta 100 profesionales y, claro, esto no se improvisa: hay que coordinarlo muy bien, tener gente muy bien entrenada y no solamente en un hospital sino en todos los posibles, trabajando comunidad por comunidad y finalmente en toda España”, continúa.

Donación y trasplante en datos

Si en el año 1989 España estaba por debajo de la media europea con 14 donantes por cada millón de habitantes –dato que se extrae del número de personas que han fallecido y el de órganos trasplantados en relación con la población total, medida base que se utiliza para que sea equiparable a nivel mundial–, en 2014 se batió récord con 36 y se espera que este año se ronden los 40 donantes por cada millón. Es más, algunas comunidades autónomas son más activas y están por encima de la media llegando a los 50 o 60 donantes por millón, entre las que destacan Cantabria, Asturias, País Vasco, Castilla y León o La Rioja. Datos más que llamativos si tenemos en cuenta que Alemania cuenta con la cuarta parte, apenas 10 por cada millón de habitantes, y la media europea está en los 19,7.

Igualmente, las cifras totales de trasplantes se han duplicado desde 1989 –con cerca de 2000– hasta el pasado año, en el que se contabilizaron más de 4300, cifra que Matesanz asegura aumentará cuando se contabilice el total de 2015 a más de 4700.

El trasplante más común es el renal porque es el que tiene más candidatos y más donantes (entre otras cosas porque de cada donante se pueden trasplantar dos riñones, uno para cada receptor) y porque los órganos no tienen por qué provenir de un donante fallecido. Según los datos de la ONT, el pasado año éstos ocuparon algo más de la mitad del total (alrededor de 2800 trasplantes), seguidos de los de hígado (unos 1100), pulmón, corazón, páncreas e intestino, que es el más complicado de localizar y tan solo se suelen realizar entre 6 y 12 al año.

Nadie donaría si pensase que los órganos de sus familiares van a ir a parar a una persona porque tiene más dinero, relevancia social o mejores conexiones

En cuanto a los mediáticos trasplantes de tejidos y células como cara, mano o brazo –técnicamente conocidos como trasplantes alogénicos de tejidos compuestos–, son mucho más complicados porque requieren trasplantar piel, huesos, arterias, venas, músculos, etc. Matesanz explica que “todavía se consideran experimentales y requieren de un equipo especializado, por lo que no se pueden realizar en todos los hospitales. Además, no van por lista de espera como el resto sino que cuando hay un enfermo que los requiere tiene que hacerse una solicitud en concreto para éste, lo que dificulta encontrar fácilmente un donante”. No obstante, España también está a la cabeza en estos trasplantes con cifras que alcanzan los 4 de cara, 7 de brazos y uno de piernas, que, “dentro del total de los que se han hecho en el mundo, representan un porcentaje relativamente importante”, subraya el especialista.

Igualdad garantizada y 'barata'

Hasta los años 80, gran parte de la financiación provenía de fundaciones privadas “en teoría sin ánimo de lucro”, puntualiza el doctor. “Hoy todos los trasplantes en España se realizan en el sector público, y esta es una de las banderas de nuestro sistema. La ONT fue la primera organización en el mundo con una dependencia directa del Ministerio de Sanidad y hoy prácticamente todo el mundo ha seguido esta línea”, explica orgulloso.

“Es muy importante que se haga todo desde el sector público por una razón: es lo que garantiza la equidad y la no discriminación ni positiva ni negativa o a la hora de recibir un trasplante. Y esto tiene una influencia muy clara en que la gente done: nadie donaría si pensase que los órganos de sus familiares van a ir a parar a una persona porque tiene más dinero, más relevancia social o mejores conexiones”, asegura Matesanz, quien recalca que esta igualdad influye directamente en los altos niveles de participación de los ciudadanos en el sistema de donaciones.

Así, toda la coordinación depende de Sanidad –dentro de la cual está la propia ONT– y el gasto corre a cargo de las Comunidades Autónomas, y, aunque cuesta bastante dinero, el coste es bastante inferior al de otros países sin sistemas sanitarios públicos. Como explica el experto, mientras en EEUU una intervención de un trasplante renal cuesta 300.000 dólares, en España apenas alcanza los 30.000 euros. Lo mismo ocurre con otras más costosas como el trasplante cardíaco, que en nuestro país ronda los 90.000 y en el sistema norteamericano los 900.000 dólares. Depender de iniciativas privadas hace que salvar una vida sea hasta 10 veces más caro.

Nuestro sistema no deja de innovar y adaptarse y por eso resiste tan bien y tenemos el liderazgo mundial, y lo tendremos por muchos años

“No es que aquí sea barato, 30.000 euros es mucho dinero, pero cuando se compara con el coste de determinados medicamentos y tratamientos no son intervenciones especialmente costosas”, comenta el doctor y expone uno de los ejemplos más claros: el trasplante renal, el más común, resulta mucho más barato que la atención médica que requieren los enfermos y se amortiza en menos de un año. “España es el único país que tiene más enfermos trasplantados que en diálisis mientras que en EEUU hay diez veces más personas en tratamiento que intervenidas. El ahorro que supone esto, financia más del doble del coste del resto de los trasplantes en nuestro país”.

Sin embargo, aunque nos encontremos ante un sistema claramente eficiente y eficaz, los recortes en Sanidad también les han afectado: “Lo ha hecho más complicado. No es que se hayan recortado los trasplantes, pero desde que comenzó la crisis hay menos camas, menos profesionales, menos recursos… Y quienes se encargan de realizarlos son los mismos que intervienen un cáncer de colon o de vesícula. Pero tomamos una serie de medidas para hacer el sistema más eficiente e incluso hemos obtenido mejores resultados, cosa que no ha ocurrido en países vecinos como Grecia o Portugal”.

“No se puede ser egoísta en esto”

“El sistema de trasplantes español es un ejemplo de I+D+i”, asegura Matesanz, quien defiende que la clave está en la adaptación continua a los cambios: “Si hiciésemos lo mismo que hace 10 años nos habríamos caído hace mucho tiempo. El impulso de nuevas medidas como órganos de los pacientes en parada cardíaca –que supone una dinámica de trabajo totalmente distinta que antes no se tenía– que se traduce en más de 100 nuevos donantes en 2014, o la colaboración con lo médicos de urgencia, que antes no estaba tan desarrollada, nos ayudan a renovar el sistema”.

En España, alrededor de medio millón de personas han recibido un trasplante –ya sea de órganos, tejidos o células–, un porcentaje bastante amplio en un país de 46 millones. El mensaje es muy claro: no se puede ser egoísta en esto. Todos debemos donar porque nuestros amigos, familiares y conocidos lo pueden necesitar. Es el hoy por ti, mañana por mi. Así hemos llegado a la población y así seguiremos llegando”.

“Lo difícil no es llegar a estas cifras, es mantenerse y seguirlas aumentando, especialmente cuando las circunstancias van cambiando”. Un claro ejemplo es la fuente de los órganos para trasplante, que en los años 80 provenían en más de la mitad de accidentes de tráfico y hoy éstos apenas representan un 4%. “Hemos buscado donantes en sitios distintos y nos hemos especializado en otras áreas. Nuestro sistema no deja de innovar y adaptarse y por eso resiste tan bien y tenemos el liderazgo mundial en donación y trasplantes, y lo tendremos por muchos años”, confía el director de la organización de trasplantes más valorada del mundo, la nuestra.

Cada año se llevan a cabo en el mundo 120.000 trasplantes, lo que apenas cubre el 5% de la demanda total de órganos, que supera los dos millones. Esta situación, aparte de suponer un coste económico importante para el sistema sanitario en tratamientos de enfermedades crónicas, provoca una menor calidad de vida de los pacientes y, en ocasiones, la muerte prematura de personas susceptibles de ser trasplantadas.

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