Es noticia
Estos son los tres trabajos más satisfactorios del mundo, y te van a sorprender
  1. Alma, Corazón, Vida
Ni siquiera están bien pagados

Estos son los tres trabajos más satisfactorios del mundo, y te van a sorprender

El psicólogo Barry Schwartz ha indagado acerca del grado de compromiso y gratificación que algunos empleados sienten hacia sus profesiones. Y no tiene nada que ver con lo que cobran a fin de mes

Foto: En ocasiones un 'buen trabajo' suena mejor cuando te lo dices tú mismo. (iStock)
En ocasiones un 'buen trabajo' suena mejor cuando te lo dices tú mismo. (iStock)

Trabajar, tal y como aseguraba aquella canción, es una lata. La inmensa mayoría de las personas no encuentran prácticamente ningún beneficio, más allá de un posible salario alto, en sus trabajos. La motivación brilla por su ausencia y son muchos los que sueñan con abandonar en algún momento próximo su puesto de trabajo, pero quieren hacerlo para no volver.

Pero esto no es así para todo el mundo. Aunque te cueste creerlo hay personas que se sienten realizadas con su actividad laboral. Y no es que ganen un pastón o sean millonarios y trabajen por hacer algo y estar conectados con el mundo real, qué va. De hecho hablamos de profesiones con una remuneración económica bastante baja, pero las razones que enumeran las personas que se dedican a ello son realmente convincentes.

Su trabajo puede marcar una diferencia en el mundo y hace que la vida de otras personas sea mejor

El psicólogo Barry Schwartz ha indagado a fondo en 'Ted' acerca del grado de compromiso y satisfacción que algunos trabajadores que sienten hacia sus profesiones, y parecer ser que las más agradecidas y en las que las personas se sienten mejor tratadas se alejan bastante del puesto de jefazo en una empresa moderna como Google jugando al futbolín o de ser un deportista de élite millonario que acude día sí y día también a los saraos del momento.

Además de comprometidos, los trabajadores satisfechos cuentan con un elevado grado de autonomía y discreción en sus puestos, lo que se traduce en que alcancen un nivel de profesionalidad y especialización bastante más alto que la media de empleados del mundo.

“Aprenden cosas nuevas que les ayudan a desarrollarse tanto a nivel laboral como personal. Y lo más importante, se sienten satisfechos porque encuentran que lo que hacen tiene un valor significativo: su trabajo puede marcar una diferencia en el mundo y hace que la vida de otras personas sea mejor”, explica el experto. Genial, enhorabuena para ellos. Pero, ¿a qué se dedican estos afortunados? En un fragmento de su libro 'Confessions of a Radical Industrialist: Profits, People, Purpose' (St. Martin's Press), Schwartz analiza los tres empleos más satisfactorios del mundo explicando, en las palabras de sus propios profesionales, por qué resultan tan sumamente gratificantes.

1. Celador de hospital

Luke trabaja como conserje en un gran hospital universitario. Cuando describe su trabajo no dice nada acerca de la responsabilidad o de la atención que tiene que prestar a los pacientes y familiares. Explica que tiene una larga lista de tareas que incluyen 'recoger la ropa limpia' o 'suministrar los aseos con los productos necesarios', pero no menciona nada que incluya la interacción con otro ser humano”, describe el autor.

Por las características que destaca Luke de su empleo, podría decirse que trabaja en cualquier lugar lejano a un hospital: desde una fábrica de zapatos hasta en un depósito de cadáveres. Pero la realidad es que en su descripción oculta muchas de las cosas que realmente hace en su puesto. Al menos así lo demostró la investigadora Amy Wrzesniewski, quien llevó a cabo una serie de entrevistas en profundidad con Luke y otros conserjes del hospital. Al margen de las tareas administrativas o de limpieza del edificio, Luke explicó que otra parte central de su trabajo era hacer que los pacientes y sus familiares se sintiesen cómodos, animarles cuando estaban alicaídos para desviar su dolor y sus miedos y ofrecerles un oído dispuesto a escuchar si necesitaban hablar con alguien. “Luke quería hacer algo más que un mero trabajo de mantenimiento”, sentencia el psicólogo.

Se veían a sí mismos jugando un papel importante en una institución cuyo objetivo es velar por el cuidado y bienestar de los pacientes

El celador buscó objetivos extraoficiales en su puesto de trabajo: aliviar el sufrimiento y acompañar a las personas en momentos tan complicados fueron sus máximas. Y no es el único. La investigación llevada a cabo por Wrzesniewski y sus colegas descubrió que otros muchos homólogos de Luke habían asumido e interiorizado algunas de esas metas como propias de su puesto pese a no formar parte del trabajo en cuestión. Historias como las de otro conserje llamado Ben, quien explicó a los investigadores que durante unos días dejó de fregar el suelo del pasillo porque había un paciente recuperándose de una cirugía complicada y le venía bien salir a dar pequeños paseos por el pasillo, o la de Corey, quien confesó haber ignorado las advertencias de su supervisor y se abstuvo de pasar la aspiradora por la sala de visitas mientras que los familiares de un enfermo que pasaban allí todo el día se echaban la siesta.

“Luke, Ben y Corey no eran conserjes genéricos; eran guardianes del hospital. Se veían a sí mismos jugando un papel importante en una institución cuyo objetivo es velar por el cuidado y bienestar de los pacientes”, comenta Schwartz.

2. Fabricante de alfombras

Hace unos veinte años, Ray Anderson, el fallecido fundador de la mundialmente exitosa marca de alfombras Interface, se retiró “con más dinero del que él o sus herederos podrían gastar”, recuerda Schwartz. Fue entonces cuando el empresario se dio cuenta de que su compañía de textiles estaba envenenando el medio ambiente.

La mayor parte de sus productos estaban elaborados con derivados del petróleo, y el impacto medioambiental de su imperio era más que notable. Anderson comenzó a plantearse para qué servía haber acumulado tanta riqueza si por culpa de compañías como la suya iba a dejar a sus nietos un mundo inhabitable.

“Así que decidió transformar todos los procesos de fabricación de Interface con el objetivo de llegar a emisiones cero en el año 2020”, relata el experto en psicología. Como cabría esperar, este compromiso para frenar la contaminación costó una importante cantidad de dinero “pero él estaba dispuesto a sacrificar los beneficios económicos para lograr el bien social”.

Los empleados de Interface estaban motivados ante la oportunidad de poder trabajar por el bien común

En el año 2013, dos años después del fallecimiento de Andersen, se había reducido el consumo de energía a la mitad, utilizaban energías renovables y disminuyeron la cantidad de residuos a una décima parte. No sólo eso, la satisfacción del empresario internacional era compartida por sus propios trabajadores: “Los empleados de Interface estaban tan motivados ante la oportunidad de poder trabajar por el bien común y se sentían tan desafiados por la necesidad de encontrar sistemas innovadores y soluciones creativas para los procesos de producción, que su trabajo se volvió mucho más eficiente. La fuerza de la visión compartida de la compañía alentó a la colaboración y la cooperación entre todos”, explica Schwartz.

El autor resume la lógica del negocio de la sostenibilidad: “No necesitamos trabajar para una organización que salva vidas para encontrar un significado y un propósito a lo que hacemos. Sólo necesitamos hacer un trabajo que haga mejor la vida de las personas”.

3. Peluquero

“Es cierto que las personas que trabajan en Interface no salvan vidas pero están dentro de una misión para salvar el planeta. Sin embargo, pocos de nosotros podemos encontrar una vocación tan noble en lo que hacemos”, reconoce Schwartz, aunque plantea en su libro que puestos de trabajo como fontaneros, pintores, soldadores o camareros también es posible que se sientan verdaderamente satisfechos con los su quehacer diario.

El capítulo sobre los peluqueros, basado en las entrevistas realizadas por Mike Rose, llama particularmente la atención: “Los peluqueros necesitan adquirir un conjunto de habilidades técnicas de corte, color y peinado del cabello. Y muchos, quizás la mayoría de ellos, requieren de mucha creatividad. Pero lo que hace el trabajo significativo, creo yo, es la habilidad que adquieren en la interacción con los clientes”, relata el autor.

“Simplemente me gusta hacer feliz a la gente. Se levantan de la silla contentos con el trabajo que hice para ellos”, comentaba uno de los peluqueros. Su objetivo, al fin y al cabo, es asesorar a las personas para que se sientan mejor con su estilismo y apariencia y salgan de la peluquería con fuerzas para enfrentarse al mundo.

La peluquería es uno de los pocos lugares de nuestra sociedad en lo que tienes permiso para tocar a las personas. Es un encuentro muy íntimo

“Los peluqueros con los que habló Rose estaban orgullosos de sus conocmientos y se deleitaban con la complejidad de un acto tan aparentemente simple como cortar el pelo. Pero también estaban orgullosos de su capacidad para comprender, hablar y manejar a la gente. Aseguraban que esa era una parte esencial de su trabajo, y hacerlo bien podría influir directamente en mejorar la calidad de la vida de las personas a las que atienden”, comenta el experto.

“La peluquería es uno de los pocos lugares de nuestra sociedad en lo que tienes permiso para tocar a las personas. Es un encuentro muy íntimo. Los seres humanos tenemos una necesidad de conexión física con los demás”, relataba otro de los estilistas.

Que el trabajo te gratifique es posible

La lección de los celadores, los fabricantes de alfombras y los peluqueros es que prácticamente cualquier empleo tiene el potencial de ofrecer la satisfacción personal. Los trabajos pueden organizarse para que sean más variados, complejos, incluyan el desarrollo de habilidades y el crecimiento personal y profesional. Y quizás lo más importante, que ser significativamente más gratificantes si se conectan con el objetivo de conseguir el bienestar de los demás”, asegura el psicólogo.

Trabajar, tal y como aseguraba aquella canción, es una lata. La inmensa mayoría de las personas no encuentran prácticamente ningún beneficio, más allá de un posible salario alto, en sus trabajos. La motivación brilla por su ausencia y son muchos los que sueñan con abandonar en algún momento próximo su puesto de trabajo, pero quieren hacerlo para no volver.

Trabajo Psicología social
El redactor recomienda