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Así es la enfermedad que te hace creer que no estás vivo: "Doctor, estoy muerto"
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"Las pastillas no iban a funcionar porque no tenía cerebro"

Así es la enfermedad que te hace creer que no estás vivo: "Doctor, estoy muerto"

Identificado por primera vez en 1880, el síndrome de Cotard provoca a los pacientes que lo sufren la sensación de que no tienen cerebro o que no necesitan comer porque no existen

Foto: Los pacientes con síndrome de Cotard creen estar muertos (iStock)
Los pacientes con síndrome de Cotard creen estar muertos (iStock)

Sienten que algunos de sus órganos están completamente paralizados aunque su organismo funciona a la perfección. Notan sangrados graves a pesar de estar ilesos. Se comportan de manera depresiva y maníaca actuando de formas extrañas. “Doctor, estoy muerto”, llegan a afirmar. Los enfermos que sufren síndrome de Cotard no dudan en aseverar que han perdido la vida y se encuentran vagando por el mundo después de haber fallecido. Esta patología, categorizada dentro de las disfuncionalidades mentales, ataca al cerebro haciéndole pensar que sus pacientes ya no viven.

Identificada por primera vez en 1880, el neurólogo Jules Cotard la definió como 'el delirio de la negación' –'le délire des négations'– por el desamparo que sienten los afectados por esta enfermedad. “Insistía a los médicos que las pastillas no iban a funcionar porque yo ya no tenía cerebro”, recuerda Graham, un paciente tratado en sesiones de psicoterapia con medicación que fue entrevistado en 2013 por 'New Scientist'. Según él mismo contaba, después de un intento de suicidio por electrocución entró en depresión y desarrolló el síndrome. “Sentía que ya no tenía cerebro porque me lo había frito en la bañera”, confesaba.

Convencido de que estaba muerto, Graham llegó a ir al cementerio para quedarse allí al tener la sensación de que ese era el lugar en el que “debía estar”. Su caso era tan grave que varios expertos de la Universidad de Exeter (Reino Unido) quisieron investigarlo, sometiéndole a pruebas de imagen cerebral. Los resultados de la tomografía por emisión de positrones que se le realizó fueron sorprendentes: la actividad de su corteza era similar a la de una persona anestesiada o en estado vegetativo. Según los análisis, era como si el paciente no estuviera “despierto”.

Mademoiselle X murió de inanición

Algo parecido le sucedió a la primera mujer diagnosticada por Jules Cotard a finales del siglo XIX. Identificada como 'mademoissele X' por el propio neurólogo, esta paciente afirmaba que no su cuerpo no estaba completo y aseveraba no necesitar comer por su condición de inexistencia. Como consecuencia de sus creencias, la francesa –que decía estar condenada a la eternidad y por eso no podía fallecer por causas naturales– murió de inanición al no ingerir ningún alimento durante días.

Después de haber estudiado a fondo este síndrome, los expertos han determinado que la enfermedad se produce por un mal funcionamiento del área cerebral encargada de reconocer la estructura facial –llamada giro fusiforme–, además de por la incorrecta actividad de las neuronas que gestionan las emociones –la amígdala–. La unión de estos dos fallos cerebrales provoca que el paciente se sienta desconectado de la realidad e incluso se sienta incapaz de reconocer su propio rostro.

Sienten que algunos de sus órganos están completamente paralizados aunque su organismo funciona a la perfección. Notan sangrados graves a pesar de estar ilesos. Se comportan de manera depresiva y maníaca actuando de formas extrañas. “Doctor, estoy muerto”, llegan a afirmar. Los enfermos que sufren síndrome de Cotard no dudan en aseverar que han perdido la vida y se encuentran vagando por el mundo después de haber fallecido. Esta patología, categorizada dentro de las disfuncionalidades mentales, ataca al cerebro haciéndole pensar que sus pacientes ya no viven.

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