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Estás tomando mal tus medicinas: el modo correcto de utilizarlas
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Estás tomando mal tus medicinas: el modo correcto de utilizarlas

La mitad de los fármacos que se recetan para tratar enfermedades de larga duración se toman de forma incorrecta, y hay fallos que se repiten constantemente

Foto: Si tienes dudas, es mejor que preguntes a tu farmacéutico. (iStock)
Si tienes dudas, es mejor que preguntes a tu farmacéutico. (iStock)

Los anuncios de medicinas son claros al respecto: “Lea las instrucciones de este medicamento y consulte al farmacéutico”. Pero en la mayoría de los casos no hacemos lo primero ni lo segundo. Un informe del National Institute for Health and Care Excellence (NICE), un organismo dependiente del gobierno británico, asegura que la mitad de las medicinas que se recetan para tratar enfermedades de larga duración se toman de forma incorrecta.

Por lo general los errores son menores y, aunque pueden restar eficacia al tratamiento, no son peligrosos. Pero hay casos en los que una equivocación puede ser letal. Los casos de sobredosis por paracetamol, por ejemplo, son más habituales de lo que parece (en parte porque el analgésico es uno de los medicamentos más consumidos del mundo) y pueden llegar a causar la muerte.

También son especialmente delicados los casos en que la correcta administración de una medicina es crucial para mantener en vida a una persona. Es lógico pensar que los pacientes y las personas que cuidan de estos saben perfectamente cómo aplicarlos, pero no siempre es así.

Un nuevo estudio publicado en la revista 'Allergy', en el que han participado 158 madres de niños con alergias graves, muestra que muchas de ellas no saben bien como usar el autoinyector de epinefrina (comercializado como Jext o Altellus en España), que sirve para detener el shock anafiláctico y es obligatorio en los botiquines de sus casas. Aunque las madres habían recibido una clase sobre su uso, seis meses después la mitad de ellas no sabían cómo utilizar correctamente el dispositivo. Algunas trataban de usar el inyector por el lado incorrecto y otras se olvidaban de retirar el caperuzón de seguridad.

El doctor Robert Boyle, autor del estudio, ha asegurado que el hallazgo es “bastante decepcionante”. Pero lo cierto es que las personas que cuidan de los niños alérgicos no son, ni mucho menos, las únicas que cometen fallos al usar las medicinas. 'The Daily Mail' ha realizado una selección de los errores más comunes que cometemos con los medicamentos, que todos haríamos bien en conocer.

1. No cerrar los ojos al usar colirio

Al leer el prospecto de cualquier medicamento en gotas para los ojos comprobarás que hay que administrar éste en el párpado inferior y, después, cerrar el ojo para retener el fármaco. Pero muchísima gente no lo hace y el fármaco se derrama junto a las lágrimas. Para evitar esto, la oftalmóloga Francesca Cordeiro recomienda mantener cerrado el parpado y presionar la cornea con el dedo durante dos minutos.

Como recuerda el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), también es importante evitar que el “gotero dispensador” toque directamente la zona afectada ya que se produciría contaminación.

2. Comer mucho al tomar ibuprofeno

Todo el mundo ha escuchado que no es bueno tomar ibuprofeno con el estómago vacío, pero esto no es siempre una buena idea. Es cierto que el analgésico irrita el estómago y, si se toma de forma continuada, es importante tener cuidado con esto, pero si sólo lo tomamos ocasionalmente y lo que necesitamos es un alivio rápido no hay razón para esperar a la comida. Si llenamos el buche tardará el triple en hacer efecto: son 15 minutos frente a 45.

En opinión del gastroenterólogo Ingvar Bjarnason, si tomamos ibuprofeno de forma ocasional el riesgo de padecer problemas gástricos es “muy muy pequeño” y no tiene sentido retrasar su efecto si lo que buscas es aliviar tu dolor cuanto antes.

3. Esnifar después de usar un 'spray' nasal

Los aerosoles nasales son habituales para tratar alergias o aliviar la mucosidad, pero es muy habitual usarlos mal. Quizás por instinto, cuando aplicamos el invento acompañamos la administración del medicamento con una fuerte aspiración nasal, algo que es similar a tirar la dosis a la basura. A diferencia de otro tipo de drogas, lo que interesa es que la solución del 'spray' se quede en las fosas nasales, no que pase a la garganta, lo que hace, en definitiva, que te la tragues.

Otro error habitual consiste en cerrar un orificio nasal. “Si haces esto empujarás el tabique contra la fosa nasal y el 'spray' no llegara donde más se necesita”, explica la alergóloga Sophie Farooque.

4. No frotar las cremas antiinflamatorias

Los geles y cremas para aliviar el dolor muscular, como el Reflex, son de uso habitual cuando tenemos torceduras o esguinces. Su principal función es reducir la inflamación, pero para que funcionen correctamente es necesario aplicar la solución realizando un masaje en la zona que incremente la circulación sanguínea y permita que la medicina sea absorbida correctamente.

5. Cortar los parches

Un error común al utilizar parches de nicotina o de terapia hormonal sustitutiva (los dos más habituales) es cortarlos, pensando en ahorrar o que sean más cómodos. Esto arruina el mecanismo pensado para que el parche administre correctamente la medicación a la piel, por lo que puedes tomar demasiado o menos de lo que debieras (no la mitad).

6. Dar rápidas bocanadas a tu inhalador

Una investigación de la 'Revista Atención Primaria', realizada en nuestro país, comprobó que más del 50% de los pacientes asmáticos estudiados realizaba mal la técnica inhalatoria. Han pasado más de diez años desde su publicación, pero está claro que muchas personas siguen utilizando mal una herramienta básica en su día a día.

El error más común consiste en pulsar el inhalador y dar una bocanada rápida, lo que provoca que la mayor parte del medicamento se quede en la garganta y no llegue a los pulmones, que es donde se necesita. También hay quienes respiran antes de que darle al botón. Lo ideal, explica la enfermera Sue Kropft, es comenzar a respirar justo antes de pulsar el inhalador y continuar haciéndolo lentamente durante cinco segundos. Después, mantén la respiración durante diez, para que la medicina tenga tiempo para llegar a los pulmones.

7. Usar gotas para el oído antes de irte a la cama

Este tipo de medicamento se utiliza para eliminar el exceso de cera, pero también para tratar infecciones, y no siempre se utiliza correctamente. Al igual que ocurre con los inhaladores nasales y los colirios, lo que nos interesa es que el medicamento llegue bien a la zona afectada. Si lo usamos justo antes de acostarnos corremos el peligro de que este no penetre bien en el conducto auditivo porque, al tumbarnos, se derrama hacia el exterior.

Lo ideal es aplicarlo en el oído y girar la cabeza para mantener la oreja hacia arriba, lo que permitirá que el medicamento se introduzca correctamente.

Los anuncios de medicinas son claros al respecto: “Lea las instrucciones de este medicamento y consulte al farmacéutico”. Pero en la mayoría de los casos no hacemos lo primero ni lo segundo. Un informe del National Institute for Health and Care Excellence (NICE), un organismo dependiente del gobierno británico, asegura que la mitad de las medicinas que se recetan para tratar enfermedades de larga duración se toman de forma incorrecta.

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