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La vida con un pene gigante: historias reales de hombres XXL
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La vida con un pene gigante: historias reales de hombres XXL

"Sólo por el número de personas en la Tierra que darían cualquier cosa por tener mi pene, debo apreciar todo lo que tengo": lo que ven y sienten los varones con falos que se salen de la media

Foto: Sí, este tamaño puede ser real y sin ser una hortaliza. Pero no todo lo que conlleva es genial. (Corbis)
Sí, este tamaño puede ser real y sin ser una hortaliza. Pero no todo lo que conlleva es genial. (Corbis)

El tamaño del pene es una de las grandes cuestiones que ocupan los pensamientos de los hombres. Al menos en lo que concierne al suyo, porque tampoco es muy común andar comentando con los demás qué talla calzan. En silencio u ojeando, el hecho es que para muchos, estar o no dentro de la media acaba convirtiéndose en toda una obsesión.

Pero, ¿de verdad es tan importante el tamaño y, como dice el refrán, 'más vale que sobre a que falte' o ser un superdotado está sobrevalorado? Los hombres reales con penes XXL, conocen la verdad sobre cómo es vivir con un miembro viril que mide más de 20 centímetros en erección. Y tiene más desventajas de las que pensamos. Andrew Daniels recoge en 'Men's Health' las historias de algunos de los varones cuyos 'maxi penes' han acabado convirtiéndose en los protagonistas de sus vidas, que, en algunas ocasiones, son una auténtica pesadilla.

'Freaks' super dotados

No hace demasiado que Hubo Willie Jordan, de 20 años, decidió rodearse de una docena de conocidos y curiosos en la esquina trasera de un bar poco iluminado. Todos los presentes formaron un círculo a su alrededor para tapar al protagonista. No era la primera vez que estaba en esta situación y sabía perfectamente cómo proceder. Así que Jordan tomó aire, cuidadosamente se desabrochó los pantalones y se sacó el pene.

“El público estaba entusiasmado por poder echar un vistazo en primera fila a la mayor polla de Newcastle. Era un pene legendario en la ciudad del noreste de Inglaterra y su dueño se había convertido en casi una celebridad gracias a él”, describe Daniels. Fue el propio Jordan quien hizo correr el rumor para que quien quisiera verlo se acercase aquel día al lúgubre local. “Entendía la curiosidad de la multitud”, explicaba el propio dueño del pene 'super size': “Si yo tuviese un amigo con seis o siete dedos en cada mano o con dos cabezas, también me gustaría verlo”.

Cuando otros chicos me dicen que desearían tener mi pene, se están visualizando en el terreno sexual como verdaderos machos alfa

Poco a poco se fue acercando más gente para ver el espectáculo. Desesperado por terminar y poder continuar con la noche, Jordan enredó su pene y se lo metió de nuevo en los calzoncillos. El 'show' había terminado. Pero tan pronto como se cerró la bragueta, uno de los 'groupies' se agarró a lo loco de su posesión más preciada: “Literalmente, trató de arrancarlo de mi cuerpo. Supongo que estaba drogado para intentar arrancar el pene de un hombre de esa manera”, explica el joven.

Estupefacto, Jordan se marchó corriendo a casa y publicó en Facebook lo que había vivido en aquel encuentro surrealista. A más de 16.000 kilómetros de distancia, desde el otro lado del Atlántico, recibió el primer comentario. Jonah Falcon –también conocido por ser dueño de un pene anormalmente grande, considerado incluso el más grande del mundo por algunos informes médicos– no pudo resistirse a bromear con su amigo y añadió un jocoso “¿no estarás intentando ponerte a mi nivel, verdad?”.

Dolorosos problemas de pareja

“Así es la vida para los chicos con pollas gigantes. Unas veces tienes que quitarte de encima a los fans de tu miembro viril y otras le rompes un quiste ovárico a tu novia durante el coito”, continúa Daniels.

Así le ocurrió a Tood, de 36 años, quien acabó en urgencias con su pareja tras su primer encuentro íntimo: “La primera de las muchas desgracias sexuales causadas por mi polla”, relata el joven. Las consecuencias de la penetración con un pene de medidas desorbitadas no siempre son así de graves, pero los dueños de los mismos asumen que su vida sexual, muy lejos de ser tan increíble como puedan pensar la mayoría de los mortales, se complica por culpa de sus enormes miembros viriles.

Se salen de la media

Según los últimos datos de la revista 'Journal of Sexual Medicine', la media de un pene flácido está entre los 8,9 y los 10 centímetros y en erección plantean un promedio algo más amplio que va desde los 11,4 hasta los 16 centímetros. Si un miembro viril que alcance los 20 centímetros erecto está un 2% por encima de la media, los de estos chicos superan con creces las estadísticas.

Todd, por ejemplo, llega a los 25,4 centímetros y Falcon alzanza la friolera de 34 centímetros en erección (para que nos hagamos una idea, un folio A4 mide casi 30 centímetros de largo). A sus 44 años no puede asegurar tener entre sus piernas el pene más grande del mundo, pero medios internacionales como la HBO o la revista 'Rolling Stone' lo han documentado y él mismo se ha comprometido a donar su miembro al museo al Phallological Museum de Islandia cuando muera.

Ser famoso por tener un pene grande puede tener verdaderas ventajas y la mayoría de ellos han sacado cierta rentabilidad a su aparato sexual. Sin ir más lejos, Falcon se convirtió en un invitado VIP fijo en los locales más exclusivos de Nueva York gracias a su falo. “Si un hombre puede tener relaciones sexuales casi con cualquier persona que quiera, sin duda lo hará. Irme de fiesta cuando tenía 20 años era como ser un niño en una tienda de dulces”, explica Falcon.

Pero con el paso del tiempo, los problemas comienzan a eclipsar la bendición viril. “Cuando otros chicos me dicen que desearían tener mi pene, se están visualizando en el terreno sexual como verdaderos machos alfa. Pero, ¿qué porcentaje de la vida pasamos realmente utilizando el pene? Si comparasen ese número con la cantidad de desventajas que tiene, la parte sexual no sale ganando”, asegura Jordan.

Dificultades cotidianas en la entrepierna

“Algo tan simple como andar en bicicleta es una auténtica pesadilla”, continúa Jordan: “¿Saben cómo apoyo el pene cuando me coloco en el sillín? Tengo que mantener las piernas cerradas y elevadas, pero están en constante roce. Si me quiero ir a dar un paseo largo, el intenso dolor me distrae y no disfruto del viaje en sí mismo”.

Otros hábitos diarios y fisiológicamente necesarios como ir al baño también pueden resultar de lo más incómodos cuando uno tiene un pene descomunal: “Cuando entro en un servicio público, si no tengo cuidado, mi pene cuelga tanto hacia abajo que toca con el borde del urinario o con el agua", explica Todd. En esta misma línea, Falcon reconoce que se ha resignado a una vida de orinar sentado para evitar el problema.

Si se enteran de que soy famoso por tener un pene enorme, piensan que por esa razón no voy a poder hacer bien el trabajo

Y uno de los grandes problemas –nunca mejor dicho– se da con el momento preservativo: “Uso siempre el de mayor tamaño posible, de unos 19 centímetros, y sólo cubre la mitad de mi polla”, asegura Falcon. “Es una mierda tener que estar constantemente con una mano sobre la goma para asegurarte de que no se resbale durante el acto sexual”, comenta Todd, quien reconoce que, aún con este sistema, muchas veces se rompen los condones o se quedan dentro de la vagina de sus acompañantes.

Si es así durante el coito, y por mucho que la mayor parte del porno esté protagonizada por grandes miembros viriles, al practicar sexo oral las dificultades se extreman: “Mi pene es más grueso que mi muñeca, por lo que las bocas de las chicas tienen que ajustarse al grosor de la circunferencia. El hecho es que he conocido muy pocas personas que hayan sabido manejarse bien con el ancho y, como resultado, me han raspado con los dientes un montón de veces”, ejemplifica Falcon.

Discriminación fálica

“Hablarle a una mujer sobre el tamaño del pene es algo incómodo en sí mismo. Es una pena cuando tienes una conexión mental muy íntima con alguien y te planteas todo el tiempo '¿Le digo lo que me mide o simplemente dejo que suceda?”, explica Jordan, quien confiesa que, aunque puedan llevarse sorpresas extremadamente grandes, evita hablar sobre el tema porque “las mujeres quieren dejarse llevar por el placer, y no tener que estar parando o ir más despacio para evitar el dolor”.

Eso sí, Jordan tiene otra norma: no se acuesta con nadie hasta que han pasado unos meses. Y no lo hace por evitar hacerlas daño, en todos los sentidos, sino para evitar tener sexo con cualquier mujer que esté más interesada en el tamaño de su pene que en él mismo. “Quiero una chica que quiera estar conmigo por otras razones”, sentencia.

Probablemente tendría más trabajo y habría logrado muchas más cosas en la vida. Pero no me gustaría ser ninguna otra persona del mundo

Falcon, actor en ciernes, se muestra poco optimista en el aspecto laboral, porque hasta en esto, el tamaño sí que importa: “La notoriedad me ha quitado trabajo. Si se enteran de mis antecedentes y ven que soy famoso por tener un pene enorme, inmediatamente piensan que por esa razón no voy a poder hacer bien el trabajo”, asume. Tan sólo es visto con buenos ojos dentro del mundo de la pornografía, del que trata de huir desde hace tiempo incluso rechazando trabajos: “Soy actor y yo quiero hacer papeles de verdad. Si hago porno sería el final de mi carrera y nunca conseguiría papeles fuera de ese género”.

El agobio permanente por encontrar un trabajo estable le ha quitado también las fuerzas para luchar por encontrar a alguien especial en el ámbito sentimental. “Cuando estás constantemente preocupado por ganar dinero y no quedarte sin casa, te sientes estresado todo el tiempo y no eres capaz de hacerlo con nadie”, relata Falcon.

Pero tienen un gran pene (y lo saben)

“¿Que si las cosas serían diferentes si tuviese un pene de 10 centímetros? Eso creo. Probablemente tendría más trabajo y habría logrado muchas más cosas en la vida. Pero no me gustaría ser ninguna otra persona del mundo”, asegura Falcon.

Aunque desde un principio subrayó los inconvenientes sexuales de calzar una talla XXL en la cama, Todd también se muestra orgulloso de su inusual miembro viril: “Cuando estoy con una chica, me bajo los pantalones y luego veo la mirada que se le queda en la cara… Es una gran forma de mejorar la confianza en uno mismo”, dice Todd.

“Sólo por el número de personas en la Tierra que darían cualquier cosa por tener mi pene, debo apreciar todo lo que tengo”, sentencia Jordan, aunque, asegura, nunca volverá a mostrar sus voluminosos encantos ante una multitud de curiosos.

El tamaño del pene es una de las grandes cuestiones que ocupan los pensamientos de los hombres. Al menos en lo que concierne al suyo, porque tampoco es muy común andar comentando con los demás qué talla calzan. En silencio u ojeando, el hecho es que para muchos, estar o no dentro de la media acaba convirtiéndose en toda una obsesión.

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