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Sí, hay que pasarlo mal: por qué el sufrimiento resulta positivo si haces deporte
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en ocasiones el dolor es necesario

Sí, hay que pasarlo mal: por qué el sufrimiento resulta positivo si haces deporte

Entendemos el esfuerzo como un estado negativo en el ámbito emocional, afectivo o material. Pero en la práctica deportiva no sólo es bueno sino que te ayuda a crecer

Foto: Miriam Albero. (Instagram)
Miriam Albero. (Instagram)

'Miriam Albero es una conocida bloguera y triatleta. En su primer libro, 'Be real not perfect' (Planeta), comparte todos los secretos de su estilo de vida y su visión del mundo que le permiten disfrutar de las pequeñas cosas, aquellas que realmente importan, y que han conseguido enganchar a sus miles de seguidores de las redes sociales. En este extracto del volumen, explica porque el sufrimiento no siempre es algo negativo.'

Esto del sufrimiento deportivo suena mucho peor de lo que en realidad es. En nuestras vidas, asociamos el término sufrimiento a situaciones familiares desagradables, a etapas complicadas, a problemas de salud o a contratiempos económicos. Pensamos en sufrir y sólo nos vienen cosas malas a la cabeza.

Entendemos el sufrimiento como un estado negativo en el ámbito emocional, afectivo o material. Asociamos cualquier tipo de sufrimiento a padecer sensaciones molestas, desagradables y que muchas veces nos hacen sentir impotentes. Cuando sufrimos nos sentimos atrapados y eso nos asusta, porque si hay algo que nos frustra es que nos corten las alas, que nos priven de libertad. Nos sentimos amenazados, y cansados, porque para evitar sufrir estamos en lucha constante con nosotros mismos y con las amenazas que se dan en nuestro entorno.

Me llevó algunos meses entender que en el deporte percibimos el sufrimiento de un modo muy distinto. Es esa sensación en la que lo estás dando todo, en la que notas tensión e incluso dolor. Pero que al mismo tiempo te empuja a seguir y no abandonar porque sabes que un esfuerzo total es una victoria completa. Y fue muy reconfortante ver que no estaba sola, sino que, al hablar con personas igualmente apasionadas por el deporte, éstas vivían y sentían emociones muy parecidas a las mías. El sufrimiento en el deporte poco o nada tiene que ver con lo que es sufrir fuera de este ámbito...

El dolor como compromiso

El sufrimiento surge cuando tenemos claro un objetivo y lo que es aún más importante: compromiso. Cuando definirnos un objetivo muy concreto y en el momento en que adquirimos un compromiso con nosotros mismos para lograrlo, empezamos a sufrir.

Nosotros mismos elegimos sufrir. Cuanto mayor o más complejo sea el objetivo que nos hemos planteado, el nivel de compromiso que adquirimos deberá aumentar y eso implica un mayor grado de sufrimiento.

¿Se puede calcular el grado de sufrimiento? Parece algo un tanto macabro, pero podemos llegar a medir el grado de sufrimiento en el que “nos hallamos”. Todo depende de nosotros y de nuestra percepción, que también es importante desarrollar. Cuando entrenamos o cuando competimos, recibimos un montón de 'inputs' con información útil para comprobar en qué punto estamos en nuestra escalera del sufrimiento.

El ritmo al que corrernos, las pulsaciones, el sudor, nuestras respiraciones, la referencia de otros corredores... A medida que vamos recibiendo o percibiendo toda esta información, sacamos consciente e inconscientemente conclusiones. Y justo estas conclusiones son las que nos harán tomar decisiones que afectan a nuestra conducta.

'Miriam Albero es una conocida bloguera y triatleta. En su primer libro, 'Be real not perfect' (Planeta), comparte todos los secretos de su estilo de vida y su visión del mundo que le permiten disfrutar de las pequeñas cosas, aquellas que realmente importan, y que han conseguido enganchar a sus miles de seguidores de las redes sociales. En este extracto del volumen, explica porque el sufrimiento no siempre es algo negativo.'

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