Cómo contar a tu pareja que le has engañado, pero en plan guay

Ser infiel puede ser una de las cosas más espantosas que experimentes. Ya sea porque creías que así reavivarías tu relación de pareja, porque una noche se te fue de las manos y no supiste frenar, porque una persona despampanante se cruzó en tu vida y no quisiste dejar pasar la oportunidad o por el motivo que sea, lo primero es asumir lo que has hecho.

Sí, has sido infiel y, en un principio, la decisión de contárselo o no a tu pareja está en tus manos. Por tu cabeza se cruzan dos grande tópicos: 'la sinceridad es lo primero' y 'la sinceridad está sobrevalorada'. ¿En cuál creer? Muchas personas opinan que confesar unos cuernos tan sólo sirve para quirtarse uno la carga mental de haberlo hecho y delegar en la otra persona para que decida si te perdona o no. Y chispúm. Pero no es tan sencillo.

Antes de tomar una decisión así, la experta en relaciones de pareja Emily V Gordon recomienda en Yahoo que te hagas como mínimo estas tres preguntas: '¿Qué es lo que quieres sacar de todo esto?' '¿Piensas trabajar duro para recuperar su confianza? '¿Crees que puede volver a ocurrir?' A partir de las respuestas tú decides.

Si optas por enfrentarte a la verdad y confesarlo todo, estos pasos te ayudarán a tener esa difícil conversación en la que dirás a tu pareja que le has sido infiel. Esta es la teoría, cómo responda la otra persona y las consecuencias de tu brote de sinceridad sólo lo sabrás una vez hayas entonado tu discurso, pero es bastante probable que así le hagas el menor daño posible.

Como debe ser "la conversación"

Por favor, hay algo importante que debes tener siempre en cuenta si piensas decirle a alguien a quien quieres algo que no se espera, que le va a resultar hiriente como que le has engañado: NO empieces por un 'tenemos que hablar'. Cierto es que va a ser una conversación incómoda, pero si partes de esta gran frase, la otra persona se pondrá directamente a la defensiva y te costará mucho más que te escuche un mínimo.

“Intenta no confesarte de manera espontánea aprovechando el calor de una conversación intensa”, recomienda también Gordon. Ni qué decir que aprovechar un momento poco íntimo como estar haciendo la compra en el super o cuando estáis poniendo la mesa para recibir a sus padres que vienen a cenar no es una buena idea y demuestra lo poco que pretendes ahondar en el tema. Evitarás que te levante la voz y todo será más breve, claro, pero tendrás las de perder si tu intención es arreglarlo.

Esta guía no te ayudará a salvar tu relación cuando es tu pareja quien saca a la palestra que le has engañado

La clave es encontrar un momento de calma, sin dejar pasar muchos días entre tu decisión de confesar y la charla, porque entonces el tiempo jugará en tu contra y el 'y ahora a cuento de qué me vienes con éstas' será todo un argumento –lícito y lógico– a su favor. Debe ser un día neutro en el que no estén ocurriendo otras cosas importantes (¡no se te vaya a ocurrir eclipsar un problema personal o laboral suyo para colar tu infidelidad!) y tengáis tiempo para estar a solas y charlar.

Un último apunte: recuerda que estos pasos no te valdrán de nada si la otra persona te ha pillado. Seguir esta guía no te ayudará a salvar tu relación cuando es tu pareja quien saca a la palestra que la has engañado. Estás confesando tu infidelidad, no argumentando el por qué de algo que ya han descubierto.

1. No te vayas por las ramas

Haz un discurso breve y vé al grano. Ni se te ocurra dar detalles sórdidos sobre lo que hiciste ni contarlo exactamente como sucedió, hasta cuando te vestiste de nuevo. Tu pareja probablemente te hará preguntas de todos modos así que no te adelantes a las descripciones morbosas que probablemente te pida y, por supuesto, simplifica y dilo todo con tacto.

2. Tú no eres la víctima, evita el plan dramático

Aunque así lo sientas, que se presupone que bien no vas a estar al confesarle algo así a tu pareja, no te pongas a llorar a lo loco ni a flagelarte en directo por tu grave error. Has hecho daño a alguien y eso es lo importante ahora, no el dolor que sientas tú y la culpa con la que cargas.

3. Nunca jamás culpes a la otra persona

Bajo ninguna circunstancia, por mucho que te sientas atacado o te insulte, dejes caer que tu pareja tiene una mínima responsabilidad en lo que tú has hecho. ¡Danger! Este argumento te va a llevar por muy mal camino. Aunque lo superéis, o harás que cargue el resto de tiempo que dure la relación con el trauma y el peso de haberte lanzado a los brazos de otra persona, o te la devolverá en cuanto tengas un comportamiento mínimamente similar al que tú le acusaste de haber provocado que fueses infiel. Los posibles problemas que tuvieseis antes de tu aventura, deben quedar al margen en este momento de confesión.

4. No esperes compasión

“Dile a su pareja lo terriblemente mal que te sientes, pero no esperes un montón de simpatía”, señala Gordon, ni muchísimo menos un abrazo o una palmadita.

5. Déjale espacio

Cuando confieses, lo más normal es que se quede a cuadros y esté en estado de shock procesando la información que le acabas de dar. No atosigues y entiende que se aparte y que busque espacio vital para respirar y evitar verte. No te lances a sus brazos ni intentes contacto físico como palmaditas en la espalda para calmar su dolor. Deja que haga lo que le salga y necesite: menos violencia brutal, llorar, gritar o alejarse de tu lado serán su forma de descargar. No interrumpas su enfado ni sus sentimientos, le quitarás el protagonismo que se merece en ese momento.

6. No te pongas en su lugar

Aunque creas que es bonito que digas cosas como 'te entiendo' o 'yo no sé que habría hecho', tú has confesado, asume tu papel.

Quién sabe lo que durará está conversación o si acabará en abrazo o maletas en la puerta. Lo mejor es estar preparado para cualquier escenario y recuerda quién es la persona responsable de esta situación. Sin hacer drama, simplemente asúmelo y acarrea con lo que pueda pasar a partir de aquí. Suerte.