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Los presos más peligrosos revelan cómo es la vida en las cárceles inglesas
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Violencia dentro de los muros de prisión

Los presos más peligrosos revelan cómo es la vida en las cárceles inglesas

Asesinos peligrosos y violentos, muchos acabaron en estas áreas restringidas por problemas con otros presos o guardias. Así es la vida en las cárceles dentro de cárceles

Foto: Charles Bronson, considerado uno de los presos más peligrosos de Gran Bretaña, estuvo en un módulo de aislamiento del penal de máxima seguridad de Wakefield
Charles Bronson, considerado uno de los presos más peligrosos de Gran Bretaña, estuvo en un módulo de aislamiento del penal de máxima seguridad de Wakefield

Un nuevo informe sobre las cárceles especializadas altamente restringidas del Servicio Penitenciario británico, los conocidos como Close Supervision Centres (CSCs), describe el día a día de algunos de los presos más peligrosos del país y las condiciones en las que se encontraban.

Estas unidades especiales de las que poco se ha hablado, son conocidas como jails within jails (cárceles dentro de cárceles) y han sido la casa de notorios reclusos peligrosos y con importantes antecedentes. Pero no sólo eso, muchos de los que acabaron en estas áreas restringidas fueron recluidos allí precisamente por haber tenido algún problema dentro de prisión, agresiones a guardias o a otros convictos.

Detenidos entre rejas

“Cuando te detienen dentro de una cárcel, es probable que pases años en las condiciones más restrictivas sin acceso a ningún estímulo y con un limitado contacto humano”, relata el informe elaborado por el Inspector Jefe de Prisiones.

Entre los criminales más violentos enviados en los últimos años a alguno de estos pabellones, destacan Charles Bronson, considerado el preso más peligroso de Gran Bretaña, y el doble asesino Gary Nelson, conocido por disparar y matar a Patrick Dunne, un oficial de policía, en 1993.

Ahora ha salido a la luz cómo era el día a día de aquellos delincuentes en estos regímenes altamente restringidos y aislados que se crearon dentro de las cárceles de alta seguridad más importantes del país. “Vivían en condiciones claustrofóbicas, como si estuviesen dentro de un submarino”.

Cerca de un tercio de los hombres encerrados en estos centros especiales eran negros o pertenecientes a alguna minoría étnica; el 51% eran musulmanes

El informe destaca que los patios de ejercicio para estos reclusos eran “como jaulas opresivas y deshumanizantes” a las que calificaba de “inaceptables”. Austeras y lúgubres, estas unidades fueron diseñadas con la máxima austeridad y apenas tenían contacto alguno con el mundo exterior más allá de las informaciones que pudiesen fliltrarse.

En la mayoría de las unidades apenas se organizaban actividades para mantener a los presos ocupados. “En Wakefield, por ejemplo, a los prisioneros sólo se les permitían entre 2 y 3 horas al día fuera de su celda porque los consideraban demasiado peligrosos”, explica Paul Peachey en el Independent. Algunos presos denunciaron que esta falta de tiempo fuera de aquellos pequeños habitáculos se debía a la falta de personal en estas prisiones.

Medidas discriminatorias

Estrictas directrices rodean las decisiones para enviar a los presos a los CSC, pero, una vez dentro, a los reclusos no se les permite la asistencia jurídica para luchar contra esta decisión. Desde el año 1998, sólo cinco presos han salido del sistema. “Estos datos hacen que aún me quede poco de esperanza”, explica uno de los presos. “Sé que estaré aquí encerrado mucho tiempo me comporte como me comporte”, decía otro.

Según el informe, ninguna investigación anterior ha sido capaz de explicar por qué cerca de un tercio de los hombres que están encerrados en estos centros especiales eran negros o pertenecientes a alguna minoría étnica y el 51% eran musulmanes. “Nos encontramos ante una evidente discriminación en la forma en la que se trataba a los prisioneros”, denuncia el informe.

Kamel Bourgass, un argelino encarcelado durante 17 años por su participación en un complot terrorista en el año 2002 y asesinar a un oficial de policía, fue retirado a un CSC tras una trifulca con otro peso porque, según documentos judiciales, “estaba influyendo en otros prisioneros”.

Sé que estaré aquí encerrado mucho tiempo me comporte como me comporte

“La selección de personas para un CSC se basa exclusivamente en los peligros que presenta ese preso dentro de la cárcel. Sin embargo, estamos examinando por qué existe una mayor proporción de presos negros y de minorías étnicas”, declaraba un portavoz del servicio penitenciario.

La información publicada también destaca “la complejidad de trabajar con los hombres recluidos en los CSC” y subraya que “están bien dirigidos”, alabando “la valentía y profesionalidad del personal”.

Condenados durante la condena

“Los residentes en estas cárceles especiales suelen ser hombres que han llevado a cabo crímenes terribles que han continuado cometiendo actos violentos dentro de los muros de la prisión”, explica Peachey.

– Kevan Thakrar, quien cumple una condena de 35 años por tráfico de drogas y haber cometido un triple asesinato, apuñaló a tres funcionarios de prisiones con una botella de vidrio rota en la prisión de Frankland, Durham, en 2010. Sin embargo, fue absuelto de todos los cargos por este ataque tras alegar que sufría un trastorno de estrés postraumático como consecuencia de experiencias previas vividas en la prisión. Más tarde, Thakrar fue sometido a una tortura psicológica en el CSC de Woodhill, donde fue trasladado desde Frankland.

– Mark Robinson, condenado a perpetua por matar a su novia y a una vecina, mandó a cinco guardias de la prisión de Wakefield al hospital en diciembre de 2011 porque habían recortado su ración de pan. Entre sus antecedentes constaban ataques previos a otros trabajadores en otros penales.

– Lee Foye fue enviado a una de las unidades especiales tras asesinar a otro preso encerrado por pedófilo en la cárcel. “Al parecer los dos habían participado en las mismas sesiones de terapia de grupo y Foye escuchó que el violador de niños debía ser perdonado por sus crímenes”, explica el autor. Foye fue enviado posteriormente al CCS de Woodhill donde se cortó una oreja con una cuchilla de afeitar. Tres meses más tarde, se cortó la otra.

Un nuevo informe sobre las cárceles especializadas altamente restringidas del Servicio Penitenciario británico, los conocidos como Close Supervision Centres (CSCs), describe el día a día de algunos de los presos más peligrosos del país y las condiciones en las que se encontraban.

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