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La maldición del bautismo o cómo tu nombre repercute en tu vida
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PIENSA BIEN CÓMO VAS A LLAMAR A TU HIJO

La maldición del bautismo o cómo tu nombre repercute en tu vida

El nombre que tus padres han elegido para ti puede afectar a tu éxito en la vida, creando pequeñas facilidades o dificultades en tu carrera laboral y académica

Foto: "Jonathan Mario, yo te bautizo en  el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". (iStock)
"Jonathan Mario, yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". (iStock)

Dar nombre a las cosas es una de las habilidades que nos distingue como humanos. Tu perro no sabe cómo te llamas, pero tú puedes ponerle el apodo que te venga en gana y no le importará lo más mínimo. Tampoco determinará su existencia. Pero cosa distinta es ponerle nombre a los hijos.

La ley española establece algunas restricciones, como que no se pueden poner a los niños nombres confusos, que los perjudiquen o humillen o que dificulten la identificación, ni tampoco llamarlos como a sus hermanos. Pero dentro de la legalidad el margen es enorme, y hoy en día no es lo mismo llamarse Eulogio que Pedro.

Como explica Jenna Goudreau en Business Insider, existen numerosos estudios que muestran cómo el nombre que tus padres han elegido para ti puede afectar a tu éxito en la vida, creando pequeñas facilidades o dificultades en tu carrera laboral y académica.

Estas son las 13 cosas que deberías tener en cuenta antes de ponerle nombre a tu hijo:

1. Si tu nombre es fácil de pronunciar la gente te favorecerá

A Nabucodonosor II no le fue mal como rey de Babilonia, pero hoy en día tendría problemas para escalar a lo más alto de la pirámide social. Según un estudio de la Universidad de Nueva York las personas con nombres fáciles de pronunciar normalmente alcanzan puestos de mayor responsabilidad en el trabajo. Uno de los autores del estudio, Adam Alter, explicó en Wired que “cuando podemos procesar un fragmento de información de forma más sencilla, porque es más fácil de comprender, tendemos a que nos guste más”.

Otro estudio publicado en la revista Personality and Social Psychology Review mostró que las empresas con nombres simples tienden a obtener mejores resultados en bolsa.

2. Si tu nombre es común, tienes más posibilidades de que te contraten

Según un estudio de la Marquette University, las personas con nombres comunes generan una mayor simpatía y tienen más posibilidades de ser contratados que la gente con nombres raros.

En base a la Estadística del Padrón Continuo de enero de 2014 Antonio, José, Manuel, Francisco y Juan son los nombres más comunes entre los hombres; y María Carmen, María, Carmen, Josefa e Isabel entre las mujeres. Llamar así a tus hijos no les garantiza encontrar trabajo, pero al menos no lo dificultará, algo que podría ocurrir si eliges nombres como Bala, Atila o Niceforo, algunos de los más minoritarios.

3. Los nombres infrecuentes guardan relación con la delincuencia juvenil

Si te encuentras por la calle con un macarra que responde al nombre de Saddam –en España hay 21– quizás le entregues tu cartera antes siquiera de que saque la navaja. Los nombres tienen connotaciones y, como asegura un estudio de 2009 de la Shippensburg University, hay una importante relación entre la popularidad de tu nombre y la delincuencia juvenil: sin contar la raza, los jóvenes con nombres infrecuentes tienen más posibilidades de cometer actos criminales.

¿Por qué ocurre esto? Según explicaron los autores en la nota de presentación del estudio, “los adolescentes con nombres poco populares pueden inclinarse a cometer actos delictivos, ya que reciben un trato diferente de sus compañeros, que les hace más difícil relacionarse. Los jóvenes con nombres infrecuentes también pueden actuar [de forma incorrecta] porque no les gustan sus nombres”.

4. Si tienes un nombre de blanco, tienes más probabilidades de que te contraten

Los nombres pueden ser un primer indicador de la etnia o la religión de una persona, y por mucho que se haya avanzado el racismo sigue muy presente en nuestras sociedades. Según un estudio publicado en la revista American Economic Review, en Estados Unidos las personas con nombres tipicamente blancos, como Emily Walsh o Greg Baker, que están buscando trabajo, reciben un 50% más llamadas de empleadores que las personas con nombre tipicamente negros como Lakisha Washington o Jamal Jones. Y no hay que ser muy atrevido para aventurar que en España pasará algo parecido entre nombres como Antonio Pérez o Laura Sanz y otros como Delfín Mendoza o Mohammed Abderraman.

5. Si tu apellido está al principio del alfabeto accederás a mejores escuelas

Según una investigación publicada en la revista Economics of Education Review, que analizó los procesos de adimisión en escuelas de renombre de 90.000 estudiantes checos, las personas con apellidos que aparecen primero en orden alfabético tenían más posibilidades de ser admitidos en las mejores escuelas que aquellos cuyo apellido se encontraba al final del listado, aunque estos últimos tenían de media mejores notas.

6. Si tu apellido está al final del alfabeto es más probable que seas un comprador compulsivo

Según un estudio publicado en el Journal of Consumer Research, las personas con apellidos como Zurro o Zabaleta son más sensibles a las estrategias promocionales del tipo “últimas rebajas” o “oferta por tiempo limitado”. Los autores especulan con la posibilidad de que estas personas, de niños, eran siempre las últimas de la lista lo que hace que, de mayores, tengan más propensión a llegar primero a los lugares donde pueden acabarse las existencias.

7. Abreviar alguno de tus nombres hace que la gente te perciba como alguien más listo

Si J. R. R. Tolkien hubiera firmado sus libros con su nombre completo, John Ronald Reuel Tolkien, probablemente nos lo habríamos tomado menos en serio. Según un estudio publicado en el European Journal of Social Psychology usar iniciales para abreviar alguno de tus nombres hace que la gente te perciba como alguien con una mayor capacidad intelectual y más productivo.

En un experimento, un grupo de estudiantes tuvo que puntuar el mismo ensayo, pero firmado de cuatro formas distintas. Los autores con nombres abreviados recibieron mejores notas y la firma con más abreviaturas, David F. P. R. Clark, recibió la mayor puntuación.

8. Tienes más posibilidades de trabajar en una empresa con tus mismas iniciales

Según un estudio de la Ghent University, las personas cuya inicial es la misma que la de la empresa a la que aspiran a entrar tienen más posibilidades de conseguir el trabajo. Y cuanto más raras sean las iniciales, más posibilidades tienes de trabajar para una empresa cuyo nombre coincida. Por ejemplo, un trabajador perfecto para El Confidencial sería Elena Conde. Pero, repasando la plantilla, no hay nadie cuyas iniciales coincidan. ¿Es la excepción que confirma la regla? Lo dudamos.

9. Si tu apellido suena aristocrático tienes más posibilidades de trabajar en un buen puesto

Una investigación publicada en la revista Psychological Science analizó los apellidos de trabajadores de varias compañías alemanas en relación a su posición en las mismas. Las personas con apellidos como Kaiser (“Emperador”) o Köning (“Rey”) tenían puestos de mayor responsabilidad que aquellos con nombres de familia como Kock (“Cocinero”) o Bauer (“Granjero”).

10. Si eres un niño con nombre de niña es más probable que te expulsen del colegio

El profesor de economía David Figlio analizó el censo de un distrito de Florida entre 1996 y 2000 y descubrió que los niños con nombres que se dan normalmente a las niñas tuvieron más expedientes disciplinarios, peor rendimiento académico y más expulsiones. Así que piénsatelo dos veces antes de llamar a tu hijo Ariel –en España hay 1.584 varones con ese nombre–.

11. Si eres mujer y tienes un nombre poco femenino tendrás más éxito

Hay nombres como Manel o Karen que pueden usarse tanto para hombres como mujeres –en España hay 219 Karen chicos y 53 Manel chicas–. Pues bien. Este tipo de nombres con un género neutral son los mejores para las mujeres que aspiran a tener éxito en terrenos eminentemente masculinos como la abogacía o la ingeniería. O esto es al menos lo que asegura un estudio de la Clemson University.

12. Los CEO hombres suelen presentarse con diminutivos

En 2011, Linkedin analizó más de 100 millones de perfiles de su red para averiguar qué nombres son más comunes entre los jefes de las empresas. Entre los varones los nombres más comunes son todos monosilábicos como Bob, Jack o Bruce. Esto podría ser porque las personas con poder usan diminutivos para parecer más abiertos y familiares (o porque la primera y segunda idea de este listado tienen más peso del que parece).

13. Los CEO mujeres usan su nombre completo

En el mismo estudio de Linkedin se comprobó que los nombres más comunes entre las CEO eran Deborah, Cynthia y Carolyn. Al contrario que los hombres, las mujeres suelen usar su nombre completo, según los autores del informe, en un intento de proyectar una mayor profesionalidad y seriedad.

Dar nombre a las cosas es una de las habilidades que nos distingue como humanos. Tu perro no sabe cómo te llamas, pero tú puedes ponerle el apodo que te venga en gana y no le importará lo más mínimo. Tampoco determinará su existencia. Pero cosa distinta es ponerle nombre a los hijos.

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