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Nootrópicos: la droga de moda en Silicon Valley que promete hacernos más listos
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"la cognición es sólo la siguiente frontera"

Nootrópicos: la droga de moda en Silicon Valley que promete hacernos más listos

Son fármacos que mejoran la función cognitiva sin –en principio– provocar daños, tener efectos secundarios significativos ni provocar adicciones. Y están arrasando

Foto: ¿Podemos aumentar nuestra capacidad cognitiva gracias a fármacos seguros? (iStock)
¿Podemos aumentar nuestra capacidad cognitiva gracias a fármacos seguros? (iStock)

Jesper Noher es jefe de tecnología de una startup de San Francisco. Como explicó a Zoë Corbyn en The Guardian, lleva seis meses añadiendo a sus desayunos un cóctel de suplementos dietéticos y fármacos comprados en internet que, asegura, le permite trabajar más y mejor sin sufrir ningún efecto secundario: tiene mejor memoria, mayor claridad de ideas, se concentra mejor y resuelve los problemas con más rapidez. “Puedo tener muchas cosas en la cabeza al mismo tiempo”, concluye.

Este treintañero, entusiasta de la tecnología, es sólo uno de los miles de geeks del mundillo de Silicon Valley que se ha apuntado a la moda de los nootrópicos: un grupo de fármacos, también conocidos como drogas inteligentes, que mejoran la función cognitiva sin –en principio– provocar daños, tener efectos secundarios significativos ni provocar adicciones.

Los fanáticos de los nootrópicos intercambian sus investigaciones caseras en comunidades virtuales como Longecity o Reddit, donde hay un subforo sobre el asunto con más de 50.000 usuarios. Estos modernos biohackers fabrican sus propias pastillas mezclando fármacos como los racetamos –potenciadores cognitivos como el Piracetam, que se vende con receta en Europa, pero no en EEUU– y suplementos nutricionales como la L-teanina –un aminoácido presente en el té– o la colina –un nutriente que aumenta la síntesis y liberación de acetilcolina por parte de las neuronas–.

Unos fármacos con normas

Aunque estos fármacos estén arrasando ahora mismo en Silicon Valley y Wall Street –“Diría que la mayoría de compañías tecnológicas tienen a alguien metido en el asunto”, asegura Noher–, no son lo que se dice una novedad.

La palabra nootrópico –proveniente del griego “nous” (mente) y “tropos” (dirección)– fue acuñada en 1972 por el psicólogo y químico rumano Corneliu E. Giurgea, que en 1964 había sintetizado el Piracetam, que sigue siendo hoy el principal componente de este tipo de fármacos.

En 1982, Giurgea declaró que los nootrópicos eran fármacos psicoactivos que debían cumplir cinco requisitos:

1. Deben favorecer el aprendizaje y la memoria.

2. Deben mejorar la resistencia de las memorias y habilidades aprendidas frente a aquellos agentes que puedan perturbarlas (como la hipoxia o el electroshock).

3. Deben proteger al cerebro frente a daños físicos o químicos.

4. Deben incrementar la eficacia de los mecanismos de control corticales y subcorticales.

5. Deben carecer de la farmacología usual de las drogas psicotrópicas (como la sedación o la estimulación motora), deben tener muy pocos efectos secundarios y una toxicidad extremadamente baja.

Siguiendo esta definición, muchas de las drogas que se usan para incrementar el rendimiento cognitivo son rechazadas por los defensores de los nootrópicos. Es el caso del Aderall o el Ritalin, fármacos que se recetan para tratar el polémico trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y que se han puesto de moda en los centros académicos estadounidenses como un moderno sustituto de las anfetaminas.

Existe la idea de que si tomas drogas para potenciar tu inteligencia estás haciendo trampas

En opinión de Jesse Lawler, un programador informático residente en Los Ángeles que produce y presenta el podcast Smart Drug Smarts, “en nuestra sociedad la palabra droga tiene connotaciones negativas”, pero las que él toma “tienen efectos fisiológicos beneficiosos”. Como ha explicado en BBC Mundo, “nunca tomaría nada que pudiera tener un efecto negativo sobre mi cuerpo y en particular sobre mi cerebro”. Pero ¿qué hay de malo en consumir una pastilla que potencia tu inteligencia? “Con las drogas inteligentes existe la idea de que si las tomas para potenciar tu inteligencia estás haciendo trampas. Pero no creo que haya nada malo en querer que tu cerebro funcione mejor”, sentencia.

La droga que nos convertirá en superhombres

Hasta la fecha los nootrópicos, y la comunidad que rodea a estos, ha tenido un enorme componente do it yourself. Noehr, por ejemplo, compra suplementos a granel, los mezcla con distintos fármacos, y elabora sus propias pastillas. Ha tardado cinco años en encontrar la mezcla de compuestos que más le convence, acumulando más de dos docenas de botes con distintas sustancias. Y, en el camino, ha experimentado junto a su novia, a la que ofrecía en ocasiones las pastillas y en otras un placebo, para comprobar si los efectos eran reales.

Pero claro, si algo se pone de moda en Silicon Valley sólo tienen que pasar unas horas para que se funden varias empresas que traten de comercializar el asunto. En el último año han aparecido dos startups, Nootroo y Nootrobox, ambas con sede en San Francisco, que venden sus cócteles psicoactivos a todos los geeks que no tienen tiempo para fabricar sus propias pastillas –entre los que se encuentran, aseguran sus directivos, varios bichos gordos del valle del silicio–.

Aunque la industria está en pañales, su futuro es brillante. Imagina un mundo en el que los nootrópicos estén disponibles en todas partes

Y los defensores de los nootrópicos insisten en que esto es sólo el principio. Los fundadores de Nootrobox, Geoffrey Woo y Michael Brandt, han asegurado en una columna en Techcrunch que quieren ir mucho más allá: “El siguiente paso natural de los nootrópicos es que se incorporen al día a día de todo el mundo. Los podrás encontrar en la tienda de la esquina junto al Red Bull y la máquina de café”.

En su opinión, estos fármacos serán cada vez más potentes y la humanidad haría bien en abrazarlos: “El mito del humano puro es sólo eso, un mito. Nuestra habilidad y determinación para mejorar la forma en que procesamos y manipulamos el mundo es lo que nos hace humanos. La cognición es sólo la siguiente frontera”.

Woo y Brand son muy críticos con fármacos como el Aderall, y piden que la FDA regule los nootrópicos para que sean seguros, pero no dudan de que, con el tiempo, todos tomaremos pastillas para ser más listos:

“Aunque la industria está en pañales, su futuro es brillante. Imagina un mundo en el que los nootrópicos estén disponibles en todas partes, sepamos cómo usarlos y su uso sea comúnmente aceptado. No estamos hablando de [la película] Sin límites, en la que Bradley Cooper toma una superdroga y consigue tener poderes mentales únicos. Estamos hablando de toda una sociedad de Bradley Coopers. La inteligencia tiene un efecto red. Imagina las nuevas formas de interacción, relaciones sociales y productividad que aún no llegamos a comprender”.

Jesper Noher es jefe de tecnología de una startup de San Francisco. Como explicó a Zoë Corbyn en The Guardian, lleva seis meses añadiendo a sus desayunos un cóctel de suplementos dietéticos y fármacos comprados en internet que, asegura, le permite trabajar más y mejor sin sufrir ningún efecto secundario: tiene mejor memoria, mayor claridad de ideas, se concentra mejor y resuelve los problemas con más rapidez. “Puedo tener muchas cosas en la cabeza al mismo tiempo”, concluye.

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