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El autor del "Guerra y paz de las drogas" tiene la solución definitiva al problema
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El autor del "Guerra y paz de las drogas" tiene la solución definitiva al problema

El novelista Don Winslow ha apostado por la legalización en una entrevista concedida a propósito de la publicación de "El cártel", su último libro sobre el combate entre la DEA y las organizaciones mafiosas

Foto: Winslow, durante su visita a Barcelona en febrero de 2010. (Efe/Alberto Estévez)
Winslow, durante su visita a Barcelona en febrero de 2010. (Efe/Alberto Estévez)

En El poder del perro, publicado en 2005, el novelista Don Winslow contaba la historia de Art Keller, un agente de la DEA (Drug Enforcement Administration) estadounidense dispuesto a desmembrar al principal cártel mexicano, en manos del mafioso Adan Barrera. La acción arrancaba a comienzos de los años setenta, después de que Nixon declarase la “Guerra contra las Drogas” en junio de 1971, lo que se tradujo en el incremento del número de agentes dedicados a evitar el consumo y el tráfico en territorio americano y sus fronteras. Ahora se publica en Estados Unidos The Cartel (El cártel), la segunda parte de aquella novela y que alarga la acción hasta completar un retrato de más de cuatro décadas. Una obra muy esperada después de que Winslow se haya convertido, gracias a obras como Salvajes (adaptada al cine por Oliver Stone) en una de las grandes referencias de la novela negra contemporánea.

En una entrevista concedida a Salon con motivo de la publicación del libro, Winslow explica al dramaturgo ganador del Pulitzer y actor Stephen Adly Guirgis cuál es su posición respecto al combate que Estados Unidos en particular y la sociedad occidental en general libra contra la industria de las drogas, y es muy clara: “Hay una salida: legalizar las drogas y tratarlas como el problema social que son”, explica. Una tesis muy semejante a la que el periodista Johann Hari mantiene en Tras el grito (Paidós Contextos), y en el que aboga por el control de las drogas por parte de monopolios estatales.

Todo por los drogadictos, sin los drogadictos

Tanto uno como otro coinciden en una misma opinión, con la que resulta fácil simpatizar: décadas y décadas de guerra contra las drogas no han proporcionado ningún resultado positivo. Más bien, al contrario, ya que han dado más poder y dinero a las mafias encargadas de controlar el tráfico y la distribución, al mismo tiempo que se desperdician recursos en operaciones policiales frustradas y políticas de persecución. “Los miles de millones de dólares que ahorraríamos cada año nos permitirían centrarnos en la raíz de los problemas que se encuentran detrás del consumo de drogas”, señala. Como Hari explicaba, estos serían el aislamiento social, los contextos desfavorables, los problemas personales y otros condicionantes que provocan que una persona acabe en manos de la drogadicción.

Nunca curaremos completamente la adicción, porque sus niveles son muy altos, pero podemos reducirlos

Al igual que explicaba el periodista en su libro, Winslow aboga por olvidar la persecución y encarcelamiento del adicto –algo que tan sólo agrava su situación–: “¿Por qué no gastamos más dinero en tratamientos en lugar de en cárceles?”, se pregunta el autor de El invierno de Frankie Machine. “¿Por qué no construimos fábricas y negocios en las zonas marginales y damos a la gente trabajos con sueldos decentes ?¿Por qué no mejoramos los colegios?” Tanto Hari como Winslow representan una misma tendencia en la lucha contra las drogas, y es aliviar a través de la inversión en educación y trabajo la situación de la ciudadanía en riesgo.

“Nunca curaremos completamente la adicción (sus niveles son muy altos)”, prosigue Winslow. “pero definitivamente podríamos reducirlos”. En un primer momento, como relata Hari en su libro, muchos países consideraron que podían hacer desaparecer por completo todo consumo de drogas. Hoy en día es poco menos que una utopía, quizá ni siquiera deseable. Como tantos otros, Winslow aboga por una mezcla de regulación y responsabilidad en el consumo semejante a la que se aplica con otras sustancias potencialmente peligrosas como el alcohol y el tabaco.

Un futuro ¿esperanzador?

No obstante, Winslow cree que la situación mejorará durante los próximos años. “Por la primera vez soy optimista”, explica. “Vemos las leyes sobre la marihuana cambiar rápidamente, y a una coalición de izquierdas y derechas hablar de la reforma judicial sobre las sentencias”. Cada uno de los dos lados del espectro político tienen sus razones para apostar por esta revisión, según el novelista. La izquierda, porque apuesta por un enfoque más humanitario. La derecha, por razones fiscales y de ahorro económico. Ambos son buenos motivos, considera el escritor. Sin embargo, Hari aseguraba que esta tendencia a la regulación que se está imponiendo en muchos países occidentales no se reproduce en España, el único país junto a Rusia donde se proponen políticas más restrictivas.

Esta nueva novela vuelve a seguir los pasos del agente Art Keller en una saga que James Ellroy definió como el “Guerra y paz de las novelas de drogas”. La situación ha empeorado durante los últimos diez años, explica Winslow, y esa es la razón por la que ha decidido retomar una historia que le causó no pocos problemas personales durante su redacción para explicar a sus lectores estadounidenses lo que está ocurriendo al otro lado de la frontera. No ha sido fácil. Como recuerda en la entrevista, “pasar gran parte del día viendo atrocidades en vídeos y fotografías se cobra un precio en ti y, por extensión, en tus personas más cercanas”.

La suma de ambos libros da como resultado 1.300 páginas de 40 años de historia estadounidense y mexicana. Aunque, como él explica, no se trata de una historia sobre las drogas, sino más bien, sobre la religión: “Para mí, la columna vertebral de la narración era un grupo de personas que perdían su fe e intentaban encontrar una manera de vivir decentemente en un mundo indecente”. Una visión del mundo que el propio Winslow experimentó en primera persona durante sus años como investigador privado en Nueva York.

En El poder del perro, publicado en 2005, el novelista Don Winslow contaba la historia de Art Keller, un agente de la DEA (Drug Enforcement Administration) estadounidense dispuesto a desmembrar al principal cártel mexicano, en manos del mafioso Adan Barrera. La acción arrancaba a comienzos de los años setenta, después de que Nixon declarase la “Guerra contra las Drogas” en junio de 1971, lo que se tradujo en el incremento del número de agentes dedicados a evitar el consumo y el tráfico en territorio americano y sus fronteras. Ahora se publica en Estados Unidos The Cartel (El cártel), la segunda parte de aquella novela y que alarga la acción hasta completar un retrato de más de cuatro décadas. Una obra muy esperada después de que Winslow se haya convertido, gracias a obras como Salvajes (adaptada al cine por Oliver Stone) en una de las grandes referencias de la novela negra contemporánea.

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