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Las grandes lecciones que aprendió esta mujer de su matrimonio 'abierto'
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LOUISA LEONTIADES, PRESIDENTA DEL POLIAMOR

Las grandes lecciones que aprendió esta mujer de su matrimonio 'abierto'

En "The Husband Swap" ("El intercambio de marido"), su autora rememora lo que ocurrió cuando, intentando revitalizar su vida matrimonial, decidió intercambiar a su esposo con otro hombre

Foto: La autora trabajaba como analista financiera antes de dedicarse a explorar el poliamor. (Facebook)
La autora trabajaba como analista financiera antes de dedicarse a explorar el poliamor. (Facebook)

Hace poco contábamos la historia de Robin Rinaldi, la mujer que decidió coger un año de excedencia de su matrimonio para acostarse con otros hombres, una experiencia que relata en su libro The Wild Oats Project (Sarah Crichton Books). Ahora se publica un libro muy semejante, The Husband Swap (algo así como “El intercambio de marido”, editado por Thorntree Press) en el que su autora, Louisa Leontiades, rememora lo que ocurrió cuando, intentando revitalizar su vida matrimonial, decidió intercambiar a su pareja con otra, de forma que su marido se juntó con la esposa del hombre con el que empezó a acostarse.

Aunque ambas historias tuvieron una conclusión semejante –tanto Rinaldi como Leontiades terminaron dejando a sus parejas–, lo aprendido fue muy distinto en ambos casos. Mientras Rinaldi parece satisfecha con lo sucedido pero algo confusa respecto a su destino vital, Leontiades parece haberlo pasado mucho peor, pero finalmente, haber descubierto su auténtica vocación. Hoy en día, la autora es presidenta de la Asociación Nacional del Poliamor, vive en una relación abierta en Suecia con dos personas y dos hijos, mantiene un blog llamado Mujer posmoderna y escribe regularmente en medios como Salon, Jezebel, The Guardian o el Huffington Post.

Fue una infidelidad lo que, paradójicamente, condujo a la mujer al poliamor. Ante su decepcionante vida emocional, Leontiades engañó a su marido Gilles, y un encuentro con su terapeuta le hizo darse cuenta que no creía en los principios de la monogamia. Así que decidió convencer a su pareja para convertirse en poliamorosos. Dicho y hecho: ambos conocieron a otro matrimonio por internet con el que empezaron a alternar hasta formar una especie de cuadrángulo amoroso.

Apenas un año y medio después, el experimento tocó a su fin y los matrimonios originales se disolvieron para siempre, pero para ser sustituidos por las nuevas relaciones que emergieron: hoy en día, Gilles vive con Elena, la mujer del otro matrimonio con la que tiene un hijo, y Leontiades sigue con Morten y sus dos hijos, con quien también mantiene una relación abierta. Aunque suene a final feliz, no todo ha sido fácil, como explica en su libro, que fue escrito mientras se divorciaba y trabajaba como analista financiera, y al que pronto le acompañará una segunda parte, Lessons to My Younger Self (Lecciones a mi joven yo).

De la excitación a la decepción

“Estaba obsesionada por alguien a quien no conocía. Alguien a quien nunca había visto. Y alguien que me ponía a ochocientas millas de distancia más que mi marido en la habitación de al lado. Era algo que hacía temblar mi mundo. Maravilloso pero horripilante. Pero no importa cuán asustada estaba de la persona en que me había convertido, no podía detenerlo. Era lo que quería. Yo misma sin la estructura de la sociedad. Sin los rigores de la religión. Sin las críticas de mis padres por mi descarada indiferencia hacia la forma en que me criaron”. Este es un fragmento del libro que resume bien la dualidad que la autora transmite en todas sus entrevistas, en las que se expresa de forma sincera sobre los rigores del poliamor.

Para los italianos, el problema no es ser infiel, sino reconocerlo de forma abierta

Uno de los grandes problemas en estas relaciones es la definición de las fronteras que se pueden transgredir y las que no. “En mi caso, creo que no sólo dejé que mis límites fuesen pisoteados, sino que ni siquiera los conocía tan bien como para expresarlos porque no sabía cuáles eran mis propias emociones, y no tenía las estructuras necesarias para saber qué marchaba mal”, explica la autora en una entrevista con Polysingleish. Otras dificultades que ha vivido como poliamorosa es la asimetría que suele producirse en dichas relaciones: para ella, reconoce, es muy sencillo encontrar nuevos amantes, pero recuerda que a muchos hombres les cuesta hacer entender su particular situación sentimental cuando conocen a otras chicas.

“Resultó que tenía muy poca autoestima. Demasiado para ser capaz de lidiar con todas las complejidades del poliamor”, reconoce en otro encuentro con Polytalk By Kitty. “Quizá no lo hubiese sabido sin el poliamor, así que en cierta forma fue esto lo que me hizo trabajar sobre mí. Si hubiese sabido que iba a ser tan doloroso, dudo que me he hubiese visto envuelta en ello. Pero se dice que atraes las lecciones que necesitas, y estoy agradecida por ahora”. Resulta curioso el arrepentimiento que muestra la autora, teniendo en cuenta que ha dedicado sus últimos años a investigar las diferentes expresiones de esta “no-monogamia honesta” que ahora, admite, se acerca más a la “anarquía relacional”, o como ella lo define, “la capacidad para amar libremente con plena confianza y sin restricciones”.

La poligamia alrededor del mundo

Su papel como presidenta de la Asociación le ha llevado a explorar cómo se manifiestan las relaciones no monógamas en todo el mundo, como le explica a Mel Mariposa. Su escrutinio da una buena idea del momento en que cada sociedad se encuentra a la hora de aceptar tal fórmula amorosa. Por ejemplo, en Italia –donde sospechamos que la situación es muy semejante a la española–, la infidelidad es la gran expresión del rechazo a la monogamia, algo “ampliamente aceptado, incluso aunque no se hable de ello”. El problema para la sociedad, recuerda, no se encuentra en engañar a la pareja, sino en reconocerlo.

Una situación muy diferente se puede encontrar en Reino Unido, donde el movimiento poliamoroso está muy relacionado con la comunidad LGBT. La autora recuerda cómo, curiosamente, la mayor parte de poliamorosos convencionales llegaban a las convenciones a última hora del día, puesto que al contrario que los homosexuales aún se encontraban en el armario y no se habían convertido en activistas. Pero aún mejor fue Suecia, donde hay un mayor grado de aceptación de estas relaciones, que no se ven como nada extraordinario. Allí, explica, “parecen haber superado la etapa de la escena jerárquica poliamorosa y han llegado a una idea no jerárquica y más anarquista”.

¿Un consejo final que proporciona la escritora sobre lo que ha aprendido durante su trayectoria emocional? “Ser honesto respecto a lo que realmente quieres. Puede que sea la monogamia. O puede que no sea ser poliamoroso, simplemente quieres libertad sexual. Puede que no desees una relación primaria en absoluto. Nada de eso está equivocado, pero tienes que estar preparado para las consecuencias”.

Hace poco contábamos la historia de Robin Rinaldi, la mujer que decidió coger un año de excedencia de su matrimonio para acostarse con otros hombres, una experiencia que relata en su libro The Wild Oats Project (Sarah Crichton Books). Ahora se publica un libro muy semejante, The Husband Swap (algo así como “El intercambio de marido”, editado por Thorntree Press) en el que su autora, Louisa Leontiades, rememora lo que ocurrió cuando, intentando revitalizar su vida matrimonial, decidió intercambiar a su pareja con otra, de forma que su marido se juntó con la esposa del hombre con el que empezó a acostarse.

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