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Qué pasa cuando montas un negocio con un amigo (y cómo puedes evitarlo)
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LOS AFECTOS Y EL DINERO

Qué pasa cuando montas un negocio con un amigo (y cómo puedes evitarlo)

Decides trabajar con alguien cercano pronto te das cuenta de que no es lo mismo ir de cañas que a la oficina. ¿Crees que tu relación sería lo suficientemente fuerte para resistir esta prueba?

Foto: No. No se parece mucho a algo así. (Corbis)
No. No se parece mucho a algo así. (Corbis)

Como sabiamente reflexionó Michael Corleone en El Padrino, “dinero y amistad… agua y aceite”. Mezclar asuntos de negocios con nuestros seres queridos puede acabar como el auténtico rosario de la aurora. Y no hace falta que seas un capo de la mafia para comprobarlo.

Mucha gente hace amistades en el trabajo, incluso los hay que se llevan estupendamente con sus jefes y acaban siendo amigos íntimos (uña y carne, sí, sí), pero se trata de relaciones personales surgidas de habernos encontrado con esas personas en el entorno laboral. Y lo mismo que van, vienen. En estos casos no se pone en juego la estabilidadde amistades de la infancia ni de relaciones familiares.

Cuando decides motu proprio hacer el bien en la tierra y cuentas con tus personas más queridas para sacar adelante tu negocio o para que sean nuevos miembros de la empresa en la que llevas trabajando 25 años, te la juegas. ¡Qué bien estar todo el día juntos! 'Seguro que ellos lo harán mejor que nadie', pensarás. Pero puedes equivocarte.

Destruir amistades

Cuando tus empleados no son amigos ni familiares,puedes despedirles, que decidan cambiar de trabajo o, sin más, que ese colegueo derive en odio absoluto como consecuencia de pasar demasiadas horas al día en contacto y ni os dirijáis la mirada. Pero ¿y cuando son tus seres queridos? ¿Serías capaz de decirle a Carlitos que su trabajo es infame? ¿Le reducirías el sueldo a tu hermana porque, claramente, se tira la mitad de la jornada jugando al Candy Crush? Llegados a un extremo, ¿les echarías a la calle?

Piénsalo: igual que si trabajas con tu pareja te llevas los problemas de la oficina a la cama, si montasun negocio contratando a tus amigos te llevarás los problemas laborales de cañas, a cenar e incluso –según el grado de amistad– a las reuniones de antiguos alumnos del instituto de los próximos treinta años.

Mezclar asuntos de negocios con nuestros seres queridos puede acabar como el rosario de la aurora

Claro que también puede resultar todo fenomenal, tal y como le ocurrió a Yair Tygiel, quien decidió poner en marcha su compañía, una empresa online que vende cocos frescos y productos elaborados con coco, con algunos de sus mejores amigos: “Un componente importante de nuestra empresa han sido las experiencias hiperpositivas que hemos vivido y la suerte de construir una amplia red con nuestros amigos”, comenta el emprendedor, quien explica que han aprendido a no estropear las relaciones “manteniendo actitudes claras y profesionales que permitirán que estas amistades sobrevivan mucho tiempo después de que el proyecto haya acabado”. Ah, claro, que YA han terminado… Así de contento lo cuenta una vez ha pasado la tormenta.

De todos modos, aunque el buenrollismo de Tygiel no se aplique a todas las relaciones amistoso-comerciales, es interesante tener en cuenta algunos de los consejos del joven emprendedor para no liarla demasiado si, finalmente, decides contratar a un amigo para que trabaje contigo.

‘Pues hizo un curso de…’. No. Exige profesionalidad

Tygiel cuenta que optó por sus amigos y familiares porque, por sus perfiles profesionales y sus personalidades creativas, creía haber encontrado en ellos a las personas ideales. Pero ni siquieraen su caso fue todo tan bonito: “En algunos casos funcionó bien y en otros que nos costó una cantidad significativa de tiempo, dinero y dolores de cabeza”, comenta el cofundador de CoCo & Co.

No estamos pidiendo un favor paraun trabajo de universidad, esto es la vida real y hay dinero en juego. Optar por los colegas que saben un poco ‘de esto’ o ‘de aquello’ pero que nunca han trabajado en un puesto similar al que les ofrecemos puede ser estupendo si se ponen las pilas y sacan el trabajo, pero si no son rápidos ni capaces de hacerlo como un profesional en la materia, acabarás perdiendo tiempo, dinero y, lo peor, ellos mismos podrán culparte cuando trates de meterles prisa: “Te dije que sólo había hecho un curso de…”.

No estáis de cañas y la próxima ronda la pagas tú y la siguiente tu amigo, esto es trabajo y es fundamental dejar claro cuánto dinero va a cobrar

En el caso de que cubran el perfil que demandas y estén preparados para hacer bien el trabajo, tu actitud también será definitoria para la buena marcha del proyecto. Como explica Tygiel, es posible que le veas trabajar de forma diferente a como lo hacían con los demás y la culpa puede ser tuya: “Si estás tratándoles de manera informal o con estándares más bajos, recula rápidamente y con educación procurando que hagan sus tareas tal y como ellos saben”.

Toma de decisiones: alguien tiene que tener la última palabra

Es tu negocio y la decisión final es tuya, pero para eso tienes que tener bien claro qué es lo que quieres. “El mayor error que cometimos fue casualmente aceptar todas las ideas de nuestros amigos y/o empleados sin confirmar los detalles del diseño”, comenta Tygiel.

Al dar por hecho que sus amigos eran profesionales en la materia, entendieron que sus aportaciones darían una vuelta interesante a su idea original, no que pretenderían cambiarla por completo o que no estarían de acuerdo con las correcciones que les hacían: “Cuando nuestras visiones no se alineaban, nos vimos obligados a pedir rediseños y no siempre se lo tomaron bien. Esto no nos habría pasado trabajando con extraños, pero el fallo fue nuestro”, explica.

“La profesionalidad es una calle de dos vías y si se desea trabajar con amigos y familiares, es tu responsabilidad llegar y encontrarte con la mesa puesta como a ellos les parezca bien o como tú realmente la quieres”, explica el empresario.

Nada de manga ancha: establece plazos de entrega

Es importante dar plazos estrictos y serios. Se puede ser generoso dando una cantidad de tiempo lo suficientemente elevada pero sin permitir que no se entreguen las cosas en fecha. “Fue todo un éxito cuando les dimos el doble de la cantidad de tiempo que pensamos que necesitarían para hacer el trabajo, pero les impusimos los plazos de entrega sin pestañear”.

El dinero por delante: presupuesta salarios antes

Lo primero que tienes que hacer para evitar problemas es tomarte las cosas en serio. No estáis de cañas y la próxima ronda la pagas tú y la siguiente tu amigo, esto es trabajo y es fundamental dejar claro cuánto dinero vaa cobrar.

Como se suele decir, la confianza da asco, y si quieres que tus nuevos empleados respondan deberás dejar bien claro que tendrán una compensación económica, pero no lo hagas en función de cómo vaya marchando el proyecto o de si salen o no clientes. ¿Cuál es la mejor manera de motivar a un empleado? Sí, sí, dejando que se desarrolle profesionalmente y ofreciéndole las herramientas para que lo haga, pero pagándole dinero a cambio.

“Si dicen explícitamente que no quieren recibir ningún dinero, asegúrate de que entienden que tienen que seguir el horario que se establece desde el principio”, comenta Tygiel. Si ellos mismos deciden que según se desarrollen los acontecimientos ya irán cobrando algo, al menos asegúrate de que se comprometen a hacer los trabajos y deja claro que se llevarán beneficios en función del valor que agreguen. No es un favor, es un trabajo y hay que actuar –por ambas partes– de manera profesional.

Como sabiamente reflexionó Michael Corleone en El Padrino, “dinero y amistad… agua y aceite”. Mezclar asuntos de negocios con nuestros seres queridos puede acabar como el auténtico rosario de la aurora. Y no hace falta que seas un capo de la mafia para comprobarlo.

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