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La modelo con las caderas más anchas del mundo no piensa hacer dieta
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tiene 39 años y cuatro hijos

La modelo con las caderas más anchas del mundo no piensa hacer dieta

Mikel Ruffinelli es objeto de miradas allá por donde va. El diámetro de sus caderas es 41 centímetros superior a la altura del jugador de baloncesto Pau Gasol: miden 2,54 metros

Foto: Mike Ruffinelli es la mujer con las caderas más anchas del mundo (Foto: Facebook Mikel Ruffinelli)
Mike Ruffinelli es la mujer con las caderas más anchas del mundo (Foto: Facebook Mikel Ruffinelli)

Mikel Ruffinelli tiene 39 años y es objeto de miradas allá por donde va. Sus grandes caderas son las responsables de que los ojos se posen sobre sus curvas sin poder evitarlo pero, lejos de sentir complejos o sentirse a disgusto con su físico, esta estadounidense confiesa que no puede ser “más feliz”. “Adoro mi figura y no pienso hacer dieta porque no tengo problemas de salud”, afirma reconociendo sentirse orgullosa del cuerpo que tiene y sólo encuentra algunos problemas cuando viaja en avión –tiene que comprar dos billetes– o al atravesar puertas –debe pasar de lado–.

Cuando era una adolescente, Ruffinelli podía presumir de un musculado organismo que no hacía presagiar el futuro que le esperaba. Sin embargo, cuando a los 22 años se quedó embarazada de su primer hijo, sus caderas se fueron ensanchando hasta adquirir el volumen actual. En la actualidad, esta madre de cuatro niños pasea una cintura de algo más de un metro de diámetro y gana 1.000 dólares por cada una de las fotos que le hacen modelando para una página web de ‘Big Beautiful Women’ (hermosas mujeres grandes, en su traducción del inglés).

Además, Mikel ostenta el récord mundial de tamaño de caderas con un diámetro de 2,54 metros, es decir, 41 centímetros más de la altura que tiene el jugador de baloncesto Pau Gasol. “Algunas personas creen que me he operado para tener así las caderas, pero todo es natural”, sentencia. Como su físico no le permite entrar en un coche, esta estadounidense ha tenido que comprarse una camioneta, ha adquirido sillas de acero para poder descansar y su cama mide nada menos que 2,10 metros de ancho.

Mikel Ruffinelli tiene 39 años y es objeto de miradas allá por donde va. Sus grandes caderas son las responsables de que los ojos se posen sobre sus curvas sin poder evitarlo pero, lejos de sentir complejos o sentirse a disgusto con su físico, esta estadounidense confiesa que no puede ser “más feliz”. “Adoro mi figura y no pienso hacer dieta porque no tengo problemas de salud”, afirma reconociendo sentirse orgullosa del cuerpo que tiene y sólo encuentra algunos problemas cuando viaja en avión –tiene que comprar dos billetes– o al atravesar puertas –debe pasar de lado–.

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