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La controvertida pero lógica teoría que explica por qué tenemos alergia
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RUSLAN MEDZHITOV Y SU TEORÍA ALTERNATIVA

La controvertida pero lógica teoría que explica por qué tenemos alergia

Nació en la Unión Soviética y lleva más de 20 años estudiando las alergias. Ruslan Medhitov cree que puede demostrar su hipótesis sobre las alergias, un descubrimiento que le puede otorgar el Nobel

Foto: La alergia a las gramíneas causa estragos durante los primeros días de la primavera. (Corbis)
La alergia a las gramíneas causa estragos durante los primeros días de la primavera. (Corbis)

La palabra “alergia” proviene de dos voces griegas, “allos” y “ergon”, que significan respectivamente “otro” y “actividad” (o “trabajo”). Combinadas dan lugar a un concepto que significaría algo así como “reacción extraña”, una buena definición de la hipersensibilidad a determinadas sustancias que, ingeridas o tocadas, producen unos síntomas especialmente molestos. Desde hace más de un siglo, cuando la medicina moderna empezó a utilizar dicho concepto para referirse a las reacciones corporales que determinadas sustancias desencadenan, hemos aprendido muchísimas cosas sobre las alergias, pero hay algo que aún se nos escapa: para qué sirven realmente y por qué las padecemos. Una respuesta que el inmunólogo de la Universidad de Yale Ruslan Medzhitov se propone responder.

Aunque el ruso lleva desde antes de la desaparición de la Unión Soviética estudiando las reacciones alérgicas, ha sido una entrevista realizada por Carl Zimmer la que ha provocado que, de noche a la mañana, su tesis empiece a difundirse como la mejor forma de entender esas reacciones que especialmente los primeros días de la primavera tanto nos molestan. No es la única: en 2012, The New York Times también publicó un extenso reportaje sobre él. Sin embargo, este profesor de Yale criado bajo la protección de Charles Janeway, otro inmunólogo contracorriente, puede presumir de tener un nutrido currículo: el año pasado obtuvo cuatro millones del premio Else Kröner Fresenius para su investigación y algunos compañeros lo han reivindicado para el Premio Nobel.

No sentir dolor es mortal, sentir un dolor normal es bueno, sentir demasiado dolor es malo: lo mismo ocurre con las alergias

Según la teoría de Medhitov, expuesta en la revista Nature, la alergia no es una reacción inadaptada y anormal de nuestro sistema inmune, sino una defensa esencial contra químicos peligrosos sin la cual nuestra supervivencia estaría en peligro. “Es lo mismo que el dolor”, explica el científico en su entrevista. “No sentir dolor es mortal, sentir un dolor normal es bueno, sentir demasiado dolor es malo”. Deberíamos dejar de pensar la alergia como un problema y pensarla como una solución, a pesar de lo mal que nos lo hace pasar. “Estornudas para protegerte. Si no te gusta estornudar, mala suerte. A la evolución no le importa cómo te sientas”.

Dos escuelas de pensamiento, un futuro prometedor

Durante siglos, las alergias avisaron a nuestros antepasados de aquello que debían evitar. Desde hace relativamente poco, se han multiplicado de forma que hay quien mantiene que para el año 2050 pueden afectar a la mitad de la población mundial. La anafilaxia, la reacción alérgica desmedida que puede ser letal, afecta a 113 de cada 100.000 españoles. Y, aun así, poco podemos hacer ante ella más allá de utilizar los tan fatigosos antihistamínicos o los autoinyectores de epinefrina. Medzhitov no está seguro de que su investigación permita curar a la población de sus alergias –lo cual, de ser ciertas sus teorías, no sería deseable–, pero sí una mejor comprensión de las causas y funcionalidad de dicho fenómeno.

El científico comenzó a desarrollar su teoría cuando se dio cuenta de que la hipótesis predominante a partir de los años sesenta no le resultaba muy convincente. Según esta visión, había una relación estrecha entre los parásitos y la alergia. Las ratas que eran infectadas con ellos producían grandes cantidades de inmunogloblulina E (IgE), un anticuerpo presente sólo en mamíferos y que se trata de un mediador fundamental en la alergia. Estos anticuerpos sirven para deshacerse rápidamente de los parásitos en cuanto tocan la piel del alérgico. Debido a que la composición de sus proteínas es muy similar a la de otras moléculas que encontramos en nuestra vida, nuestro sistema salta cada vez que se encuentra una alerta semejante, aunque no se trate de parásitos. Ahí está el error.

Medzhitov empezó a pergeñar una teoría alternativa, que entendía la alergia como un sistema de reconocimiento de patrones. Junto a su maestro Janeway, que mantenía que el sistema inmunitario utilizaba las reacciones alérgicas como una forma de rápida defensa ante bacterias y virus, encontró un nuevo sensor en la superficie de las células del sistema inmune que ahora reciben el nombre de receptores tipo Toll. Al contacto con el invasor, se envía una alarma para que las células peinen dicha zona para encontrar los patógenos que debían eliminarla. La peligrosa anafilaxia se produce cuando la respuesta se extiende a todo el cuerpo.

Disfrute de su alergia, le salvará la vida

Así visto, puede parecer que no hay una gran distancia entre la teoría imperante durante décadas y lo que Medhzitov propone. La principal diferencia se encuentra en la consideración de la alergia: a pesar de que la anafilaxia o un choque séptico pueden ser letales, lo que las provoca no es una disfunción del organismo, sino un sistema de protección en el que, en ocasiones, estos receptores tipo Toll se salen de madre. Como explica el autor del artículo, la alergia no es un error del sistema, sino el arma del organismo para expulsar los alérgenos. De ahí que todas las reacciones que las alergias provocan –del moqueo a la diarrea– tengan como objetivo la secreción.

La alergia funciona como un sistema de vigilancia del hogar que detecta los organismos que pueden dañarnos y envía a la 'policía' para eliminarlos

Como explicaba Medzhitov en la entrevista con The New York Times, aunque todo ser vivo nazca con su propio sistema inmunitario, sólo los vertebrados disponen del adaptativo. Junto a Janeway descubrió que el sistema innato detectaba la invasión externa para que el adaptativo la eliminase, y esto era posible a través de un gen, el ya conocido receptor tipo Toll, su gran descubrimiento. Medhiztov fue capaz de demostrar en su investigación del año 2012 que los ratones que reaccionaban con alergia a una inyección de PLA2 (fosfolipasa 2) tras haber sido expuestas a él reducían el impacto dañino de dichas encimas. Los anticuerpos los habían protegido.

El científico cree que pronto podrá demostrar que la alergia funciona como un sistema de vigilancia del hogar que detecta los organismos que pueden dañarnos y envía a la "policía" para eliminarlos. Se trata de un sistema de defensa ante químicos tóxicos que el hombre puede encontrarse en el veneno de las plantas o los animales, al mismo tiempo que, como hace el dolor, señala cuáles son los compuestos que pueden dañar nuestro organismo. ¿Qué ocurre con el auge de las alergias que el ser humano ha experimentado durante las últimas décadas? Que, a medida que creamos más químicos, nos hemos visto expuestos a un mayor número de compuestos que podían ser entendidos como amenazas. No es tan sencillo como mudarnos a otro sitio, sino que estos nuevos compuestos nos rodean y están continuamentepresentes en nuestra vida diaria. La única solución es alto tan impracticable como no vivir bajo un techo.

Durante los próximos años, Medhitov planea analizar la vida y milagros de ratones libres de alergia, y sospecha que sin la capacidad de eliminar las moléculas tóxicas que proporciona la alergia, sus órganos y tejidos pronto comenzarán a dañarse irremisiblemente. Si es así, la hipótesis del ruso ganará peso.

La palabra “alergia” proviene de dos voces griegas, “allos” y “ergon”, que significan respectivamente “otro” y “actividad” (o “trabajo”). Combinadas dan lugar a un concepto que significaría algo así como “reacción extraña”, una buena definición de la hipersensibilidad a determinadas sustancias que, ingeridas o tocadas, producen unos síntomas especialmente molestos. Desde hace más de un siglo, cuando la medicina moderna empezó a utilizar dicho concepto para referirse a las reacciones corporales que determinadas sustancias desencadenan, hemos aprendido muchísimas cosas sobre las alergias, pero hay algo que aún se nos escapa: para qué sirven realmente y por qué las padecemos. Una respuesta que el inmunólogo de la Universidad de Yale Ruslan Medzhitov se propone responder.

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