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Cómo comer en público para que no parezca que eres alguien sin clase
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LOS PLATOS MÁS DIFÍCILES para el protocolo

Cómo comer en público para que no parezca que eres alguien sin clase

Hay comidas que pueden causar un engorro hasta al más pintado: manchan mucho, salen disparadas en todas direcciones y pueden hacerte parecer todo un cerdo. Aprende a tomarlas como es debido

Foto: En cualquier comida formal es importante guardar ciertas normas protocolarias. (iStock)
En cualquier comida formal es importante guardar ciertas normas protocolarias. (iStock)

Al menos en lo que respecta a las formas (no así en lo que respecta al dinero)parece que nuestra sociedad es cada vez menos clasista y protocolaria. A los empresarios más adinerados no les importa mostrarse en chándal, la corbata es cada vez más prescindibley el lenguaje va perdiendo gran parte de sus formalidades –¿qué será del usted en unas décadas?–. Pero hay un lugar donde debemos seguir respetando las reglas de protocolo si no queremos causar una impresión nefasta. Y ese lugar es la mesa.

Todos hemos aprendimos de pequeños unas normas básicas a seguir mientras comemos: no empezar hasta que hayan servido a todo el mundo, no poner los codos sobre la mesa, no cortar los huevos con cuchillo,no sorber la sopa… Pero hay pequeños detalles que se nos escapan y que, a la hora de enfrentarse a determinadas comidas, pueden acarrear un desastre protocolario.

El asesor británico William Hanson, que es considerado el mayor experto en cuestiones de etiqueta de Reino Unido, ha recopilado en The Daily Mail una lista con los consejos para comer como manda el protocolo los alimentos más difíciles. Hablamos de comidas que pueden causar un engorro hasta al más pintado: manchan mucho, salendisparadas en todas direcciones y pueden hacerteparecer todo un cerdo.

Así que, si planeas comer en sociedad un día de estos, harías bien en leer estos consejos.

Espárragos

Si los espárragos se sirven como acompañamiento de un plato, se pueden comer con cuchillo y tenedor sin problema (aunque, todo hay que decirlo, no es el alimento que mejor se corte del mundo). Pero la cosa cambia si se sirven como aperitivo y no tienes un plato para ti solo. En ese caso el protocolo –o al menos el protocolo según Hanson– manda coger los espárragos con la mano.

Si hay una salsa de acompañamiento puedes mojarlo en ella, pero sólo una vez, no hay nada más maleducado que mojar el espárrago de nuevo una vez que ya está mordido. Y como siempre que vayas a comer algo con la mano,hazlo con la izquierda (si eres diestro), pues así la derecha permanecerá libre de suciedad.

Plátano

El plátano no es lo que se dice una fruta elegante. Es improbable que lo sirvan tal cual en una cena de gala, pero si quieres mantener las formas incluso cuando vas a comer a un menú del día, has de saber que esta fruta debe comerse con cuchillo y tenedor. Es muy sencillo: corta ambos extremos del plátano, haz una incisión longitudinal a la piel y ve cortando el plátano a cachitos.

Ostras

Sólo hay una forma de comer las ostras: usando el tenedor para separar el molusco y comérnoslo llevándolo con la concha a nuestra boca. Cualquier intento de comer las ostras de otra forma puede acabar en desastre: se trata de un bicho escurridizo y no podremos sujetarlo con el tenedor.

Caviar

Los rusos suelen comer el caviar por la mano, colocando este en el trozo de carne que queda entre el dedo pulgar y el índice (sí, el lugar donde se echa la sal cuando se toma un tequila). Pero que lo hagan los rusos no significa que tengamos que hacerlo nosotros. Si no estamos familiarizados con la técnica podemos mancharlo todo y, además, nos arriesgamos aquedar como unos auténticos snobs. Si no quieres dar la nota, sirve el caviar en tu plato y usa tostadas o blinis para consumirlo.

Mazorca de maíz

A no ser que te hayan invitado a una barbacoa –en la que las normas de protocolo son a la fuerza más relajadas– debes evitar por todos los medios comer mazorcas de maíz. En realidad, los anfitriones no deberían someter nunca a sus invitados a tamaño reto. Hanson es claro al respecto: no hay forma de comerse una mazorca de maíz de forma elegante. Es imposible tomarla con cuchillo y tenedor, ocupa toda la boca y hace que enseñemos nuestra dentadura a todos los comensales. Si no te queda más remedio, hazlo lo mejor que puedas, al fin y al cabo el resto de invitados harán el ridículo de la misma forma.

Caracoles o bígaros

Normalmente los caracoles o los bígaros se sirven con unos pequeños tenedores (parecidos a alfileres) con los que sacar el bicho tranquilamente. Por suerte para el protocolo (por desgracia para los amantes de este plato) los caracoles en salsa no suelen servirse en banquetes elegantes. Esto no lo dice Hanson, pero seguro estaría de acuerdo: no hay forma de comer ese plato sin parecer un troglodita, pues implica coger los caracoles con la mano, sorber y, casi seguro, mancharse.

Sopa

Esta norma síla conoce todo el mundo: es de malísima educación sorber la sopa y también llevarnos el plato a la boca. Como explica Hanson, el secreto para tomar una sopa o puré como manda el protocolo es comérsela, no bebérsela. Debemos usar la cuchara con nuestra mano derecha y, pacientemente, llevárnosla a la boca. Cuando quede poca, es de buena educación inclinar ligeramente el plato hacia ti para hacer balsa y poder finalizar la sopa, pero nunca debemos levantarlo del todo de la mesa.

Cigalas

Hanson recomienda sujetar las cigalas con la mano izquierda y, sin moverlas del plato, extraer la carne con ayuda de las pinzas y el tenedor. El experto británico arremete duramente contra las personas que se llevan la cabeza a la boca para succionar el interior, algo que, también en España, resulta de mala educación. Ahora bien, en nuestro país el protocolo respecto al marisco es un poco más laxo que en la pérfida Albión, y no hay nada de malo en comerlo con las manos, siempre que no parezcas Pedro Picapiedra.

Mejillones

Según explica Hanson, el método más elegante para comer los mejillones consisten en usar el tenedor para comer el primero y, tras esto, hacer uso de su cascara a modo de pinza para comer el resto. Lo correcto sería servir los moluscos junto a un bol con agua y limón para que podamos lavarnos las manos cada vez que nos llevemos un mejillón a la boca (la mayoría de los mortales tendrán que conformarse con limpiarse con una toallita al finalizar).

Guisantes

Según Hanson, los buenos anfitriones nunca deben servir guisantes en una comida formal, pues es otro de esos alimentos imposibles de comer siguiendo las normas básicas del protocolo que, entre otras cosas, nos impiden usar el cuchillo para empujar. Si no nos queda otra, tendremos que comer los guisantes arrastrándolos pacientemente con el tenedor. Si van acompañados con puré de patatas, podemos ayudarnos de este para usarlo como pegamento y no andar desparramando guisantes por el mantel.

Pan

El pan debe tomarse en pequeños pedazos que iremos separando con la mano. Si está acompañada de mantequilla podemos untárnosla, pero siempre en el plato, nunca en el aire. Y, por supuesto, si la comida es formal no podemos usar el pan para mojar, por mucho que nos pese.

Espagueti

La comida italiana tiene sus propias normasy, aunque algunas no tienen nada que ver con el protocolo, otras, como cortar los espaguetis, son consideradas auténtico terrorismo culinario. Los italianos tampoco usan una cuchara para comer los espaguetis.

La forma correcta de comerlos consiste en coger los espaguetis con un tenedor, levantar este para que los espaguetis sobrantes caigan de nuevo sobre el plato y, una vez que tengamos la cantidad adecuada, volver a clavar el tenedor para enrollarlos. Parece complicado, pero es mucho más fácil de lo que parece –aunque Hanson recomienda evitar este plato si es posible en cualquier comida formal–. De esta forma evitaremos hacer un rollo gigantesco que no nos cabrá en la boca y nos hará quedar como auténticos patanes.

Cualquier cosa que no sepas cómo comer

Por mucho que conozcamos las normas de protocolo, hay ocasiones en las que tendremos que enfrentarnos a comidas que desconocemos por completo. En este caso, lo mejor que puedes hacer es fijarte en tu anfitrión y hacer lo mismo que él. Así evitarás ser maleducado.

Al menos en lo que respecta a las formas (no así en lo que respecta al dinero)parece que nuestra sociedad es cada vez menos clasista y protocolaria. A los empresarios más adinerados no les importa mostrarse en chándal, la corbata es cada vez más prescindibley el lenguaje va perdiendo gran parte de sus formalidades –¿qué será del usted en unas décadas?–. Pero hay un lugar donde debemos seguir respetando las reglas de protocolo si no queremos causar una impresión nefasta. Y ese lugar es la mesa.

Lujo
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