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Cómo lidiar con un vampiro emocional y quitártelo de encima
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Absorben tu energía positiva

Cómo lidiar con un vampiro emocional y quitártelo de encima

No van de víctimas ni reconocen que se apoyan en ti y en tu gratitud para sentirse mejor. Venderán la imagen de autosuficientes y casi tendrás que darles las gracias por que te estén chupando la energía

Foto: Ojalá se les distinguiese por sus colmillos, pero no. Debes estar atento a su egoísmo. (iStock)
Ojalá se les distinguiese por sus colmillos, pero no. Debes estar atento a su egoísmo. (iStock)

Como compañeros de trabajo son esas personas a las que acabas haciendo todo el trabajo porque “no les da la vida” pero al final serán quienes reciban la enhorabuena y las recompensas de los jefes. Sólo estarán para pedirte ayuda y colaboración y jugarán con tu tendencia a intentar no ser mala persona para sacar tajada del buen samaritano que llevas dentro. Ahora, que a ti no te prestarán ni un post-it.

Como amigas, son las reinas del drama, esas personas que reclamarán tu ayuda las 24 horas de los 365 días del año para solucionar sus problemas –los más importantes del mundo– pero nunca estarán ahí cuando tú las necesites. Y como parejas, son esos individuos que absorben todas tus buenas energías. Su necesidad imperiosa de llamar la atención –sí, la tuya en particular– les lleva a usar cualquier tipo de artimaña para que dejes lo que sea que estés haciendo y te dediques única y exclusivamente a arreglarles la vida y dejarte la piel en que sean felices. Eso sí, conseguirán que te sientas afortunado de tenerlos al lado y te convenzas de que son lo mejor que te ha pasado.

Lo cierto es que la negatividad y toxicidad de estas relaciones hacen que los beneficios que puedas sacar no merezcan la pena

Judith Orloff define en Oprah Magazine a este tipo de personas como “vampiros de energía”. “Se alimentan de la felicidad ajena para crecerse como personas y “te hacen sentir culpable, agotado y estresado”, explica Orloff. Cuidado porque, cuanto mejor estés tú, más energía tratarán de succionarte. A los vampiros emocionales sólo les interesa estar bien ellos, pero a costa de que tu estés mal.

Se mire por donde se mire son relaciones tóxicas de las que debemos tratar de huir. Pero, ¿cómo quitarnos de encima a un chupóptero emocional? Andrew May, coach de deportistas de élite desde hace 15 años, plantea en The Age cómo podemos enfrentarnos a este tipo de personas.

Cómo identificarlos

“Tienden a ser infelices y hacen un drenaje telepático de la energía de su víctima”, explica May. Hay que estar alerta porque los vampiros emocionales no dan la cara, ni de día ni de noche. No se hacen las víctimas ni reconocen que se estén apoyando en ti y en tu gratitud para sentirse mejor. Al contrario, tratarán de vender la imagen de ser personas autosuficientes que casi te están haciendo un favor por tener una relación contigo.

Orloff, por su parte, cree que hay varias reacciones físicas que nos señalan que estamos delante de un vampiro emocional, como por ejemplo notar angustia y estrés cuando esta persona entra de pronto en una conversación o si sientes un cansancio inusual después de haber hablado con ella por teléfono.

Se alimentan de la felicidad ajena para crecerse como personas y te hacen sentir culpable, agotado y estresado

Aunque en su mayoría lo hagan de forma inconsciente, tienen la habilidad de hacer sentir mal a sus víctimas, que acaban agotadas de hacer un esfuerzo permanente por que estén bien y sean felices sin recibir absolutamente nada a cambio. “Lo cierto es que la negatividad y toxicidad de estas relaciones hacen que los beneficios que puedas sacarno merezcan la pena”, asegura el experto.

Atento porque poco a poco te están absorbiendo la energía y, lo peor, su actitud es contagiosa, aunque no es terminal.

Saca tus estacas: cómo acabar con un vampiro emocional

Al deshacernos de un vampiro emocional podemos notar su ausencia e incluso percibir que estamos perdiendo oportunidades de hacer determinados planes o llevar a cabo un proyecto profesional por habernos alejado de ellos. Eso no es cierto. Nos han hecho creer que eran fundamentales en nuestras vidas, pero no lo son: “Una vez que nos quitamos de encima a esas personas que nos drenan física, emocional, espiritual, psicológica y/o financieramente, sentirás como si te hubieses quitado un peso pesado de encima”, explica el coah.

Se pueden mantener los niveles de energía –y la dignidad– haciendo algunos ajustes en nuestra relación con un vampiro. Respirar profundamente o siendo capaces de abstraernos, por ejemplo estableciendo un foco visual que nos ayude a desconectar cuando una de estas personas tóxicas comience a exigir nuestra atención levantando la voz o montando un drama, son algunas de las soluciones más sencillas para abandonar esta relación dependiente de la que, hasta ahora, no hemos sacamos nada positivo.

Conseguirán que te sientas afortunado de tenerlos al lado y te convenzas de que son lo mejor que te ha pasado

Orloff considera que importante establecer límites: “Esto es lo que puedo hacer por esta persona y esto es lo que no”. No hay que hacer saber al vampiro emocional que hemos tomado esta determinación ya que con eso sólo conseguiremos que se ponga a la defensiva. Cuando decidamos que “hasta aquí hemos llegado”, lo ideal es permanecer tranquilo y neutral ante su sorpresa al no atender a todos sus ruegos. Puedes salir de esta.

Por último, también sugiere reflexionar sobre cómo eres tú mismo y por qué te relacionas con este tipo de personas. “Creo que una de las leyes de la energía es que atraemos aquellas cosas que no hemos sido capaces de resolver en nosotros mismos”, explica la autora quien cree que si estamos todo el día de mal humor nos rodearán personas malhumoradas. Así, ser capaces de ver estas actitudes chupópteras en gente que nos rodeanos ayudará a evitar que se nos contagie su egoísmo.

Como compañeros de trabajo son esas personas a las que acabas haciendo todo el trabajo porque “no les da la vida” pero al final serán quienes reciban la enhorabuena y las recompensas de los jefes. Sólo estarán para pedirte ayuda y colaboración y jugarán con tu tendencia a intentar no ser mala persona para sacar tajada del buen samaritano que llevas dentro. Ahora, que a ti no te prestarán ni un post-it.

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