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Sexoadictos: confesiones de personas con una gran vida sexual
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Sexoadictos: confesiones de personas con una gran vida sexual

"Estoy segura de que la tasa de los hombres que van a escondidas al baño a ‘frotarse’ es mucho más alta que la de las mujeres". Sobrellevar esta adicción es más complejo y difícil de lo que parece

Foto: "Cuando estás en una relación monógama no tienes que preocuparte de ‘cazar’ a alguien para aliviar tu adicción”. (Corbis)
"Cuando estás en una relación monógama no tienes que preocuparte de ‘cazar’ a alguien para aliviar tu adicción”. (Corbis)

“Puedes comprar uno de esos pequeños vibradores llavero y llevarlo siempre a mano para aliviarte sobre la marcha ‘en caso de emergencia’”. La publicación en la edición australiana del Gold Coast Bulletin de esta y otras provocativas confesiones de una adicta al sexo ha reabierto el eterno debate: ¿patología o vicio?

Por mucho que los personajes de las películas y novelas de moda practiquen sexo sin tapujos, la adicción al sexo continúa siendo un tema tabú en nuestra sociedad. Lo cierto es que la incapacidad de controlar los impulsos sexuales, aunque pueda sonar a una vida divertida y excitante, puede suponer un verdadero problema para las personas que la padecen, especialmente para poder saciar sus instintos sin llamar la atención.

¿Son capaces de mantener una relación monógama? ¿Cómo les afecta en sus puestos de trabajo? ¿Cuántas relaciones pueden tener al día? La mujer adicta al sexo, quien ha preferido mantener su anonimato, revela cómo esta necesidad de lujuria permanente ha afectado a su vida personal, laboral y a sus relaciones sentimentales.

¿Cosa de hombres? No, pero lo tienen más fácil

La adicta al sexo confiesa sentirse avergonzada de tener estas necesidades compulsivas siendo una mujer porque “los hombres están predestinados a estar más obsesionados con el sexo que nosotras”.

Aunque todavía es un pensamiento generalizado que este tipo de comportamientos sexuales compulsivos son más comunes en los hombres, la hipersexualidad femenina está cada vez más extendida. De hecho según el Journal of Sexual Medicine se trata de una adicción que afecta a tres de cada cien mujeres, aunque sólo el 0,8% admiten haber acudido a un especialista a tratar esta pulsión sexual.

Ni siquiera tenían que llevarme a cenar primero. Después de todo nadie desea sentirse lleno justo antes de un revolcón en el dormitorio

“Realmente los hombres lo tienen mucho más fácil” comenta en sus confesiones: “estoy segura de que la tasa de los hombres que van a escondidas al cuarto de baño a ‘frotarse’ es mucho más alta que la de las mujeres”. Sin ir más lejos, el personaje de Matthew McConaughey en El lobo de Wall Street decía que todos los corredores de bolsa se masturbabanal menos dos veces al día.

Malabarismos para mantener una relación

De la declaraciones de esta adicta al sexo se sonsaca la dificultad para coordinar y organizar los encuentros sexuales variados aunque a veces las casualidades se lo pusieron fácil: “Estuve viendo a tres hombres con el mismo nombre, la misma semana”, en esta ocasión al menos, evitó confusiones.

Aliviar sus impulsos era el único objetivo: “Me reunía con hombres sólo para tener sexo. Ni siquiera tenían que llevarme a cenar primero. Después de todo nadie desea sentirse lleno justo antes de un revolcón en el dormitorio”.

Puedes comprar uno de esos pequeños vibradores llavero y llevarlo siempre a mano para aliviarte sobre la marcha en caso de emergencia

“Una vez tuve relaciones sexuales con dos chicos en una noche antes de encontrarme con el chico con el que se suponía que estaba saliendo en ese momento” comenta. Pero la adicción al sexo no tiene por qué significar acostarse con personas diferentes.

Incluso tener una pareja estable puede tener sus beneficios: “No es tan malo cuando estás en una relación monógama porque siempre tienes a alguien para obtener sexo y no tienes que preocuparte de ‘cazar’ a alguien para aliviar tu adicción” comenta en sus confesiones.

Lujuria descontrolada ¿Enfermedad o vicio?

La adicción al sexo se define como cualquier actividad sexual que se siente fuera de control, pero son muchos los científicos que argumentan que clínicamente tal adicción no es una enfermedad y que son las propias personas las que pueden dominar estos impulsos acudiendo a un especialista.

De hecho, en la quinta y última edición del manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V, por sus siglas en inglés), la ‘biblia’ de la psiquiatría, la adicción al sexo no aparece descrita como trastorno en ninguna de sus controvertidas páginas.

‘Podría ser peor’: celebrities adictas al sexo

Como se suele decir, mal de muchos, consuelo de tontos. Una máxima que la adicta al sexo confiesa repetirse de vez en cuando: “A veces me convenzo de que no tengo un problema porque hay personas que están mucho peor que yo”, y algunas son conocidas.

Uno de los casos más conocidos de famosos con adicción al sexo es el deTiger Woods. El golfista internacional llegó a ingresarse en una clínica especializada para tratar su incapacidad para controlar sus deseos e impulsos sexuales tras su divorcio.

Igualmente hizo el actor estadounidense David Duchovny quien tras admitir públicamente su adicción al acudió a rehabilitación en agosto de 2008.

Parece que los dos protagonistas de una de las películas más eróticas de los años noventa, Instinto básico, tienen algo en común, aunque a distintos niveles: Mientras Michael Douglas fue ingresado en una clínica de rehabilitación en 1990, Sharon Stone, aunque no se reconoce a sí misma como una adicta al sexo, ha comentado en varias entrevistas que tiene una fogosidad sin límites.

“Puedes comprar uno de esos pequeños vibradores llavero y llevarlo siempre a mano para aliviarte sobre la marcha ‘en caso de emergencia’”. La publicación en la edición australiana del Gold Coast Bulletin de esta y otras provocativas confesiones de una adicta al sexo ha reabierto el eterno debate: ¿patología o vicio?

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