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Los peores temores de los que mandan, revelados en un estudio
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Los peores temores de los que mandan, revelados en un estudio

Estos son los miedos que asaltan a quienes ocupan los puestos de dirección en empresas de éxito cuando llegan a casa, se quedan solos y se encuentran consigo mismos

Foto: Anna Wintour, en un pase de moda en Nueva York. REUTERS/Andrew Kelly
Anna Wintour, en un pase de moda en Nueva York. REUTERS/Andrew Kelly

El escritor, comunicador y estratega Alastair Campbell, conocido por su trabajo como director de comunicación de Tony Blair, ha publicado un nuevo libro, Winners and How They Succeed (Los ganadores y cómo alcanzaron el éxito) en el que describe las claves del ascenso profesional de triunfadores de nuestro tiempo. En él, la popular editora de Vogue, Anna Wintour, cuenta que había llegado a lo más alto gracias a un camino que no esperábamos: fue su capacidad de tomar decisiones rápidamente, el hecho de haber sido despedida y el dar a entender que sabía lo que estaba haciendo aunque no tuviera ni idea lo que la condujo al triunfo.

Wintour, cuando empezó, desconocía cómo se hacía un vestido, tampoco sabía sacar partido a una sesión de fotos y ni siquiera escribía bien. Pero contaba con algo importante, una confianza en sí misma que hacía pensar a los demás que sabía perfectamente cuáles eran los pasos a dar. Y tanto la rapidez en la toma de decisiones como la imagen que ofreces resultan esenciales a la hora de dar un impulso a tu carrera profesional.

La imagen de seguridad, emanada de la confianza y la rapidez, resulta esencial para triunfar en el mundo de los negocios contemporáneo

Así lo asegura el estudio realizado por Jack Zenger y Joseph Folkman, según el cual los líderes que toman las decisiones de manera rápida generan mayor confianza en su buen juicio y en su capacidad de tomar decisiones efectivas. Asimismo, transmiten la sensación de ser personas que saben asumir riesgos, lo que anima a sus equipos a moverse con rapidez, a seguir el ritmo que sus líderes marcan, y a entender que la parálisis es su peor enemigo. Cuando los directivos no tienen las cosas claras, tienden a ser lentos y muy cuidadosos en su toma de decisiones.

El síndrome del impostor

En otras palabras, esa imagen de seguridad, emanada de la confianza y la rapidez, resulta esencial para triunfar en el mundo de los negocios contemporáneo, que carece de espacios para la reflexión bajo pena de ser percibido como inseguro e incapaz. No es extraño, entonces, que uno de los miedos más habituales y persistentes entre quienes se hallan en el núcleo decisorio de las firmas sea precisamente el de que esa imagen quede rota y sean percibidos en su esencia, la impostura.

El temor más habitual es el de ser percibido como incompetente, como alguien que está ocupando un puesto para el que no está capacitado en absoluto

Roger Jones, CEO de Vantage Hill Partners, ha completado un estudio para el que ha entrevistado a 116 CEO, presidentes, y jefes de unidad de negocio de grandes firmas empresariales, de inversión o profesionales, en el que les preguntaba acerca de sus miedos más profundos.

El temor que aparecía con más frecuencia era el de ser percibido como incompetente, como alguien que está ocupando un puesto para el que en realidad no se está capacitado. Este miedo, conocido como ‘síndrome del impostor’, que está directamente relacionado con las insuficiencias que el directivo percibe de sí mismo, acentúa el temor a ser descubierto y a quedar expuesto ante los demás. Cuando esto ocurre, asegura Jones, el directivo tiende a protegerse relacionándose poco con personas de su misma posición o que ocupan el escalón inmediatamente inferior. Además, vive en una ansiedad habitual que socava las relaciones con los demás y disminuye la confianza en sí mismo.

El miedo a ser atacado políticamente

Otro de los temores frecuentes es el de tener un bajo rendimiento y no cumplir las expectativas, lo cual suele llevar a que se tomen riesgos como compensación: la sensación de que no se van a alcanzar los objetivos, aun cuando sea infundada, conduce a decisiones más atrevidas de la cuenta. También temen aparecer como demasiado vulnerables ante los demás, ser atacados políticamente por sus compañeros y colegas u ofrecer la imagen de no ser suficientemente listos.

Las tres ideas básicas son: “La avaricia lo controla todo”, “Si alguien dice la verdad quedará aislado” o “Tienes que parecer siempre muy viril”

Según Jones, estos temores dan como resultado comportamientos disfuncionales tales como falta de conversaciones honestas, demasiados juegos políticos en la empresa, un pensamiento encerrado en sí mismo y una amplia tolerancia con los malos comportamientos. Ese contexto lleva también tomar decisiones erróneas, a centrarse en la supervivencia más que en el crecimiento o a inducir malas actitudes en los escalones inferiores. Muchos de los ejecutivos consultados señalaban cómo la avaricia en la alta dirección (a veces hablaban de ambición, que es una palabra socialmente mejor tolerada) llevaba a que el resto de directivos la tomasen también como guía.

La obsesión por el estatus y el dinero como compensación

Las consecuencias para las empresas de estos miedos mal manejados son notables, asegura Roger, ya que provoca que se instalen como normales ideas muy dañinas, que los ejecutivos entrevistados daban como hegemónicas: “La avaricia lo controla todo”, “Si alguien dice la verdad quedará aislado” o “Tienes que parecer siempre muy viril”. Esos temores terminan por construir un contexto en el que el temor a perder la reputación, a caer en un rendimiento insuficiente o a morirse (tanto en el sentido real como en el figurado, referido a la vida profesional) conduce a la obsesión por el estatus, al deseo de hacer dinero a toda costa y a una carrera continua por parecer joven. Desde esta perspectiva, Anna Wintour representa fielmente a los ganadores: el lujo, los signos de triunfo y la apariencia juvenil de la editora son el perfecto encubrimiento de sus miedos profundos.

El escritor, comunicador y estratega Alastair Campbell, conocido por su trabajo como director de comunicación de Tony Blair, ha publicado un nuevo libro, Winners and How They Succeed (Los ganadores y cómo alcanzaron el éxito) en el que describe las claves del ascenso profesional de triunfadores de nuestro tiempo. En él, la popular editora de Vogue, Anna Wintour, cuenta que había llegado a lo más alto gracias a un camino que no esperábamos: fue su capacidad de tomar decisiones rápidamente, el hecho de haber sido despedida y el dar a entender que sabía lo que estaba haciendo aunque no tuviera ni idea lo que la condujo al triunfo.

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