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'Poner a punto' el monte de Venus, la última tendencia en las mujeres
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YA HAY ALGO MÁS POR LO QUE OBSESIONARSE

'Poner a punto' el monte de Venus, la última tendencia en las mujeres

Está decidido. La próxima parte del cuerpo que las mujeres tendrán que cuidarse es el conocido como monte de Venus: el triángulo invertido situado justo encima del pubis

Foto: El monte de Venus suele estar siempre algo elevado, pero parece que eso ya no mola. (iStock)
El monte de Venus suele estar siempre algo elevado, pero parece que eso ya no mola. (iStock)

En 2013 llegó la moda del thigh gap, el hueco que debe existir entre la cara interna de los muslos para que, según los cada vez más extravagantes cánones de belleza, una mujer no esté gorda.

En 2014 fue el turno del bikini bridge o “puente del biquini”, un efecto que ocurre cuando la parte inferior del biquini queda suspendido entre los dos huesos de la cadera, dejando un espacio entre éste y la parte central de abdomen.

Dados los precedentes, nos preguntábamos qué estupidez se iba a poner de moda en la siguiente temporada de verano. Ya conocemos la respuesta. La próxima parte del cuerpo que las mujeres tendrán que cuidarse es el conocido como monte de Venus: el triángulo invertido situado justo encima del pubis, que solía tener pelo –ya no– y no salía en revistas que no fueran pornográficas.

En la edición especial sobre bañadores de la revista Sport Illustrated, la famosa Swimsuit Edition, aparece este año la modelo Hannah Davis mostrando su monte de Venus sin un solo pelo y, lo que es igual de importante, sin la más mínima elevación. De un plumazo, los editores de popular magacín han pervertido una de las áreas más apreciadas de la anatomía femenina, que los romanos bautizaron como “el monte del amor”, convirtiendo la gloriosa elevaciónen una estepa desértica.

“Otra área que debe ser podada y vigilada”

Cabría preguntarse qué tiene de atractivo un monte de Venus plano y liso como una pista de patinaje, y también qué necesidad hay de exponer esta parte del cuerpo en la portada de una revista supuestamente deportiva. Pero esto no es lo importante. Lo importante, como señala la novelista Jennifer Weiner en una columna en The New York Times, es que, otra vez, los medios de comunicación imponen a las mujeres un canon de belleza antinatural, queintroduce una nueva inseguridad.

“Cada año aparece un nuevo vocablo para definir una rebelde parte del cuerpo femenino que, se supone, debemos someter con dieta y ejercicio”, asegura Weiner. “El monte de Venús es ahora otra área del cuerpo que debe ser podada y vigilada; examinada y mejorada, pesada en una balanza y vista como algo deficiente”.

Está claro que lo único que buscan los editores de Sport Illustrated es ser más provocativos para vender más, pero tras ellos sacan tajada los entrenadores, que ya estarán diseñando tablas de ejercicios para poner a punto el monte de Venús; los periodistas, que ya tenemos otra chorrada de la que hablar; y los cirujanos. Y estos últimos siempre van un paso por delante.

Esta nueva moda puede hacer que las mujeres se operen para reducir la grasa de una zona que es adiposa por naturaleza

Como cuenta en The Daily Mail, el doctor Ernest Guillem, que dirige una clínica de cirugía estética en Marbella, la liposucción del monte de Venus es una operación relativamente habitual entre hombres y mujeres que han tenido sobrepeso y después han adelgazado, pues es una zona del cuerpo que suele conservar grasa aunque que se haya perdido en otras zonas. Pero esta nueva moda puede hacer que las mujeres que están eternamente buscando la perfección se operen para reducir toda la grasa de una zona que es adiposa por naturaleza. Y se gasten los 1.300 euros que suele costar el tratamiento. A Guillem no le cabe duda: es una operación que se está poniendo de moda, al menos entre las clientes de su clínica.

El año pasado Anabel Pantoja reconoció en un programa de televisiónque se había operado el monte de Venus –o , como lo definió ella, “la parte de arriba del chocho”– porque “lo tenía gordito y cuando me ponía en biquini parecía que tenía paquete”. En 2014 su confesión parecía extravagante. En 2015 puede dejar de serlo.

Las preocupaciones estéticas fluctúan como cualquier moda. Parece que ya no queda ningún lugar del cuerpo del que las mujeres deban preocuparse. Pero, como aventura Weiner en su columna, “en algún estudio fotográfico, una playa lejana o una redacción, un modelo, un fotógrafo y un editor están pensando, de forma intencionada o no, en qué parte del cuerpo nos vamos a preocupar en estas fechas el año que viene. Creedme, habrá algo más por lo que obsesionarse, un nuevo lugar que ni siquiera conocías del que vas a acabar preocupándote”.

En 2013 llegó la moda del thigh gap, el hueco que debe existir entre la cara interna de los muslos para que, según los cada vez más extravagantes cánones de belleza, una mujer no esté gorda.

Verano
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