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8 cosas que deberías tirar ya a la basura para tener una mejor salud
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ACUMULAR ENSERES ES UN ERROR

8 cosas que deberías tirar ya a la basura para tener una mejor salud

Tener un hogar saludable no sólo implica mantenerlo limpio, debemos deshacernos además de ciertas cosas que nos perjudica. Algunas son obvias, otras no tanto

Foto: Hay momentos en que es necesario tirar la basura. (iStock)
Hay momentos en que es necesario tirar la basura. (iStock)

Tener un hogar saludable no sólo implica mantenerlo limpio, debemos deshacernos además de ciertas cosas que nos perjudica. Algunas son obvias –todos nos hemos acostumbrado a tirar los restos de comida–, pero otras no lo son tanto.

En la revista Health diversos expertos proponen un listado de los enseres que deberíamos tirar inmediatamente si queremos tener una vida más saludable. Son estos.

1. Tu viejo cepillo de dientes

Aunque los dentistas insisten en que debemos cambiar el cepillo cada tres meses es una recomendación que solemos obviar. Y no deberíamos. Las cerdas de nuestro cepillo se deshilachan mucho más rápido de lo que pensamos, y si usamos durante meses y meses el mismo cepillo convertiremos nuestro lavado de dientes en un proceso inservible. También debemos cambiar de cepillo después de pasar una gripe o unas anginas, para evitar volver a sembrar y arrastrar las infecciones.

2. Las cosas que no vas a utilizar nunca

Si tenemos espacio suficiente en casa tendemos a acumular todo tipo de enseres que, en realidad, no necesitamos para nada. ¿Y de qué forma afecta esto a nuestra salud? “Somos aquello en lo que pensamos, y lo que pensamos está fuertemente influenciado por lo que tenemos a nuestro alrededor”, asegura en Health Gail Blanke, autora de Throw Out Fifty Things, que cree que el desorden afecta a nuestra salud mental. En su opinión, no debemos mantener en nuestra casa nada que no tenga un propósito concreto o no sirva para sentirnos bien. “Cuantas más cosas inútiles apilemos alrededor nuestro menos podremos enfocarnos en lo que importa realmente”.

3. Las zapatillas de deporte gastadas

No nos engañemos. Las zapatillas serán muy cómodas, pero es un calzado que dura muchísimo menos que unos zapatos. Sí, nos da rabia tirar un par de playeras que compramos hace seis meses, pero acumular zapatillas medio rotas no sirve de nada, máxime si vamos a utilizarlas para correr, en cuyo caso debemos remplazarlas cada 600 kilómetros. Cuando las zapatillas se desgastan, pierden su amortiguación y absorben peor del pie contra la calzada, por lo que la fuerza se transmite a los músculos, los huesos y los tendones, algo que aumenta el riesgo de lesiones.

4. Antiguos recipientes de plástico

Para conservar comida durante largos periodos de tiempo lo mejor es apostar por el cristal y desechar todos los envases de plástico susceptibles de contener el polémico bisfenol A, una sustancia en el punto de mira de la comunidad científica por su posible asociación con la diabetes, la obesidad o los cánceres de mama y de próstata. La industria está sustituyendo poco a poco está sustancia en los envases alimenticios (en biberones ya está prohibido), pero la mayoría de envases antiguos siguen conteniéndola.

5. La comida que sobra en la nevera

Si nos descuidamos, podemos olvidar en la nevera restos de comida cuya existencia desconocíamos. Evidentemente, cuando tenga lugar el reencuentro con unas albóndigas de hace un mes no vamos a hincarles el diente, pero llegado ese momento las bacterias pueden haberse extendido por todo nuestro frigorífico. Cualquier comida que contenga ingredientes animales debe comerse, tirarse o congelarse en menos de tres días. Y no está de más limpiar la nevera cada cierto tiempo para asegurarnos de que todo está en orden.

6. Tu viejo maquillaje

El maquillaje líquido, incluido el rímel, puede contener un montón de gérmenes. Según recomienda el doctor Thomas Steinemann, portavoz de la Academía Americana de Oftalmología, debemos tirar los tubos de maquillaje tres meses después de abiertos. “Cada vez que usas rímel estás llevando gérmenes a tus pestañas y estás contaminando el cepillo con aún más bacterias, para luego sumergirlas en un entorno húmero, que favorece su crecimiento”, explica el médico.

7. El estropajo de tu cocina

La pila de la cocina puede llegar a acumular 500.000 bacterias por metro cuadrado y, si somos de acumular vajilla, convertiremos el fregadero en el lugar más sucio de nuestra casa, por encima del váter. El estropajo está en permanente contacto con esta podredumbre y, si no lo cambiamos con frecuencia, al lavar nuestros platos lo único que haremos es llenarlos de gérmenes. Hay experto que, incluso, recomiendan olvidarse de los estropajos y usar para fregar pequeños trapos, que se secan antes y pueden meterse en la lavadora cada dos o tres días.

8. Las tablas de cortar de plástico

Cuando cortamos sobre una tabla de plástico acabamos creando pequeñas fisuras en las que se acumulan las bacterias y, por mucho que las lavemos, suelen mantenerse en su sitio. Esto mismo ocurre con las tablas de madera, pero ésta contiene resinas que son antimicrobianos naturales.

Tener un hogar saludable no sólo implica mantenerlo limpio, debemos deshacernos además de ciertas cosas que nos perjudica. Algunas son obvias –todos nos hemos acostumbrado a tirar los restos de comida–, pero otras no lo son tanto.

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