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'Empty labor' o cómo se lo monta la gente en el trabajo para no dar un palo al agua
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entrevista con roland Paulsen

'Empty labor' o cómo se lo monta la gente en el trabajo para no dar un palo al agua

El investigador sueco Roland Paulsen ha entrevistado a quienes se pasan la vida en el curro sin trabajar. En su libro explica quiénes son, cómo se organizan y por qué lo hacen

Foto: Mientras algunos trabajan, otros se lo pasan bien. Así es la vida. (Corbis)
Mientras algunos trabajan, otros se lo pasan bien. Así es la vida. (Corbis)

Una de las consecuencias más notables de la crisis no es sólo la falta de empleo, sino el aumento del número de horas trabajadas. Esa es también una de las quejas más frecuentes: los tiempos han traído más dedicación laboral y más tensión y una vida estresada y con poco tiempo libre. Pero Roland Paulsen, investigador de la Universidad de Lund (Suecia) ha preferido ir a contracorriente y en lugar de fijarse es lo que todo el mundo comenta, se reparado en lo que no se suele contar: en aquellos que saben montárselo para trabajar lo menos posible.

En Empty labor. Idleness and workplace resistance (Cambridge University Press), Paulsen define ese “trabajo vacío” como todo lo que haces en tu empleo que no tiene nada que ver con él. Por ejemplo: chatear, leer el periódico, tener conversaciones privadas, hacer la pelota, ver porno o interactuar en las redes sociales.

Las estrategias para no dar ni golpe son de lo más variadas. Desde el presentismo, practicado por esa gente que pasa horas sentada en su puesto de trabajo mostrando su gran compromiso con la empresa mientras mira la prensa deportiva, hasta las personas cuya jornada laboral consiste en ir de conversación en conversación, pasando por las más sofisticadas maneras de escapar a auditorías y mediciones mediante el 'desacoplamiento' (táctica que consiste en informar de que estás haciendo una cosa cuando en lugar estás haciendo otra, que es la que te interesa). Paulsen repasa muchas de esas prácticas, pero también intenta encontrarles alguna explicación. El confidencial conversó sobre la naturaleza del trabajo actual con el investigador sueco.

PREGUNTA. ¿Cuáles son las causas del trabajo vacío?

RESPUESTA. Se utiliza en ocasiones para hacer frente a una situación de trabajo duro, pero en la mayoría de los casos, la razón que esgrimen las personas que practican el empty labor es que su trabajo, o ciertas tareas de su trabajo, carecen de sentido. Algunos de los entrevistados también expresaron su frustración con su empresa o con un determinado directivo. Y también hubo algunas respuestas más políticas, en el sentido de que están recuperando para ellos algo de ese tiempo que el trabajo asalariado nos está quitando constantemente. La gran sorpresa fue que también hubo personas que decían practicar el trabajo vacío contra su voluntad, ya que apenas se les encargaban tareas.

P. Afirma que hay muchos empleados que practican el empty labor contra su voluntad…

R. Sí, y creo que el término Boreout es muy importante aquí. Boreout es un estado de apatía y aburrimiento increíble entre los empleados. En principio, si descubres que en tu nuevo trabajo no hay gran cosa que hacer, te parecerá bien. Pero con el tiempo, si no estás metido en algo muy creativo durante esas horas, acabarás muy aburrido. Pero tampoco puedes demandar entonces más tareas, porque se darán cuenta de lo poco que estabas haciendo. Como nadie se da cuenta, no pasas vergüenza por trabajar poco, y como no te van a pagar más si pides que te den más tareas, pues terminas por quedarte como estás. Así que cuanto más tiempo estás en el trabajo vacío, más difícil se hace salir de él. Pero puede que eso tampoco sea un problema: hubo entrevistados que estaban muy contentos de no tener nada que hacer en el trabajo.

P. ¿Hay áreas laborales donde resulte más fácil trabajar menos?

R. Hay élites privilegiadas donde está (más o menos) bien visto no hacer nada. En algunas ocupaciones la distinción entre la falta de trabajo y el trabajo también puede ser difícil de hacer. Por ejemplo, a los profesores e investigadores (autores, periodistas), les gusta halagarse pensando que siempre están trabajando, porque incluso cuando están en sus horas libres no dejan de pensar en él. Incluso sueñan con él. Yo diría que eso es una suerte de eufemismo, porque es bastante sencillo saber cuándo estamos en el curro y cuándo no, pero en aras de la simplicidad excluí a esos “trabajadores permanentes” de las entrevistas que hice, donde no conté con periodistas e investigadores, y tampoco los que se autoproclaman emprendedores.

P. Hoy, lo que importa a las clases dominantes no es el trabajo, sino ganar dinero. Y a veces lo ganan trabajando poco. ¿No ocurre lo mismo con estos empleados que se dedican al trabajo vacío? Si lo que importan son resultados, ellos dan resultados, por ejemplo haciendo su trabajo muy rápido y dedicando el tiempo a otra cosa… ¿No están jugando al mismo juego?

R. Creo que sí. Lo que ha llegado a ser muy evidente después de la crisis financiera es que no se está recompensando a quienes trabajan más. Los banqueros pueden estar metidos en un montón de transacciones que los convierten en súper ricos sin añadir mucho a la economía, y si las cosas van mal, se les rescata. Quizá las élites nunca hayan sido un buen ejemplo de la ética de trabajo, pero creo que lo son mucho menos hoy que, por ejemplo, hace cincuenta años. De modo que si ellos no están trabajando para conseguir todo ese dinero, ¿por qué deberíamos trabajar hasta el agotamiento para conseguir lo que, en comparación, no son más que los restos?

P. ¿Ve en el trabajo vacío una forma de resistencia, en el sentido que se ha estudiado en el terreno de la gestión empresarial o no es más que una forma de aprovechar en beneficio propio las posibilidades que los empleados tienen?

R. Creo que tendemos a considerar la resistencia como algo que se hace en público, como esa imagen del valiente revolucionario que propaga abiertamente su causa. Sin embargo, en algunas instituciones las desigualdades de poder pueden ser tan grandes que la resistencia abierta carece de sentido. Y en estos días, cuando nuestros sindicatos están cada vez más burocratizados, creo que el trabajo asalariado puede ser una institución que albergue esa pelea, simplemente resistiéndote de una manera encubierta. En eso consiste exactamente el empty labor, en retirarte del trabajo en el trabajo. La mayor parte del tiempo, sin embargo, las intenciones no se extienden más allá de las preocupaciones individuales. Pero también puede verse aquí una semilla. No somos tan obedientes en el trabajo como muchos sociólogos suelen afirmar.

P. ¿Los métodos actuales de gestión nos llevan a realizar un montón de tareas sin sentido?

R. Sí, incluso se ve en el concepto de "trabajo", que se está convirtiendo en algo cada vez menos comprensible. Para Platón y Aristóteles, el trabajo era la extenuante actividad reproductiva que hacíamos para sobrevivir, mientras que la filosofía era la antítesis. Hoy incluso la filosofía puede ser un trabajo, o peor aún, un trabajo asalariado, por ejemplo, si eres un profesor. Así que hay una gran confusión en torno al concepto de trabajo, y lo que quiero hacer con el libro es añadir más confusión. ¿Es razonable decir que estás trabajando si estás sentado leyendo su Facebook, o si tu trabajo consiste en vender tu personalidad, como en el trabajo emocional, o si su trabajo es una chorrada o es destructivo? Nuestros políticos hablan de la creación de puestos de trabajo y nos parece bien, pero creo que deberíamos estar mucho más preocupados por el tipo de trabajos que estamos creando. El trabajo no es una institución homogénea, hay muchos empleos sin los cuales viviríamos mejor, de modo que en lugar de intentar encontrar una definición de trabajo, deberíamos aprender a diferenciar entre los tipos de empleo. Y eso es mucho más importante ahora, cuando el mundo laboral se está racionalizando con las nuevas tecnologías y la insistencia en la productividad.

P. ¿Por qué es importante estudiar el empty labor?

R. En la sociología hemos sido muy buenos señalando las tendencias de la obediencia y la disciplina en la modernidad, y especialmente en el lugar de trabajo, así que desde ese punto de vista ha sido muy interesante estudiar cómo las personas no obedecen, cómo se las arreglan para hacer exactamente lo que se supone que no deberían hacer. Por otro lado creo que tenemos un gran problema con la productividad falsa y con el permanecer en el trabajo cuando no hay nada que hacer. Sería mejor, en vez de pasar dos horas al día en Facebook, que los empleados se fueran a casa dos horas antes.

Una de las consecuencias más notables de la crisis no es sólo la falta de empleo, sino el aumento del número de horas trabajadas. Esa es también una de las quejas más frecuentes: los tiempos han traído más dedicación laboral y más tensión y una vida estresada y con poco tiempo libre. Pero Roland Paulsen, investigador de la Universidad de Lund (Suecia) ha preferido ir a contracorriente y en lugar de fijarse es lo que todo el mundo comenta, se reparado en lo que no se suele contar: en aquellos que saben montárselo para trabajar lo menos posible.

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