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Ocho estrategias para levantarte antes por la mañana (y con más vitalidad)
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Ocho estrategias para levantarte antes por la mañana (y con más vitalidad)

Dice el refrán que “al que madruga Dios le ayuda”, pero siempre un incordio levantarse tan temprano para ir al trabajo. Pero es que no lo estás haciendo bien

Foto: Aprender a madrugar es fundamental para aprovechar las mañanas. (iStock)
Aprender a madrugar es fundamental para aprovechar las mañanas. (iStock)

Dice el refrán que “al que madruga Dios le ayuda”, pero lo cierto es que la mayoría de nosotros pensamos que es un incordio levantarse tan temprano para ir al trabajo. Y es un sufrimiento del que no nos libramos en toda la vida.

Sólo un 10% de la población considera que tiene facilidad para levantarse temprano. Bien por ellos. ¿Pero qué hacemos el resto? ¿Estamos condenados a sufrir durante la primera media hora de todas las jornadas laborales de nuestra existencia? Ni mucho menos, pero para madrugar con energía tenemos que seguir una serie de pautas, antes, durante y después de dormir.

Si nuestro sueño no es reparador no lograremos madrugar nunca con las pilas puestas. Para ello debemos tener cuidado con ciertas cosas.

1. No bebas

El alcohol es el peor aliado de nuestro sueño. Sí, nos quedaremos dormidos nada más tocar la cama, pero nuestro descanso será intermitente y nos despertaremos en un estado deplorable. Si tienes que madrugar no bebas bajo ningún concepto, es lo peor que puedes hacer, y cualquiera que haya salido un jueves lo sabe.

2. Relájate en la cama 30 minutos antes de dormir

Para conciliar el sueño es recomendable estar recostado en la cama media hora antes de dormir, relajándonos. Lo ideal es leer un buen libro, pues la luz de las pantallas puede perturbar nuestro sueño, así que nada de móviles o tabletas.

3. Mentalízate

La clave para madrugar sin sufrimiento es acostumbrarnos a un horario fijo y que nuestro cuerpo se adapte a él. Un estudio llevado a cabo por investigadores de la universidad alemana de Lübeck llegó a la conclusión de que nuestro cuerpo tiene en cuenta la hora a la que pretendemos despertarnos para ir preparando poco a poco las funciones vitales. Por ello, lo mejor que podemos hacer es pensar que de verdad merece la pena levantarse pronto.

Para madrugar sin dramas debemos tener una correcta higiene del sueño: esto es, nuestra habitación y nuestra cama tienen que estar en las condiciones necesarias para que el sueño sea reparador: a una buena temperatura (entre 15 y 18 grados), sin luces molestas (como los pilotos de los móviles) y sin ruidos. Si duermes con tu pareja, y ella no tiene ninguna intención de madrugar, pídele que al menos no te moleste si vas a levantarte pronto.

Para levantarnos con energía es decisivo que sigamos una correcta rutina matutina que no entorpezca nuestro despertar. Para ello debes observar estas reglas, que son decisivas.

4. Trata de despertarte siempre a la misma hora

La eficiencia del reloj biológico aumenta con la rutina. Si solemos acostarnos a una cierta hora y el despertador está programado para sonar siempre al mismo tiempo, el cuerpo se adueña de esos comportamientos y los incluye como una parte más de los procesos biológicos del organismo. Esta es la regla más importante para madrugar sin sufrimiento.

5. Nunca retrases la alarma

Al posponer la alarma lo único que hacemos es empeorar las cosas, pues invitamos al cuerpo a iniciar un nuevo ciclo de sueño que vamos a interrumpir bruscamente y en muy poco tiempo. Si haces esto la sensación de cansancio será mucho mayor.

6. Abre las persianas

La luz solar interrumpe la segregación de melatonina, la hormona que se libera en nuestro cuerpo para que podamos relajarnos y dormir. Si nos levantamos a oscuras nos costará mucho más reactivar nuestro cuerpo. Si tienes que levantarte demasiado pronto, al menos enciende la luz de tu cuarto: el efecto no es el mismo, pero cualquier cosa es más natural que tener que activarse sin que haya luz.

7. Libera la primera hora del día de cualquier actividad pesada

Si nada más levantarnos tenemos que enfrentar una actividad pesada no sólo no la haremos bien, además hipotecaremos el resto del día, pues gastaremos una energía con la que todavía no contamos. La primera hora del día debe contener una rutina relajada: a ser posible con ejercicio y un buen desayuno.

8. No te duches con agua caliente

Tomar una ducha caliente, lejos de activarnos, va a adormecernos. Al cerrar el grifo la temperatura de nuestro cuerpo cae de forma acelerada, lo que nos conduce a un estado de ánimo reposado, que no es el ideal para empezar el día con fuerzas sino para irnos a la cama. Lo mejor para levantarnos con energía es tomar una ducha que alterne el agua caliente con la fría, acabando siempre con esta.

Dice el refrán que “al que madruga Dios le ayuda”, pero lo cierto es que la mayoría de nosotros pensamos que es un incordio levantarse tan temprano para ir al trabajo. Y es un sufrimiento del que no nos libramos en toda la vida.

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