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Las sorpresas que se esconden tras el sexo por despecho y venganza
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Las sorpresas que se esconden tras el sexo por despecho y venganza

En España es muy habitual que ante una ruptura un amigo diga “pues ya sabes, un clavo quita otro clavo”. La frase tiene más miga de la que creemos

Foto: ¿Sabes cuál es la motivación oculta que tiene tu ligue para acostarse contigo? (iStock)
¿Sabes cuál es la motivación oculta que tiene tu ligue para acostarse contigo? (iStock)

En España es tremendamente habitual que ante una ruptura un amigo diga “pues ya sabes, un clavo quita otro clavo”. Esta arenga es utilizada asiduamente cuando una persona se encuentra ante el final de una relación. La gran mayoría de rupturas son complicadas, por lo que es lógico que uno se sienta solo y falto de autoestima. Quizá por estos motivos, el entorno más inmediato busque dar ánimos al damnificado utilizando este tipo de estrategias.

Esta frase, muy arraigada en la cultura popular, nunca ha tenido ninguna base científica... Hasta ahora. Las psicólogas de la Universidad de Missouri Lindsay Barber y Lynne Cooper se han centrado en investigar qué hay detrás del sexo por despecho tras la ruptura de una pareja. Al llegar un final aparecen sentimientos muy diversos: culpabilidad, tristeza, dudas, celos, ira... Pese a que cada uno tiene una naturaleza bien diferente en ocasiones se tratan de la misma manera. Algo así ocurre con el sexo después de una relación. Cooper y Barber hacen una distinción entre el sexo por venganza y el sexo por despecho porque aunque ambas tengan una misma base (el final de una relación) sus razones son muy distintas. En el primero de ellos uno trata de dañar al otro o intenta recuperarle, mientras que en el sexo por despecho se trata de aliviar el dolor por haber perdido la pareja.

Este último es el que hace referencia a la expresión de “un clavo saca otro clavo”, ya que no tiene una naturaleza malintencionada, sino que setrata de superar el dolor mediante un nuevo motivante sexual. Para su investigación, las dos psicólogas estudiaron a 170 estudiantes universitarios (de los cuales dos tercios eran mujeres) que habían finalizado recientemente una relación. Durante un semestre preguntaron por los sentimientos generados hacia su pareja, la frecuencia de nuevas relaciones sexuales y por qué tenían este tipo de sexo.

Por otro lado, a todos ellos se les preguntó por los motivos por losque se había producido la ruptura y el tiempo que había pasado desde entonces. Durante el transcurso de la investigación dos tercios de la muestra mantuvo relaciones sexuales y de ellos, más de la mitad lo hizo por despecho. Para ser consideradas estas relaciones como tal, consideraron que debían realizarse con otras personas con las que no se ha estado previamente o incluso con gente desconocida, pues este tipo de actos con exparejas presentan una mayor sed de venganza.

La autoestima, clave

Que más de un tercio de las personas estudiadas mantuvieran este tipo de relaciones sexuales es un dato cuanto menos curioso, pero Barber y Cooper no se quedaron ahí. A partir de los datos y la información facilitada por los propios participantes, se detectó que practicar sexo después del fin inmediato de una relación es más habitual en las relaciones menos serias, mientras que ocurría en menor medida en aquellos casos en los que los participantes mostraban mayor vínculo con su ya expareja. Eso sí, cuando esto sucedía, solían confesar que lo utilizaban como válvula de escape ante la sensación de pérdida.

Estos resultados tampoco afectan por igual a todas las personalidades. Las personas que tenían una personalidad insegura y sentían ira tras ser dejadas eran más propensas a realizar este tipo de actos. Ocurre todo lo contrario con aquellas que mostraban una mayor autoestima, ya que aunque sintieran un fuerte dolor por la ruptura y un elevado compromiso con su anterior pareja eran capaces de recuperarse más fácilmente sin tener que recurrir al sexo como vía de escape.

Este estudio parece mostrar claramente que el sexo por despecho es una práctica muy habitual tras un traumático final de relación. Sin embargo, Susan Krauss Whitbourne profesora de psicología en la Universidad de Massachusetts trata de quitaralgo de hierr al asunto en un artículo publicado en Psychology Today. La autora considera que existen numerosos condicionantes además de los citados en el estudio, ya que los universitarios, especialmente aquellos que se encuentran en los primeros cursos, viven un proceso de cambio enorme en su identidad, al entrar ya de lleno en la vida adulta.

Más allá de este matiz, no parece sencillo cuantificar los beneficios que tiene el sexo como desahogo. Para Cooper y Barber sí que parece ser una opción útil para calmar los ánimos y superar una ruptura a corto plazo. Eso sí, las promotoras del estudio indican que es necesario no perder la cordura ni poner en juego la salud sexual corriendo riesgos ridículos e innecesarios.

En España es tremendamente habitual que ante una ruptura un amigo diga “pues ya sabes, un clavo quita otro clavo”. Esta arenga es utilizada asiduamente cuando una persona se encuentra ante el final de una relación. La gran mayoría de rupturas son complicadas, por lo que es lógico que uno se sienta solo y falto de autoestima. Quizá por estos motivos, el entorno más inmediato busque dar ánimos al damnificado utilizando este tipo de estrategias.

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