Es noticia
Lo estás haciendo mal: los errores que cometes al lavarte las manos
  1. Alma, Corazón, Vida
Eliminar los gérmenes es muy sencillo

Lo estás haciendo mal: los errores que cometes al lavarte las manos

Mantener buenas costumbres de higiene es fundamental para cuidar de nuestra salud y, por descontado, de la de los que nos rodean. Una de las más

Foto: Según un estudio, sólo un 5% de las personas se lavan las manos el tiempo necesario, el 23% no usa jabón y un 10% directamente ni hace el amago de lavarse. ¿Y tú? ¿Lo haces bien? (Corbis)
Según un estudio, sólo un 5% de las personas se lavan las manos el tiempo necesario, el 23% no usa jabón y un 10% directamente ni hace el amago de lavarse. ¿Y tú? ¿Lo haces bien? (Corbis)

Mantener buenas costumbres de higiene es fundamental para cuidar nuestra salud y, por descontado, la de los que nos rodean. Una de las más recomendables es lavarnos las manos cada poco tiempo ya que éstas son las que más están en contacto con nuestro entorno y, en consecuencia, son las que pueden traspasar bacterias y gérmenes de lo que tocamos hacia nosotros y viceversa.

Precisamente en estos meses de invierno en los que es más sencillo coger un resfriado y caer enfermos, no podemos despistarnos y lavarnos las manos es una de las técnicas más sencillas para prevenir la propagación de gérmenes.

Sin embargo, párate a pensar: ¿realmente te lavas las manos lo suficiente? No sólo eso, ¿te lavas bien las manos? Un estudio publicado en 2013 en Journal of Environmental Health puso a prueba a un grupo de personas y descubrió que apenas el 5% de los participantes se lavaron las manos el tiempo necesario, alrededor del 23% no utilizó jabón ninguno y un 10% directamente ni hizo el amago.

Es bastante probable que lo estés haciendo mal. Para ayudarnos a dejar de cometer errores en la higiene de nuestras manos, Rachel Swalin recoge en News Health los que toma nota de las cinco malas prácticas más comunes y empieza a hacerlo bien.

1. No te lavas las manos después de ir al baño

Las prisas, el despiste, pensar que el baño está lo suficientemente limpio o, todo lo contrario, y que nos de tanta grima el lavabo que obviemos la paradita de marras para lavarnos las manos, son excusas que sólo conducen a que nos llevemos puestos nuestros propios gérmenes así como las bacterias que hayamos cogido del pomo de la puerta, cisterna y demás superficies y accesorios del servicio. A esto súmale la posterior propagación en todo lo que vayas tocando a tu salida. Así no.

La doctora experta en enfermedades infecciosas Aileen Marty, de la Universidad Internacional de Florida, explica que “las superficies mucosas, como los ojos, la boca y los genitales, son más porosas, por lo que los microbios sobreviven mejor”. Partiendo de la base de que las personas nos tocamos la cara una media de 16 veces a la hora, si no limpiamos nuestras manos de gérmenes tras ir al baño podemos traspasarnos infecciones ajenas a nosotros mismos directamente a la cara o nariz así como contagiar a los que nos rodean con el simple gesto de tocarles con nuestras manos sucias.

Ir al baño es una de las más comunes pero no nos despistemos: sacar la basura o cambiar la arena del gato son otras tareas que, por el contacto directo con bacterias, exigen que nos lavemos bien las manos después de hacerlas.

2. No usas siempre jabón

El jabón no sólo sirve para dejarte buen olor en las manos. Es más, tampoco es necesario que tenga olor a miel o manzana. El jabón es una mezcla química especialmente elaborada para eliminar los posibles microbios. Las bacterias y virus se adhieren con mayor facilidad a las superficies grasas como las palmas de las manos, de ahí que el jabón ayude a que estos resbalen al aclararnos y se marchen con la espuma por el desagüe.

Fórmulas jabonosas que además incluyan alcohol son todavía más efectivas, excepto en manos demasiado sucias o grasosas en las que se recomienda que el porcentaje de alcohol no supere el 60% de la fórmula para ayudar a eliminar la suciedad y grasa acumulada correctamente.

Sin embargo, hay que tener cuidado con los jabones antibacterianos que contengan triclosán como ingrediente ya que no existe ninguna prueba de que realmente ayude a evitar la contaminación de gérmenes. Como explica Elaine Larson, profesor de epidemiología de la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia, “no hay evidencia de que estos jabones funcionen mejor que los comunes o los que contienen alcohol, y algunos estudios sugieren que podrían contribuir a la resistencia a los antibióticos y que tienen efectos hormonales inesperados en las personas a largo plazo”.

La doctora Marty añade que “el jabón líquido suele ser más eficaz que la pastilla porque es menos probable que esté contaminado”.

3. Te frotas mal y durante poco tiempo

No basta con dar un agua a los microbios, es necesario lavarnos las manos al menos durante 20 o 30 segundos. Por supuesto, no tiene sentido dejar las manos muertas debajo del chorro de agua. Ya que estamos, hagámoslo bien: frota ambas palmas, el dorso de las manos y entre los dedos enlazando una mano con otra.

Nunca es una mala opción aprovechar el momento para enjabonarnos y aclararos las muñecas y, como insiste Marty, nunca debemos pasar por alto las uñas porque “una gran cantidad de bacterias y virus puede quedarse atrapadas ahí”. Frotando las yemas de los dedos de cada mano sobre las palmas bien enjabonadas será suficiente.

4. Sécate bien las manos

Es necesario no salir del lavabo con las manos mojadas. Además de incómodo sucio –tanto para ti como para el siguiente que vaya a tener que tocar el pomo del baño–, es poco higiénico porque se transmiten las bacterias más fácilmente.

Hay que secarse las manos y es mejor utilizar toallas de papel que los tradicionales secadores. Numerosos estudios explican que en los segundos se encuentra una gran cantidad de gérmenes que podemos llevarnos en las manos al acercarlas demasiado durante el secado e incluso dispersar los nuestros propios por todo el espacio a través del aire.

Como explica Marty “el principal problema es que la gente no utiliza secadores durante el tiempo suficiente para que sus manos se queden completamente secas”, que debe ser entre 30 y 45 segundos –dependiendo de la cantidad de aire y la temperatura del mismo– y los gérmenes encuentran un entorno mejor para sobrevivir.

5. Cuidado con lo que tocas después de lavarte

Está claro que no vas a salir del baño abriendo las puertas a patadas o cabezazos. Aunque estés limpio de gérmenes, vas a tener que tocar cosas. Simplemente evita lanzarte directamente al barro o a una papelera para mantener tus manos limpias de bacterias.

Para los más tiquismiquis, Swalin recomienda que evites tocar directamente algunas partes del baño –llenas de gérmenes por ese 10% de personas que no se lavan nunca las manos– cogiendo una toalla de papel diferente a la que hayas usado para cerrar el grifo del agua y girar el pomo de la puerta para salir.

No obstante, ten en cuenta que también puedes volver a lavártelas en otro momento.

Mantener buenas costumbres de higiene es fundamental para cuidar nuestra salud y, por descontado, la de los que nos rodean. Una de las más recomendables es lavarnos las manos cada poco tiempo ya que éstas son las que más están en contacto con nuestro entorno y, en consecuencia, son las que pueden traspasar bacterias y gérmenes de lo que tocamos hacia nosotros y viceversa.

Manos Limpias
El redactor recomienda