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No pagues una pasta: 5 claves para escoger un vino excelente de menos de 10 euros
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SEGÚN LA ENÓLOGA ALICIA ESTRADA

No pagues una pasta: 5 claves para escoger un vino excelente de menos de 10 euros

La enóloga Alicia Estrada explica qué pautas debemos seguir para probar buenos vinos por menos de 10 euros y disfrutar de la mejor bebida del mundo

Foto: Un cliente observa un vino en la enoteca Tomevinos, de Pozuelo de Alarcón (E. Villarino)
Un cliente observa un vino en la enoteca Tomevinos, de Pozuelo de Alarcón (E. Villarino)

En estas fechas es muy probable que alguien nos diga: “Túencárgate del vino”.¿Qué hacer ante tamaña responsabilidad? Lo más habitual es que, por miedo a llevar un vino malo, nos acabemos gastándonos el dinero en un Ribera del Duero o un Rioja de una bodega conocida que, creemos, gustará a todo el mundo. Probablemente será así, pero no sorprenderemos a nadie y, además, estaremos pagando un plus por un vino que no es necesariamente mejor que muchísimos otros de un precio menor.

La enóloga Alicia Estrada publica todos los años su guía Los 100 mejores vinos por menos de 10 euros (geoPlaneta) en la que selecciona los que, a su juicio, son los caldos con mejor relación calidad-precio del mercado. Según ha explicado a ACyV, es difícil saber si un vino va a gustarte si no puedes probarlo, pero hay criterios que nos pueden ayudar.

En primer lugar, explica Estrada, tenemos que tener claro qué pagamos cuando pagamos un vino. “Hay unos datos objetivos que le ponen precio”, asegura la enóloga.Y son por los que realmente merece la pena pagar.

  • Un viñedo viejo que produce poca uva, que exige además trabajo manual, porque no se puede mecanizar. Va a hacer que el vino tenga más calidad pero también que sea más caro.
  • También hay vinos elaborados con uvas de una sola finca. Uvas muy concretas, con unas características concretas, etc. Estos vinos suelen ser mucho más caros que aquellos otros vinos que son mezcla de un montón de fincas distintas
  • No es lo mismo un viñedo al que accedes con mucha facilidad que un viñedo de la Ribeira Sacra que tiene pendientes de hasta el 85%: te juegas la vida cada vez vas allí a vendimiary, evidentemente, no puedes meter ninguna máquina.
  • Tampoco es lo mismo un vino joven, que no precisa madera, que un vino que va estar en madera, que tiene un coste, y más si es nueva (una barrica nueva vale unos 1.000 euros).

Al margen de esto, el resto de lo que pagamos por un vino responde a criterios que son, según Estrada, “muy muy subjetivos”, y encarecen mucho un caldo que no tiene por quévaler lo que vale.

“Tienes que unirle los gastos de distribución y el posicionamiento de la bodega (las hay que están posicionadas en precio muy alto, otras muy bajo)”, explica la enóloga. “Todo lo demás es marketing. Esto no quiere decir que el vino no lo cueste: si tienes publicidad, distribuidores, marca… Todo esto encarece el vino, pero son costes añadidos. Yo te diría que a partir de una cierta cantidad, entre 20 y 40 euros, casi todo es marketing”.

Eligiendo el vino correcto

Para Estrada el criterio principal que una persona debe seguir para elegir un vino es muy simple. “La razón de ser de un vino es que te guste o no te guste”, asegura Estrada. Pero si aún no tenemos claroquénos gusta más y qué menos, al menos debemos tratar de que no nos timen ni nos sintamos defraudados. Y para ello Estrada puede dar algunas claves.

1. No pagues por algo que no sabes disfrutar

“Esto tiene mucho que ver con nuestra educación sensorial”, explica Estrada. “Si yo no estoy habituada, por ejemplo, a beber vinos muy ácidos, puede ocurrir que un vino maravilloso, pero muy ácido, no me guste. Si yo estoy habituada a beber vinos con mucha madera a veces me dan un vino joven que es excelente y no me gusta porque no estoy nada habituada a ese sabor”.

En opinión de la enóloga, hay que acercarse al vino sin complejos, beber lo que nos gusta y pagar por aquello que somos capaces de diferenciar. “Si yo no soy capaz de diferenciar algo, no pagaría por ello, salvo, y sí pondría la coletilla, que paguemos porque tenemos curiosidad, por probar cosas nuevas”, explica Estrada. “Hay que pagar por aprender. Pero no hay por quépensar que los buenos vinos son los que dicen los enólogos, son los que te gustan”.

2. Apuesta por denominaciones menos conocidas

“El precio tiene que ver mucho con la Denominación de Origen (DO), y hay DO que están posicionadas en un precio alto”, explica Estrada. El problema, es que en algunos casos este sobreprecio está justificado y en otros no. “Por ejemplo, Priorato es caro, pero es que en Priorato casi todo es viñedo viejo, casi nada se puede mecanizar”, explica Estrada. Sin embargo, en las grandes denominaciones –básicamente, Rioja y Ribera del Duero–, es más sencillo colocar un vino mediocre a un precio más alto.

“Esto no quiere decir que en Rioja y Ribera no haya buenos vinos a precios económicos, pero hay más chollos en las DO más periféricas”, explica Estrada. En opinión de la enóloga, gracias al avance de la tecnología vitivinícola hoy en día se hacen vinos buenos en todas partes: “En nuestro país el gran enemigo de la vinificación eran las altísimas temperaturas, porque la uva maduraba muchísimo, luego la llevábamos a la bodega que estaba muy caliente… Hoy en día todo lo que es control de temperatura está absolutamente dominado”.

No obstante, hay ciertas DO que, según Estrada, han despuntado en los últimos años con buenísimos vinos a un precio más que asequible. Estas son sus favoritas:

Toro

“Es casi lo que más me gusta a nivel personal”, reconoce la enóloga. “Estábamos acostumbrados a esos vinos de Toro muy potentes, pero ahora ha despuntado con unos vinos muy domesticados. Cuando tienes un Toro domesticado y además elegante… Son como el abrazo de un hombre fuerte”

Madrid

“Me he llevado grandes sorpresas con la DO de Madrid”, asegura Estrada. “Los vinos sobre todo de la zona de San Martín de Valdeiglesias me parecen magníficos, me encantan, sobre todo las garnachas. Me sorprenden también, supongo que porque están muy relacionadas, todas las garnachas que hay en la Sierra de Gredos”.

Jumilla y Bullas (Murcia)

“Teníamos Jumilla, donde hay unos vinos excelentes por precios que no encuentras en otras zonas, pero en Bullas se están haciendo también magníficos vinos. Vinazos”, sentencia Estrada.

3. Buscas pistas en la etiqueta

“Incluso los que estamos muy metidos en el mundo, si no hemos probado el vino,es difícil que sepamos si es bueno o malo”, reconoce Estrada, pero hay detalles en una etiqueta que nos pueden ayudar a saber si un vino merece o no la pena.

“Las etiquetas dan una información, como la mineralidad del suelo, la altura, la vejez de la viña, si el viñedo está en laderas soleadas (algo importante en Galicia)…, que te pueden ayudar a pensar que dentro puede haber un vino de mayor calidad”, explica Estrada. “Por ejemplo, los terrenos muy pobres, pedregosos, suelen mermar la capacidad de dar uvas de la viña, y en la medida en que un viñedo da poca vid garantizas que la uva tiene más calidad, porque está más concentrada”.

Pero ¿podemos fiarnos de las etiquetas? “Nadie te podría decir ‘viñedo de altura’ si no está en altura, o ‘viñedo viejo’ si no es viejo”, explica la enóloga. “De lo que no podemos fiarnos es de ciertas cosas como ‘uvas de la máxima calidad vendimiadas especialmente para usted’. Esto no significa nada”.

4. No te fíes de las clasificaciones convencionales

“Esa denominación típica que usamos todos de Crianza, Reserva, Gran Reserva… Es una denominación que en principio, como tal, solo es aplicable a La Rioja, pues no se sigue de la misma forma en todas las DO”, puntualiza Estrada. “Y ahí hay muchas trampas”.

Se trata de denominaciones que sólo sirven para saber cuánto tiempo ha estado el vino en barrica. En primer lugar, debemos saber qué quiere decir cada una dentro de cada territorio pero, también, tenemos que tener en cuenta que la madera es sólo uno de los atributos de un vino, y no necesariamente el más importante.

“No es que la madera no sirva para mejorar el vino, le aporta muchos elementos, pero también les quita otros”, explica Estrada. “Hay gente que le gusta la madera, esos tonos cremosos, porque está muy habituada, pero hay gente que lo que le gusta es el vino fresco, y la madera quita mucha frescura. ¿Cuáles son los buenos vinos? Los que tienen madera y frescura. La madera sobre todo prolonga la vida del vino, pero no hay nada de nada que garantice las bondades de un vino”.

5. Compra vino local (o tira de internet)

“Lo que le digo a la gente es que explote los vinos de su territorio” asegura Estrada. “Si eres de Madrid podrás encontrar fácil vinos de Madrid, Rioja, Ribera… incluso en el supermercado. Sin embargo si quieres comprar un vino de Granada te va a ser muy difícil encontrarlo”.

Si quieres curiosear con todo tipo de denominacioens, algo a lo que Estrada anima, tienes dos opciones: “Hay una parte que es muy bonita, y es ir a la enoteca y hablar con el especialista, pero si quieres comprar algo concreto, en internet está absolutamente todo. Y hoy comprando dos o tres botellas los portes cuestan muy poco”.

En estas fechas es muy probable que alguien nos diga: “Túencárgate del vino”.¿Qué hacer ante tamaña responsabilidad? Lo más habitual es que, por miedo a llevar un vino malo, nos acabemos gastándonos el dinero en un Ribera del Duero o un Rioja de una bodega conocida que, creemos, gustará a todo el mundo. Probablemente será así, pero no sorprenderemos a nadie y, además, estaremos pagando un plus por un vino que no es necesariamente mejor que muchísimos otros de un precio menor.

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