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10 trucos para picar menos entre horas y adelgazar
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10 trucos para picar menos entre horas y adelgazar

No te preocupes, no eres ningún bicho raro: el problema de picar entre horas es algo universal. Estemos o no a dieta, es una de las peores costumbres. ¿Cómo evitarlo?

Foto: Estemos o no a dieta, picar entre horas es una de las peores costumbres que tenemos y nos cuesta mucho trabajo evitarla. (iStock)
Estemos o no a dieta, picar entre horas es una de las peores costumbres que tenemos y nos cuesta mucho trabajo evitarla. (iStock)

No te preocupes, no eres ningún bicho raro: el problema de picar entre horas es algo universal. Estemos o no a dieta, es una de las peores costumbres que tenemos y nos cuesta mucho trabajo evitarla.

Nos da por comer –y además, normalmente lo menos adecuado para mantener la línea– cuando nos aburrimos, estamos tristes, nerviosos, preocupados, exaltados… Vamos, casi en cualquier momento vital nos da el ansia y no se nos ocurre nada más práctico que picar algo para calmarnos.

Incluso muchas veces lo hacemos de manera inconsciente, sin tener tan siquiera hambre: te ponen la tapilla y sin darte ni cuenta tus manos van a por los kikos con la agilidad de un trilero.

Para evitar el picoteo, lo ideal es comer cinco veces al día cantidades pequeñas de comida para saciar nuestro apetito. Si además en estas comidas incluimos frutas, verduras y alimentos poco grasos, conseguiremos mantener una dieta sana y no engordar.

Además de convocar a tu fuerza de voluntad para estar juntos en el proyecto de evitar comer entre horas, estos consejos para evitar wl picoteo(y, de hacerlo, comer lo adecuado) te resultarán útiles para conseguir perder –o no ganar– peso.

1. No pienses en las actividades físicas como ejercicio

Según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Cornell, cuando realizamos una actividad física como un deporte, hay más probabilidades de que después queramos comer más.

Como explica Amanda L. Chan en The Huffington Post, para llevar a cabo la investigación dividieron a una muestra de personas en dos y les propusieron caminar varios kilómetros. A uno de los grupos les dijeron que estaban realizando una caminata y al otro un paseo. Así, descubrieron que aquellos que lo habían interpretado como un ejercicio comieron más después de terminar el recorrido que los que se lo tomaron como mero ocio.

2. Utiliza cubiertos grandes

Según un estudio publicado en el Journal of Consumer Research, cuanto más grande sea el tenedor o cuchara que utilicemos, la cantidad de comida que ingiramos puede disminuir hasta un 20%.

Esto se debe a que cuando utilizamos cubiertos pequeños tenemos la sensación de estar comiendo muy poca cantidady lo hacemos con más ansia. Por el contrario, si nos llevamos más cantidad de comida a la boca nos saciamos con mayor rapidez y consideramos haber comido lo suficiente antes.

3. Usa platos pequeños

Cubiertos grandes y platos pequeños. Si nos servimos en una taza grande tendemos a llenarla hasta arriba y, por lo general, nos lo comemos todo. Así, si en lugar de eso usas un tazón pequeño, lo llenarás también hasta los topes, pero al final tendrás delante de ti la cantidad que realmente debes comer sin pasarte.

4. Cuidado con las pelis de acción

Aunque suene a broma, según un estudio realizado por Aner Tal en la Universidad de Cornell, picamos más cuando consumimos contenidos de acción o mero entretenimiento que si estamos viendo un programa serio.

Es muy común asociar la actividad de ver la tele o ir al cine con picar, más aún cuando son contenidos que excitan y nos mantienen alerta. Se termina convirtiendo en un acto inconsciente complicado de controlar, pero hay una alternativa: come algo sano. Unos gajos de mandarinas o unos trozos de zanahorias te servirán para saciar esa ansiedad mientras ves el peliculón de Van Damme.

5. Duerme bien

Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Columbia concluyó que cuanto menos dormimos más calorías consumimos. Observaron que las mujeres que dormían sólo cuatro horas comían 329 calorías más que aquellas que no se privaban de dormir.

No dormir genera estrés, que se traduce en ansiedad, que termina manifestándose en atracar la nevera a lo loco. Descansa bien y dejarás de picotear a cualquier hora del día.

6. Evita ver comida grasa y dulces

El profesor Brian Wansink investigó la relación entre lo que vemos y lo que comemos concluyendo que cuando observamos determinada comida se nos mete en la mente que es lo que nos apetece. Exacto, aunque sólo la visualicemos mentalmente. Como cuando piensas en esa tarta de cinco chocolates que comiste el sábado. Ahora la quieres.

Según Wansink “tenemos tres veces más probabilidades de comer lo primero que vemos en comparación con el quinto alimento que observemos”. De ahí que tratemos de evitar ver comida rápida, dulces o alimentos hipercalóricos. Evita meterte la tentación en la cabeza y tampoco la tendrás en la boca.

7. El frutero siempre a la vista

En otro estudio, Wanisnk observó que aquellas personas que tenían el frutero sobre la encimera de sus cocinas pesaban 3 kilos menos que los que tenían bolsas de patatas fritos y otros snacks.

Igual que es mejor no ver comida basura, si vemos frutas y verduras frescas tendremos más ganas de comerlas, o, al menos, si nos da el ataque de hambre serán lo que tengamos más a mano.

8. Come con tu mano izquierda si eres diestro (¡y viceversa!)

Comer con la mano no dominante podría resultar útil para adelgazar: comeremos menos cantidad y más despacio.

Al menos así lo explica un estudio publicado en el Personality and Social Psychology Bulletin, en el que analizaron el comportamiento de un grupo de personas a ante un bol de palomitas mientras veían una película en el cine. Los que usaron su mano dominante comieron un 30% más que aquellos que cambiaron su hábito para la prueba.

9. Sírvete primero cantidades pequeñas

En lugar de sobrecargarte el plato, échate poco la primera vez que te sirvas. Aunque no lo creas –porque como se suele decir, “comemos con la vista”– es bastante probable que con esa cantidad sacies tu hambre sin necesidad y te ahorrarás comer de más por acabarte el plato entero. Y sino, puedes repetir.

10. La hora del aperitivo, no de comer

Otra investigación realizada en la Universidad de Cornell, demostró que, antes la misma oferta de alimentos, las personas que se sentaban a comer con la mesa puesta (cubiertos, plato, servilleta, vaso de agua, etc.) consumían un 27,9% más de calorías que aquellos a los que se les apenas les dieron unos cubiertos desechables y comieron de pie.

Reinventa la hora de comer y conviértela en un momento de descanso para picar algo –porque ahora sí, ahora estás picando– y recuerda hacerlo al menos cinco veces al día.

No te preocupes, no eres ningún bicho raro: el problema de picar entre horas es algo universal. Estemos o no a dieta, es una de las peores costumbres que tenemos y nos cuesta mucho trabajo evitarla.

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