Es noticia
Las cosas que se deben preguntar a un enfermo cuando se acerca el final de su vida
  1. Alma, Corazón, Vida
¿QUÉ DEBE SABER UN MÉDICO DE SU PACIENTE?

Las cosas que se deben preguntar a un enfermo cuando se acerca el final de su vida

Mejorar la atención al final de la vida es una tarea pendiente de nuestros sistemas sanitarios. A muchos pacientes no se les pregunta por sus preferencias

Foto: Un paciente habla con su médico. (Corbis)
Un paciente habla con su médico. (Corbis)

Decía Epicuro que “la muerte es una quimera: porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo”. Con lo que no contaba el famoso filosofo griego es que, más de 2.000 años después, tenemos la capacidad de sortear la muerte durante mucho más tiempo, haciendo que el estado inmediatamente anterior a esta (que no suele ser agradable) se alargue a veces de forma innecesaria o, al menos, indeseada.

Como explicó hace unos meses a El Confidencial el doctor Marcos Gómez, presidente de la Comisión Central de Deontología de la OMC, “por lo menos la mitad de los enfermos avanzados o terminales no tiene disponible un servicio de cuidados paliativos que le preste una atención adecuada”.

Mejorar la atención al final de la vida es una tarea pendiente de nuestros sistemas sanitarios, que no siempre se aborda como es debido. Para empezar, a muchos pacientes ni siquiera se les pregunta por sus preferencias a la hora de afrontar el final de su vida, y esto crea una incertidumbre que hace la transición aún más traumática.

Un grupo de médicos de la McMaster University, en Canadá, ha realizado un estudio para averiguar qué están preguntando los médicos a los pacientes terminales y qué quieren de verdad ellos y sus familiares que se les pregunte. Averiguar cuáles son las demandas de los enfermos terminales es clave, teniendo en cuenta que, en la mayoría de los casos, no se hace lo que quieren.

Las tasas de reanimaciones cardiovasculares para tratar a enfermos terminales no dejan de crecer y, al menos en Canadá (aunque las cifras son similares en todo el mundo desarrollado), una de cada cinco muertes sucede en una unidad de cuidados intensivos. Esto no se corresponde para nada con las preferencias de los pacientes. Según un anterior estudio, un 80% de los pacientes mayores con enfermedades terminales prefiere un plan de cuidados menos agresivo, que incluya remedios paliativos y en el que no se contemplen las reanimaciones cardiovasculares.

Respetando la opinión de los enfermos

Los investigadores canadienses han repasado las guías sobre lo que los médicos deben comunicar a los pacientes en los últimos días de su vida, entrevistando además a 25 expertos en cuidados paliativos e intensivos y medicina interna. Tras ello han determinado las 11 cuestiones que los médicos consideran se deben discutir con todos los pacientes.

El problema es que estos elementos, que conocen la mayoría de expertos, no tienen en cuenta lo que en realidad demandan los pacientes y familiares y, además, no siempre se tratan. Para comprobar esto, los investigadores entrevistaron a más de 200 pacientes terminales y sus familiares, en nueve hospitales canadienses.

Los pacientes participantes en el estudio, que tenían de media 81 años de edad, fueron entrevistados tres días después de ser ingresados en el hospital con un pronóstico grave. Pasado este tiempo, sólo un 1,4 de los 11 elementos que, se supone, los médicos debían haber hablado con ellos, se habían tratado. Y, además, aquellos que se trataron más, no eran necesariamente los que más interesaban a pacientes y familiares.

Urge un cambio de enfoque

Según explican los autores del estudio, “los cinco elementos más importantes a discutir son las preferencias de tratamiento en caso de padecer una enfermedad terminal, los valores del paciente, el pronóstico de su enfermedad, sus miedos y preocupaciones y cuál es el objetivo real de los cuidados ofrecidos”.

Estas cinco cuestiones, sin embargo, no son las que suelen tratarse. “Hemos visto que estos elementos se tratan de forma infrecuente y no existe concordancia entre lo que los enfermos prefieren y lo que finalmente reciben”, aseguran los investigadores.

Especialmente alarmante es lo poco que se trata con pacientes y familiares el pronóstico de la enfermedad. Aunque hay estudios que aseguran que comunicar a los pacientes cuál va a ser el desarrollo de su enfermedad está relacionado con una mayor satisfacción en cuanto al trato recibido, sólo uno de cada diez recibe esa información, y tan sólo el 17% de sus familiares lo conocen.

La conclusión es clara: aunque sabemos que, al final de la vida, es beneficioso tratar ciertos temas con pacientes y familiares, en la mayoría de casos apenas se discuten, lo que conlleva que los enfermos no reciban el tratamiento que desean en sus últimos días. Un desastre.

Decía Epicuro que “la muerte es una quimera: porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo”. Con lo que no contaba el famoso filosofo griego es que, más de 2.000 años después, tenemos la capacidad de sortear la muerte durante mucho más tiempo, haciendo que el estado inmediatamente anterior a esta (que no suele ser agradable) se alargue a veces de forma innecesaria o, al menos, indeseada.

Médicos Muerte
El redactor recomienda