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La lección vital y empresarial que se aprende tras acostarse con una supermodelo
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LA CLAVE DEL ÉXITO EMPRESARIAL

La lección vital y empresarial que se aprende tras acostarse con una supermodelo

El emprendedor John Brubaker salió con una modelo a principios de los años noventa, y ello le enseñó muchas cosas sobre cómo llevar los negocios y el trabajo

Foto: El emprendedor John Brubaker aprendió cómo llevar un negocio después de conocer a una modelo en un bar. (iStock)
El emprendedor John Brubaker aprendió cómo llevar un negocio después de conocer a una modelo en un bar. (iStock)

Imagina que entras a un bar y ves a una chica exageradamente atractiva, sentada sola, y por accidente, te das cuenta de que no tiene compañía. Así que decides charlar con ella, tomar algo, descubrir que es modelo y la conversación va tan bien que termináis citándoos en el futuro y compartiendo parte de vuestras vidas. No sólo eso, sino que además, en su primer encuentro, ha reconocido que los hombres apenas se acercan a ella y raramente sale a cenar con ninguno, porque los intimida. Eso es exactamente lo que le ocurrió a comienzos de los años noventa a John Brubaker, autor de Seeds of Success, un libro sobre las claves del éxito empresarial.

Desde una perspectiva obviamente masculina, Brubaker eleva la historia de su encuentro con la tal Sophie (nombre figurado) a la categoría de historia con moraleja para ambos sexos en un artículo publicado en Business Insider. Él cayó accidentalmente en el asiento al lado de la joven modelo cuando preguntó si este estaba ocupado, pero ello le llevó a conquistar a una persona bella e inteligente, que había estudiado en una universidad de la Ivy League y que estaba a punto de dar el gran salto en el mundo de la pasarela.

Menos competencia, más beneficio

La lección es muy clara: si nunca hubiese intentado ligar con ella, nunca la habría conquistado, y ninguno de los dos habría sido más feliz. Ello tiene una clara aplicación al mundo de los negocios, pero también al del trabajo o, en definitiva, a muchos otros aspectos de nuestra vida. Casi nadie intenta apuntar alto, por miedo a ser rechazado. Pero la realidad es que es precisamente en las alturas donde hay mucha menos competencia. Es lo que él mismo comprobó cuando empezó a trabajar en la radio. A pesar de que la mayor parte de sus compañeros le decían que era inútil, buscaba los clientes más importantes e intentaba contratar a las grandes celebridades. Y los conseguía.

“El error de muchos emprendedores es no empezar por lo más alto cuando intentan vender una idea”, señala el autor. Por lo contrario, preferimos mezclarnos con los mandos bajos, que en realidad, “no tienen la capacidad de decirte que sí pero sí la de decirte que no”. Como si fuese el slogan de Adidas, Brubaker recuerda que no hay nada imposible en el mundo de los negocios, sólo que pensamos que es así. Por lo tanto, el consejo es el siguiente: no debemos ser nosotros los que nos pongamos límites, puesto que ya habrá tiempo para que los demás nos lleven la contraria o acaben con nuestros sueños. De igual manera que él no pensó “jamás saldría con alguien como yo”, tampoco debemos decirnos “nunca me contratarán en una empresa así”, “no querría trabajar con nosotros” o “nunca les interesará lo que les vendo”.

“Lo peor que te pueden llamar cuando eres un emprendedor es tímido”, concluye Brubaker en el artículo. Conseguir salir con una modelo, recuerda, es lo mismo que ganar unas elecciones, conseguir un cliente potente o vender una idea. Es decir, se trata de dar el paso más complicado y preguntar por quien estamos interesados, que es “como uno consigue lo que quiere”. Ello puede abrir la puerta al hipotético yen ocasionestan terrorífico fracaso. Son, gajes de la vida que nos pueden ocurrir a todos. No pasa nada por fracasar, pero sí por no intentarlo, explica Brubaker. “Recuerda”, concluye. “Si vas detrás de algo y no lo consigues, puede que te hayas cerrado una puerta pero que hayas abierto otra”.

Imagina que entras a un bar y ves a una chica exageradamente atractiva, sentada sola, y por accidente, te das cuenta de que no tiene compañía. Así que decides charlar con ella, tomar algo, descubrir que es modelo y la conversación va tan bien que termináis citándoos en el futuro y compartiendo parte de vuestras vidas. No sólo eso, sino que además, en su primer encuentro, ha reconocido que los hombres apenas se acercan a ella y raramente sale a cenar con ninguno, porque los intimida. Eso es exactamente lo que le ocurrió a comienzos de los años noventa a John Brubaker, autor de Seeds of Success, un libro sobre las claves del éxito empresarial.

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