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Lo que piensa una dependienta de una tienda de lencería cuando entra un hombre
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CÓMO actúan ellos cuando compran

Lo que piensa una dependienta de una tienda de lencería cuando entra un hombre

Una trabajadora de Victoria’s Secret explica las técnicas que utilizaban para atender a los hombres. Porque ellos ni buscan ni actúan igual a la hora de comprar.

Foto: Los hombres no piensan en el precio sino en salir de la tienda cuanto antes. (iStock)
Los hombres no piensan en el precio sino en salir de la tienda cuanto antes. (iStock)

Una trabajadora de Victoria’s Secret ha contado al Business Insider las técnicas que utilizaban para atender a un hombre cuando entraba en la tienda a comprar lencería. Porque ellos ni buscan ni actúan igual a la hora de comprar que ellas.

La exitosa firma internacional conoce el gusto deellos por regalar ropa interior a las mujeres y por eso no dudó en formar a un equipo de trabajadores de una de sus tiendas de Chicago para que supiesen dar un trato diferente a los clientes en función de si eran hombres o mujeres.

Como explica la extrabajadora, la firma les ayudó a interiorizar la idea de que “en general los hombres iban a comprar cualquier cosa con el fin de salir de la tienda lo antes posible”, lo que, traducido en el lenguaje de los dependientes, “significa que gastarán más dinero”.

“Mientras que las mujeres preferían las promociones como el 5 bragas por 25 dólares, los trabajadores eran más propensos a vender los hombres artículos con precios más altos”, comenta la extrabajadora que ha preferido mantener el anonimato.

En el caso concreto de la ropa interior, las mujeres se centran más en el precio por lo que “era mejor mostrarles las ofertas” mientras que los ellos no se fijan en lo que cuestan las prendas de lencería: “Los hombres compraban dos sujetadores de 50 dólares sin cuestionar nada porque se sienten incómodos”, ha explicado a la periodista Ashley Lutz.

El universo del regalo femenino

Se acerca la Navidad. Fechas “entrañables” en las que toca hacer regalos a nuestros seres queridos: amigos –incluso “invisibles”–, familiares y, para quien la tenga, pareja, esperan ansiosos que les sorprendas con algo original que les guste.

Pequeños comercios y grandes superficies sacan la artillería para vender todo lo que puedan durante las navidades. Las mujeres van más de tiendas pero los hombres se lo piensan menos a la hora de comprar.

Pero no se lo ponen nada fácil. El universo regalo para ellas es inmenso e inescrutable: perfumes de todos los olores, accesorios y prendas que jamás pensaste que existieran, infinidad de destinos para una de esas “escapadas románticas”…

El abanico de opciones es tan grande que uno se pierde. Pero hay un regalo que nunca falla para ambos sexos: la ropa interior. Claro que en el caso de ellos se traduce en calzoncillos y en el de ella en lencería, que suena –y luce– muchísimo mejor.

Con la idea en mente, sólo hace falta que alguien les ayude para comprar porque ellos no tienen ni idea de qué prendas son las más cómodas o qué materiales son mejores.

En la mayoría de los casos, si no hay un maniquí luciéndolo, ni siquiera saben cómo le quedará puesta a su pareja.

Objetivo: salir de la tienda cuanto antes

Ha quedado claro que las mujeres y los hombresno buscan lo mismoen las tiendas ni actúan del mismo modo. De ahí que marcas como Victoria’s Secret, entre otras, hayan identificado la importancia de formar a sus trabajadores para que conozcan lastácticas básicas para vender un productosegún el género del cliente.

En general, los hombres son un blanco fácil para los comercios. Quieren estar de tiendas el menor tiempo posible, por lo que compran lo que sea rápidamentesin pensar demasiado cuánto dinero están gastando.

Aunque existen multitud de tiendas y una amplia oferta de diseños y precios, los hombres prefieren no comerse demasiado la cabeza cuando van a comprar un regalo, mucho menos si se encuentran rodeados de sostenes, corsés y ligueros con encajes.

Algo hemos evolucionado, pero comprar lencería sigue siendo casi como ir a comprar condones. A muchos les da vergüenza preguntar por diferentes colores o tallas –por no mencionar las “instrucciones de uso” – y lo único que quieren es coger el primero que les recomienden.

Comprador masculino, venta asegurada

Lutz explica que “el panorama actual de competencia entre tiendas se traduce a menudo en que se peleen por los clientes masculinos”. Y es que, como venimos diciendo, ellos compran más rápido y no se preocupan tanto por lo cuestan las cosas.

Así, las tiendas ahorran tiempo de trabajo a sus empleados que con mostrarse convencidos ante el comprador masculino y atenderle con rapidez, suelen tener la venta asegurada. Pueden darles toda la información que quieran sobre los productos, ellos no prestarán demasiada atención –sólo quieren marcharse de allí cuanto antes– pero se fiarán de su criterio.

Por qué la lencería femenina es el regalo ideal

El fundador de Victoria Secret creó la empresa pensando en que se convirtiese en un lugar donde los hombres pudiesen comprar ropa interior para sus esposas sin sentirse incómodos. Y, por lo que podemos leer, parece que acertó.

Pero más allá de esta gran firma, en todo el mundo la lencería es un regalo de lo más socorrido por dos motivos –que, en realidad, son el mismo–, a ellos les gusta y a ellas les gusta. Y todos contentos.

Puede ayudar a animar la vida sexual de una pareja, es original –en cuanto a que las mujeres no suelen llevarla a diario–, existen modelos y tallas para todo tipo de mujeres y, aunque a ellos les importe algo menos, hay una enorme variedad de precios en el mercado de la lencería.

Otra ventaja clara es que en cuestión de ropa interior, no clavar la talla no es tan problemático como en el resto de prendas femeninas porque –se entiende–sólo la vais a ver vosotros dos en la intimidad.

Una trabajadora de Victoria’s Secret ha contado al Business Insider las técnicas que utilizaban para atender a un hombre cuando entraba en la tienda a comprar lencería. Porque ellos ni buscan ni actúan igual a la hora de comprar que ellas.

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