El trabajo más subvencionado del mundo (que va a transformar nuestra industria)

Ya es oficial. La compañía Tesla Motors, especializada en la fabricación de coches eléctricos, construirá una ‘gigafactoría’ en el Estado de Nevada, donde producirá las baterías de litio para este tipo de vehículos. En unos meses se convertirá en la fábrica de baterías más grande y moderna del mundo, con una inversión que ronda los cuatro mil millones de euros. Un hito que para muchos especialistas marca el inicio de una nueva era para el automóvil, que en pocos años dejará de depender del petróleo.

La apuesta de la compañía dirigida por Elon Musk no deja lugar a dudas de por dónde pasa el futuro del automóvil, aunque se haya adelantado a los pronósticos de la mayoría de expertos en cambios tecnológicos. Los informes de la petrolera Shell, por ejemplo, concluían que los coches de gasolina se mantendrían en la línea de producción, al menos, hasta el año 2070. Si bien reconocía que los productores de coches eléctricos podrían acelerar este proceso, imponiendo nuevas tecnologíasde producción eléctrica basadas en la fusión nuclear.

En palabras de Musk, se trata de “un paso importante para avanzar en el ámbito de los vehículos que usan energías renovables y permitirá producir en masa vehículos eléctricos”. Un paso que dará de la mano de la japonesa Panasonic, es uno de los fabricantes de baterías de litio más grandes del mundo y actualmente es el proveedor de todos los elementos de estas baterías de los vehículos Tesla, que invertirá una cantidad aún sin determinar en la planta.

El advenimiento del coche eléctrico

La conocida como gigafactoría tendrá 929.000 metros cuadrados de superficie, y según los cálculos de la compañía tendrá capacidad para fabricar en ella las suficientes baterías como para que en 2020 puedan alimentar, al menos, a medio millón de vehículos eléctricos al año. Todo ello sin contar con otra planta dedicada también a la producción de baterías de litio que Tesla tiene en California. Un ambicioso plan con el que Tesla pretende producir baterías más baratas y efectivas para sus futuros modelos de coche eléctrico.

El objetivo pasa por el abaratamiento del precio de las baterías, así como por el aumento de su autonomía y vida útil. De conseguirse, tal y como se asegura desde la compañía, se superarían los principales escollos que han limitado hasta la fecha la venta de los vehículos eléctricos.

A pesar del corto recorrido de Tesla, fundada hace poco más de una década, la compañía ya vende más coches eléctricos que BMW y Renault juntos, y pretende ser líder a corto plazo. Sin embargo, en el sector ya se rumorea que el mercado asiático no permanecerá inane, optando por bajar también las tarifas para competir con la empresa norteamericana. Unos movimientos que dificultarán el liderazgo de Tesla pero que, en todo caso, no harán más que potenciar el advenimiento del coche eléctrico en todo el mundo.

Polémica por la política de incentivos fiscales

La carrera por el liderazgo del mercado que revolucionará el mundo del transporte ya está en marcha, y las administraciones públicas son actores que han decido entrar en juego. Así, las autoridades del Estado de Nevada, donde se emplazará la ‘gigafactoría’, otorgarán a Tesla unos mil millones de incentivos fiscales, lo que equivale al 80% de los ingresos anuales recaudados por impuestos sobre ventas, según informó el gobernador Brian Sandoval. Una cantidad que duplica a la inicialmente divulgada por el CEO de la joven compañía. El acuerdo alcanzado se mantendrá vigente durante las próximas dos décadas.

Unas subvenciones que han sembrado la polémica, pues en palabras del influyente director del Martin Prosperity de la Rotman School of Management, Richard Florida, se trata de un acuerdo “exagerado e innecesario”, como ha criticado recientemente en un artículo de opinión. Para este experto en crecimiento económico, “es sólo un ejemplo más de los regalos del gobierno para una fábrica que se habría construido igualmente, aunque reconoce la apuesta segura sobre el futuro de la batería eléctrica.

Echando manos de las cifras, a Florida no le salen las cuentas, o más bien, le suena escandalosas. Y es que si la justificación de dichos incentivos se basa en la creación de puestos de trabajo, el Estado de Nevada estaría subvencionando cada empleo con entre 56.800 y 385.000 dólares (en euros, entre 43.900 y 297.400). Una oscilación que se debe al cálculo sobre los puestos directos e indirectos que se crearán. Según Tesla, se podrán crear “hasta” 6.500 puestos directos.

Unas cifras que el profesor de la Universidad de California y experto en este tipo de fábricas, Martin Kenney, rebaja a menos de la mitad, mientras que cifra el efecto multiplicador en puestos indirectos en 1,5. En definitiva, la suma total difícilmente superaría los 10.000 empleos. Así las cosas, la ‘gigafactoría’ también marcará un hito histórico en lo que a incentivos fiscales se refiere. Todo ello en uno de los países con mayor libertad económica. Los Estados parecen estar dispuestos a jugar un importante papel en la carrera mundial por el liderazgo en la industria automovilística.