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Una audaz pirueta histórica: el tratado de Tordesillas
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TRANSGREDIDO POR AMBAS PARTES

Una audaz pirueta histórica: el tratado de Tordesillas

El Tratado de Tordesillas es el primer tratado moderno de la historia europea en el que por primera vez, al lado de los diplomáticos que conducían las conversaciones

Foto: El Planisferio de Cantino de 1502, muestra el meridiano designado en el Tratado de Tordesillas. (Wikimedia Commons)
El Planisferio de Cantino de 1502, muestra el meridiano designado en el Tratado de Tordesillas. (Wikimedia Commons)

“La desobediencia es el verdadero fundamento de la libertad.

Los obedientes son los esclavos”.

Henry David Thoreau

El final del siglo XV no agotaría sus sorpresas y desembocaría en la mágica sucesión de un juego de matriuskas con traca final. De repente, el milenario mapa de Ptolomeo había quedado reducido al tamaño de un pañuelo de mercadillo. El mundo se había hecho muy grande a causa de los descubrimientos de los exploradores portugueses y castellanos, y se estaba empezando a organizar una melé, en medio del Atlántico, de proporciones considerables con su consiguiente crescendo de hostilidades que pronto comenzaron a desbocarse.

Precursor al de Tordesillas, fue el Tratado de Alcaçovas, firmado en 1479 entre las coronas de Castilla y Portugal. Dicho tratado, no sólo ponía fin a la guerra de sucesión tras la muerte del rey Enrique IV por el trono castellano en la trifulca entre el antedicho e Isabel La Católica y Juana La Beltraneja, sino que, por añadidura, repartía los derechos de navegación y conquista del Océano Atlántico, de sus islas, y atisbos de tierra firme allende los mares. Según ese tratado, el reino de Castillay las Islas Canariasserían para los Reyes Católicos, mientras que Madeira, las Azores y las Islas de Cabo Verde, así como el derecho de conquista del reino de Fez y los derechos de navegación al sur del paralelo de las Canarias, serían para Portugal. En apariencia parecía que todo iba bien, pero aguardaban multitud de sorpresas.

Lo que con el tiempo se intuíaque por su natural inercia se convertiría en un encuentropactado y acabarÍa en unión peninsular, se tornó en convivencia forzada y de espaldas. Un día sí y otro también, se agudizaba la enemistad y los agravios se multiplicaban. Es el Papa Alejandro VI (Rodrigo Borgia) recordado entre otras cosas por su prolífica paternidad, el que a duras penas consigue poner las cosas en su sitio, a pesar de favorecer claramente a los castellanos en sus pretensiones. Pero el rey Juan II de Portugal es tozudo en sus aspiraciones aunque intenta evitar por todos los medios una confrontación que no es del estilo de los lusos, ya que este reino basa su política de expansión en una erosión lenta del futuro y con un enfoque más mercantil que “evangelizador”.

La partición oceánica

Algunos lusitanos y castellanos con cordura y sin lastres para negociar decidieron un buen día sentarse amigablemente a cambiar cromos. Ciertamente hubo algunos años de tranquilidad pero “la cosa” no acababa de serenarse. El año 1494 marca este punto de inflexión en el que los reyes peninsulares acuerdan una distribución más amigable y elástica. El 7 de junio de ese año, ambos reyes acuerdan extender la línea de demarcación de las futuras conquistas a través de una línea imaginaria de polo a polo, a una distancia de unas 370 leguas de Cabo Verde. Los castellanos que se las prometían felices no pueden impedir que el meridiano que está a 46º 37’ pase casualmente por el este de lo que actualmente es Sao Paulo, de tal manera que el navegante Alvares de Cabral, en una audaz pirueta histórica, le añade unos cuantos millones de kilómetros cuadrados al territorio de nuestro pequeño vecino.

Lapartición oceánica presenta la gran novedad de que, por primera vez, se establece una frontera que divide tanto el mar como la tierra, siendo esta la concepción territorial que determinará la actual configuración de América del Sur. El mismo día, y también en Tordesillas, se firma un protocolo anexo que resuelve todos los litigios que ambas partes venían arrastrando desde in Illo tempore, en relación con espacios e intereses africanos. Todo un éxito diplomático.

El Tratado de Tordesillas es posiblemente el primer tratado moderno de la historia europea en el que por primera vez, al lado de los diplomáticos que conducían las conversaciones, había dos grupos de peritos asesorando técnicamente a cada uno de los firmantes. Un hito y a la vez un pacto modélico.

El Tratado de Tordesillas, no especificaba la línea en grados de meridiano ni identificaba la isla desde la que debían contarse las 370 leguas, ni tampoco la longitud de la legua. El problema radicaba en que ni las cartas portuguesas, ni las castellanas, ni las holandesas, que en conjunto eran las más fiables de la época, atinaban en las dimensiones exactas de la tierra, por lo que la disputa seguía soterrada. Los portugueses se abrieron hacia el interior de Brasil y los españoles por el oeste, se “encontraron” con Filipinas. El tratado nunca fue respetado en su esencia y fue transgredido por ambas partes.

Ciertamente hubo un momento dulce y de impasse durante los sesenta años que van entre el final del siglo XVI y principios del XVII. En 1640 las disensiones latentes acabarían con un sueño largamente perseguido.

Habrá que seguir insistiendo.

P.D. En memoria de los palestinos que dejaron el infierno en la tierra.

“La desobediencia es el verdadero fundamento de la libertad.

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